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La traducción de 'Nada' al ucraniano espera en un refugio al fin de la guerra

La portada de la traducción de 'Nada' de Carmen Laforet al ucraniano

EFE / Carmen Naranjo

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Carmen Laforet fue mucho más que “Nada”, la novela que la catapultó al éxito con solo 24 años, y de ello se hace eco una exposición que muestra por primera vez parte del manuscrito de esa obra traducida a múltiples idiomas, el último al ucraniano, que espera en un refugio a que acabe la guerra para ser publicado.

Así lo ha relatado emocionado este jueves Agustín Cerezales, el hijo de Carmen Laforet (1921-2004), en la rueda de prensa en la que ha sido presentada la exposición “Próximo destino: Carmen Laforet”, que acoge el Instituto Cervantes y en la que se rememora la vida y obra de la escritora con motivo de su centenario.

“Hace tres días recibimos la portada de la edición de 'Nada' en ucraniano, que está en un refugio más o menos seguro, esperando a que termine la guerra para ser impresa y salir a la calle”, ha explicado Cerezales sobre la última traducción de esta novela, la obra de literatura española contemporánea más traducida.

Además del manuscrito del primer capítulo de esta novela, siete cuartillas que se exponen por primera vez, la exposición incluye el mecanoescrito que Carmen Laforet presentó a la primera edición del premio Nadal, de 1944, que ganó.

La obra, que se desarrolla en una empobrecida España de posguerra, fue señalada por la crítica como crucial para las letras españolas. No así para la censura, que pudo sortear gracias a que un censor la consideró una “novela insulsa, sin estilo ni valor literario alguno” por lo que estimó que no había inconveniente para autorizar su publicación.

Un informe que puede verse también en la exposición, junto al de otro censor que alegó un inconveniente porque la obra “morbosa” atentaba contra el dogma o la moral.

La exposición, organizada por el Instituto Cervantes y Acción Cultural Española, la Dirección General del Libro y la Biblioteca Nacional, ha sido presentada también por el director del Cervantes, Luis García Montero, y por sus comisarios, Ana Cabello y José Teruel Benavente.

Es la primera gran exposición dedicada íntegramente a Carmen Laforet, ha destacado García Montero, para quien la muestra recrea el espíritu de “una mujer decisiva” en la cultura española.

El director del Instituto Cervantes ha destacado también la necesidad de reivindicar el resto de la obra de Laforet, una carrera literaria que va más allá de “Nada”, y que se compone de otras cuatro novelas “La isla y los demonios”, “La mujer nueva” (con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1956 y el premio Menorca 1955), “La insolación” y “Al volver la esquina”.

La exposición repasa también el resto de su obra, con libros de cuentos, novelas cortas, crónicas de viajes, epistolarios y centenares de artículos, una “producción sostenida en el tiempo y con una gran coherencia en su forma de contar la vida”, ha indicado García Montero.

Ana Cabello ha considerado esta jornada como “un día histórico” al exponerse por primera vez documentos originales que se adentran en la vida y obra de Laforet, cuyo legado ha subrayado ya que fue un modelo y un espejo tanto para las escritoras de la posguerra “a las que animó a contar el mundo y a sentarse delante de una máquina de escribir, como para las autoras que vinieron después y que demuestran su vigencia.

“Es la autora de la alegría y la esperanza, es luz”, ha indicado la comisaria de la muestra que ha recordado como su valor crítico le sirvió para escribir una obra universal “que no se agota con el tiempo”.

La exposición se articula como un viaje con seis paradas, ha explicado Cabello, para comprender el mundo interior y la proyección exterior de esta escritora, la dimensión alcanzada por su obra dentro y fuera de España, sus redes personales y profesionales, su modernidad y la vigencia de su producción literaria en la actualidad.

Entre sus objetos personales, se encuentran su máquina de escribir, un dibujo que le hizo a su abuela de niña, los libros que le acompañaban siempre, entre ellos un ejemplar de El Quijote que cogió de la biblioteca de su padre, el primer artículo que escribió, o una revista que hizo con sus compañeras de instituto, ha explicado su hijo en el recorrido por la exposición.

También hay una composición de vídeo de imágenes de Carmen Laforet así como un código para poder escuchar su voz leyendo el primer capítulo de “Nada”, una grabación que se encuentra custodiada en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

También hay cartas que intercambió con otros escritores, entre ellas, una de Juan Ramón Jiménez o las de Elena Fortún, numerosas portadas de sus novelas en diferentes ediciones y sus traducciones a idiomas.

Junto a la exposición, el Instituto Cervantes ha celebrado el congreso internacional “Un lugar llamado Carmen Laforet”, en el que han participado escritores, hispanistas, críticos y profesores y que ha clausurado Carme Riera.

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