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Más control marítimo y expulsiones a Turquía: el plan del Gobierno griego tras el aumento de las llegadas a las islas

Comienza el traslado de alrededor de 1.500 refugiados de la isla de Lesbos a campamentos ubicados en Salónica y Kilkís

Helena Smith

The Guardian —

El Gobierno griego ha anunciado una serie de medidas para abordar lo que ha calificado de “olas enormes” de personas que han llegado desde Turquía solicitando asilo. Para ello, ha expresado su temor de que se reviva la llamada “crisis de refugiados” de 2015, a pesar de que las cifras registradas están muy por debajo de las centenares de miles de personas alcanzaron las islas griegas aquel año.

Tras la llegada de botes llenos de hombres, mujeres y niños a las islas del Egeo en los últimos días, el nuevo Ejecutivo griego de centro-derecha ha prometido reforzar las patrullas en las fronteras marítimas [se adquirirán diez lanchas rápidas para la Guardia costera griega, según el medio local Ekathimerini]. “Estamos viendo enormes olas de personas que son traídas por traficantes mediante nuevos métodos y botes mejores y más rápidos”, afirmó el ministro de protección civil griego, Michalis Chrysochoidis, tras anunciar las medidas durante el fin de semana. El ministro aseguró también que el Gobierno griego incrementará la vigilancia fronteriza con el apoyo de la OTAN y a la Unión Europea.

“Si la situación sigue así, se repetiría lo que vivimos en 2015. Vamos a tomar medidas para proteger nuestras fronteras y vamos a ser mucho más estrictos y más rápidos al ponerlas en práctica”, aseguró. Sin embargo, en lo que va de año, han arribado a las islas griegas, según la Agencia de la ONU para los refugiados, 26.078 personas, frente a las 856.723 que lo hicieron en 2015.

El aumento en la llegada de migrantes y refugiados parece haber cogido a los funcionarios por sorpresa [a pesar de que llevan incrementándose desde enero]. La semana pasada, unas 650 personas, incluyendo 240 niños mayormente de origen afgano, llegaron en cuestión de horas a Lesbos, la isla en el norte del mar Egeo que hace cuatro años quedó en primera línea durante la llamada “crisis de refugiados”. Este verano, entre principios junio y finales de septiembre, unos 16.000 migrantes han alcanzado las islas del Egeo, un 50% más que en el mismo periodo del año pasado, según los datos contabilizados por Acnur.

Uno de los motivos que se manejan para explicar este incremento de cruces son las duras medidas contra la inmigración puestas en práctica por Turquía, donde viven más de 3,6 millones de sirios desplazados, y el recrudecimiento de la guerra en Siria. En agosto, las autoridades turcas informaron de que se multiplicó por siete la cantidad de personas que intentaban cruzar hacia Grecia. La ruta migratoria del Mediterráneo oriental es, en estos momentos, el principal camino hacia Europa: casi la mitad de los 56.000 migrantes y refugiados que han llegado este año entró al continente a través de las islas griegas, según la ONU.

Una vez más, las ONG vuelven a denunciar que los campos de refugiados en las islas están abarrotados de hombres, mujeres y niños que sobreviven en condiciones paupérrimas. En los últimos días, Moria, el principal campo de refugiados de Lesbos, que fue diseñado para alojar como máximo 3.000 personas, ha llegado a albergar a casi 11.000. Después del asesinato de un adolescente afgano durante una pelea en un campo la semana pasada, Unicef dio la voz de alarma y afirmó que más de 1.100 menores de edad no acompañados se ven obligados a soportar condiciones “de peligro y hacinamiento” en los campos griegos.

Este agosto, algo más de 8.000 personas pisaron las costas griegas tras arriesgar su vida en el mar. Es la mayor cifra en un mes desde que en marzo de 2016 la UE llegara a un polémico acuerdo con Turquía para reducir las llegadas de personas migrantes y refugiadas [casi 27.000 aquel mes]. El viernes, el ministro de Asuntos Exteriores griego, Nikos Dendias, convocó al embajador turco para presentar una protesta formal.

Traslados y aumento de las expulsiones

Este lunes, el Gobierno, que llegó al poder hace solo dos meses, comenzó a trasladar refugiados a centros en el continente con el propósito de descongestionar los campos de las islas. Según Chrysochoidis, serán trasladadas unas 1.500 personas, principalmente desde Samos y Lesbos. También asegura que unos 100 menores no acompañados serán reubicados para que se reencuentren con familiares en otros países de la UE.

Además de los traslados, el plan del Ejecutivo pasa por un aumento de las expulsiones al país vecino. “También comenzaremos a enviar migrantes ilegales de regreso a Turquía que, después de todo, está considerado un país seguro”, dijo Chrysochoidis. “De las 80.000 personas actualmente presentes en Grecia, la mitad debería ser enviada de regreso ya que no tienen los documentos necesarios ni cumplen con los requisitos para solicitar asilo. Pero solo 1.800 han sido readmitidos en Turquía”.

Las organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación. Temen que se violen derechos humanos cuando se pongan en práctica las medidas para reducir la llegada de migrantes. El nuevo Gobierno planea, además, abolir la posibilidad de que una persona a la que se le ha denegado su solicitud de asilo pueda recurrir la decisión.

El ministro defiende que bajo el Gobierno de izquierda de Syriza se adoptó un “enfoque blando” respecto de las solicitudes de asilo y señala que debían abordar esa cuestión. “Como no hay suficientes médicos estatales en las islas, los médicos privados firmaban documentos que designaban a todos como personas vulnerables y eso contribuyó a que Grecia se transformara en un destino atractivo para los traficantes de personas”, llegó a afirmar.

Chrysochoidis, al que el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis fichó para que regresara a un puesto que tuvo hace dos décadas, ha intentado apaciguar los temores de que las autoridades pretendían poner en práctica medidas de mano dura contra los migrantes, afirmando que el objetivo del Gobierno es “integrar” a los refugiados. “No queremos campos que funcionen como guetos. Los solicitantes de asilo disfrutarán de todos sus derechos en Grecia, según las leyes internacionales”.

Traducido por Lucia Balducci

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