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Delegadas de la ONU por un día: 60 estudiantes simulan sesiones de Naciones Unidas en Madrid

Las estudiantes que participan en Youth Mun Madrid el 12 y 13 de abril, este viernes.

Icíar Gutiérrez

Mariel se coloca frente el resto de sus compañeras, sentadas detrás de las placas donde figuran nombres de los países a los que representan: Somalia, China, Pakistán, EEUU, Etiopía, Australia. Siguiendo paso a paso el protocolo, la adolescente comienza a exponer la resolución que ha elaborado con la postura del país que le ha tocado defender, Líbano.

“Querida presidenta, queridas delegadas, la delegación de Líbano considera que deberían votar a favor de esta resolución”, argumenta en un inglés impecable. Hoy debaten sobre el acceso a la educación de mujeres y niñas. Mariel hace una defensa férrea de la gratuidad de la misma. Algunas compañeras lanzan preguntas sobre algunos párrafos del texto, presentan enmiendas. Es el aula de un edificio de Madrid, pero simulan estar en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. 

Mariel es una de las estudiantes de secundaria que han participado en las sesiones formativas de Youth Mun Madrid. Siete meses de preparación que culminan este fin de semana con la celebración de un congreso que recrea las sesiones de diferentes órganos de la ONU. Más de 60 jóvenes preuniversitarias de Madrid y Canarias han acudido este viernes a la ceremonia de apertura en el salón de plenos del Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de la capital, representando a diferentes delegadas de los países miembro. 

“Se trata de un simulacro, un escenario en el que 'juegas' a representar a un país y a simular lo que están haciendo allí. Cada delegado habla de su Estado y la postura que tiene respecto a determinados temas”, explica Ana Gil, coordinadora de Youth Mun Madrid, organizado por la Fundación Promoción Social. En esta ocasión, las jóvenes simularán sesiones del Consejo Económico y Social (Ecosoc) y el Consejo de Derechos Humanos y abordando, respectivamente, la gestión de las migraciones y el derecho de las mujeres a la educación.

Maryam representará a Turquía en este último organismo. “Me encanta hablar sobre la situación de las mujeres y sus derechos, sobre si pueden o no estudiar. Quiero que sigamos avanzando cada vez más”, apunta esta estudiante de 3º de ESO. Llegó a Madrid desde su país natal, Irán, hace dos años y lleva desde octubre asistiendo a las formaciones tras ser seleccionada para participar en el programa. “Todas mis amigas me dijeron que me presentara. Es enriquecedor y divertido porque conoces a mucha gente”, recalca. 

A su lado está Denisse, estudiante madrileña de 4º de ESO. “A mí me ha tocado Camerún”, dice sonriente. “Me gusta, yo quería un país con presencia porque vamos a hablar de la educación de la mujer. Seguro que tengo mucho que decir, y así puedes participar más”, sostiene esta adolescente de padres guineanos.

A diferencia de sus compañeras, que aún no saben con seguridad a qué se dedicarán en el futuro, Denisse lo tiene claro: quiere ser diplomática. “Es mi vocación”, señala. “Me encantaría trabajar en Naciones Unidas, pero siempre veía que el secretario general o que todos los altos cargos eran hombres. Es bastante difícil, pero me gustaría. Por eso pienso en otras opciones como ONU Mujeres”, apunta. 

Impulsar la participación política

En sus más de 70 años de existencia, como apunta Denisse, la ONU nunca ha tenido a una secretaria general. El 'techo de cristal' continúa pesando sobre mujeres de todo el mundo, que continúan teniendo una menor participación en la toma de decisiones de sus parlamentos y Gobiernos. En la actualidad, la representación mundial de las mujeres en los altos cargos se queda en cifras muy alejadas de la paridad: casi un 21% de ministras, un 24% de diputadas, un 7% de jefas de Estado y un 5% de presidentas de gobierno, según los últimos datos de la Unión Interparlamentaria.

El principal objetivo que persigue el proyecto de Fundación Promoción Social, con la colaboración de Obra Social 'La Caixa', es fomentar la participación de las mujeres en la vida política, explica la coordinadora. Por eso, de momento, reservan su programa de formación a ellas, aunque los encuentros anuales, como el celebrado este fin de semana, se abren también a chicos. “A lo largo de las formaciones van ganando seguridad. Buscamos su empoderamiento, pero también sensibilizarlas con los problemas del mundo para que después eso lo viertan en su formación profesional”, apunta Gil. 

“Estamos un poco estancados como sociedad. La mujer tiene un montón de poder y la misma capacidad que el hombre en todos los ámbitos”, defiende Mariana, otra adolescente madrileña de 15 años. Ella representará a Irak en el Ecosoc para hablar sobre migraciones. “Una de las razones por las que me gusta estar aquí es porque te ayuda un montón a empatizar con gente de otros sitios. Cuando investigas sobre tu país y conoces cómo viven personas, valoras más cómo vives tú”, indica.

Un evento global

Además de Madrid otras ciudades como Bilbao organizan en España el evento que, a nivel global, se conoce como MUN (Modelo de Naciones Unidas). No se ciñe solo a la etapa escolar, también se extiende a universitarios -más popular- y en ellos participan personas de todo el mundo. Denisse y Mariana, por ejemplo, estuvieron el pasado marzo en un encuentro en Londres con más de 600 estudiantes de distintas nacionalidades. 

“Se enriquecen de una cultura internacional y de la diversidad de opiniones, religiones, culturas de países y de posturas. También aprenden a trabajar en equipo. técnicas de negociación, a hablar en público o a investigar”, sostiene Gil. Las jóvenes indagan en la situación de los países a los que representan y, con el apoyo de formadoras, elaboran documentos similares a las resoluciones que emanan de los organismos de Naciones Unidas. 

A partir de este sábado, los estudiantes que participan en Youth Mun Madrid continuarán con las sesiones en un colegio de la ciudad. Las distintas resoluciones que logren aprobar se enviarán a la sede de ONU en Nueva York, según explica la organización.

“Es necesario que se escuche la voz de los jóvenes, porque nosotros vemos las distintas realidades que a lo mejor un adulto no ve”, afirma Denisse. “Nosotros los jóvenes incluso podemos dar soluciones mejor a los problemas del mundo, porque como aún no somos adultos, somos más sinceros y no pensamos solo en nuestro beneficio, sino en el de todos”, sentencia Maryam.

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