España no vetará las expulsiones de refugiados a Turquía a cambio de mejoras en el trato
España no se inclinará por vetar nada los próximos 17 y 18 de marzo, durante la Cumbre europea que definirá el principio de acuerdo alcanzado el pasado 7 de marzo con Turquía, según el cual todo aquel refugiado que llegue a las islas griegas del Mar Egeo será devuelto a Turquía (y a cambio, por cada expulsado se admitirá un sirio, lo que lleva a concluir que un refugiado que no sea sirio tendrá prohibida la entrada a la UE). El Gobierno planteará mejoras en el trato al refugiado. Pero son mejoras que ya estaban en el aire.
Parecía que España estaba dispuesta a ejercer un bloqueo por las declaraciones de José Manuel García-Margallo en Bruselas este lunes 14 de marzo, justo antes del Consejo de Ministros de Exteriores de la UE. “Nos pareció desde el primer momento inaceptable”, clamó Margallo por la mañana. Por la tarde, el ministro matizó: “Añadimos principios que deben estar en el acuerdo. No puede haber retornos colectivos y los migrantes irregulares tendrán que registrarse y solicitar asilo. Mientras se tramita no podrán ser retornados”.
En realidad, el acuerdo con Turquía no podrá comportar expulsiones colectivas. Pero no por la posición española sino porque la legalidad internacional así lo establece: la Convención de Ginebra, la Carta de Derechos Fundamentales o el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, entre otros. España no vetará, sin embargo, el hecho de que todo el irregular que llegue vaya a ser reenviado a Turquía, algo que emana de la declaración del 7 de marzo. Ni que solo se vaya a admitir a sirios.
Sí hay algunos cambios con relación al trato del migrante. “La medida será temporal y extraordinaria”, señala un borrador de Exteriores. El registro de asilo marca asimismo un “proceso de individualización” en palabras de Margallo, que viene a decir que los refugiados desfilarán uno a uno y que cada caso deberá ser estudiado.
“Solo se retornará a los que no hayan solicitado asilo o su solicitud haya sido rechazada por ser infundada o inadmisible”, se lee en otro de los puntos del borrador. Esta propuesta, que parece dirigida a cargarse el acuerdo del 7 de marzo, recibe un jarro de agua fría a continuación en el borrador.
Primero, porque una de las condiciones para la inadmisibilidad es “haber recibido protección internacional en un primer país o proceder de un país seguro”. Segundo, porque acto seguido se puede leer: “[los refugiados] podrán ser retornados a Turquía porque es un país seguro”.
Esta consideración admite la expulsión a Turquía. La propuesta española contempla la posibilidad de que los solicitantes de asilo puedan recurrir, y en ese tiempo no podrán ser devueltos mientras se resuelva el recurso. Eso significa que la expulsión de refugiados a Turquía será más lenta en la UE, pero no que España sanciona el acuerdo de hace una semana.
Margallo ha tenido que dar dos ruedas de prensa ante la insistencia de los periodistas. En la primera apenas respondió a preguntas. Interrogado sobre si el presidente Mariano Rajoy defenderá esta propuesta en el Congreso, el titular de Exteriores respondió: “pregúnteselo a él”.
Las propuestas de España no parecen irreconciliables con el espíritu de la letra aprobado el otro día: por el contrario, reclama mejoras en el trato a los refugiados, algunas de las cuales ya estaban en marcha según los portavoces de la Comisión Europea. Y poco más.