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El Gobierno aprueba la nueva estrategia de la cooperación española ante la crisis global de la COVID-19

África superó a principios de julio las 10.000 muertes y los 400.000 contagios de COVID-19

Gabriela Sánchez

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“Si dejamos que el virus se propague como el fuego, especialmente en las regiones más vulnerables del mundo, podría matar a millones de personas”, advirtió el 19 de marzo António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas. Llamaba al lanzamiento de una acción coordinada a nivel mundial para hacer frente a los distintos desafíos que la COVID-19 deja a su paso en los países empobrecidos. Como ha adelantado eldiario.es, tras un proceso de diálogo con todos los actores implicados, el Gobierno español ha aprobado la estrategia que marcará las líneas de actuación de la cooperación al desarrollo española para responder a la crisis global del coronavirus.

“Esta respuesta española que hemos querido reflejar en un pequeño documento es resultado de un gran consenso en España entre el Gobierno, comunidades autónonomas, las FEMP, los sindicatos, empresas, la universidad, las ONG y los expertos. Un gran esfuerzo de consenso español en el que todos nos vamos a volcar los próximos dos años”, ha afirmado la ministra de Exteriores, Arancha González Laya en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Según la estrategia, a cuyo borrador accedió eldiario.es, el conjunto de la Cooperación española movilizará un presupuesto total estimado en 1.679 millones de euros, una cantidad que engloba las aportaciones públicas y privadas, considerada insuficiente por algunos de los actores implicados en el proceso de consultas. Según detalla el borrador, estas cuantías se actualizarán periódicamente conforme evolucione la crisis, dada la incertidumbre asociada a la pandemia. Según indica el documento, “con carácter inmediato, el Gobierno de España ha identificado recursos para hacer frente a la crisis por un monto inicial de aproximadamente 318 millones de euros en 2020 en donaciones, a lo que se suman 1.355,3 millones de euros de cooperación financiera reembolsable. Por su parte, las Comunidades Autónomas contribuirán con un total estimado en seis millones, a los que se sumará la contribución de las entidades locales, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

Más allá del documento, el Consejo de Ministros ha aprobado partidas presupuestarias para “hacer frente a los compromisos” marcados en la estrategia. El Gobierno ha dado luz verde por el momento a una partida de 32 millones de euros destinados a programas de las Naciones Unidas, enfocadas en infancia y apoyo de los refugiados; 85 millones de euros dirigidos a “microcréditos para apoyar pequeñas empresas” en Parú, Honduras y Senegal, entre otros países, según ha detallado la ministra de Exteriores.

La Estrategia de respuesta conjunta de la Cooperación Española a la crisis de la COVID-19 tiene el objetivo de “flexibilizar y reorientar programas para acompañar de manera urgente, a corto y medio plazo a los países y poblaciones más vulnerables en los ámbitos humanitario, de salud, socioeconómico y de gobernanza”, explican desde la Secretaría de Estado de Cooperación. 

Según el borrador final de la estrategia, al que ha accedido eldiario.es, la Cooperación Española establece tres prioridades a la hora de apoyar la respuesta a la crisis de la COVID-19 en los países empobrecidos: “salvar vidas y reforzar los sistemas de salud pública; proteger y recuperar derechos y capacidades; y preservar y transformar los sistemas socioeconómicos, apostando por la recuperación del tejido productivo”. 

Del presupuesto total estimado, la gran mayoría, más de 1.100 millones de euros, se destinará a la cooperación multilateral, es decir, aquella canalizada por medio de organismos internacionales de desarrollo, en vez de ser gestionada directamente por la desgastada política española de cooperación, que aún no ha sido reconstruida tras los profundos recortes sufridos desde la crisis de 2008. 

Por su parte, 12 millones de euros serán destinados a los llamamientos globales del Plan Global de Respuesta Humanitaria, coordinado por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y al menos 58 millones adicionales se canalizarán a través de ayuda humanitaria, con recursos asignados para actuaciones específicas de género. Los programas bilaterales de la cooperación española gestionarán 467,5 millones de euros, a lo que se sumarán 34 millones dirigidos a proyectos de entidades privadas, la mayoría de ONG, centrados en frenar los efectos de la crisis del coronavirus, según la estrategia.

La primera de las prioridades marcadas por el Gobierno es respaldar el refuerzo de los sistemas públicos de salud, tras los aprendizajes obtenidos durante los primeros meses de la pandemia en España. “Es innegable que la pandemia nos ha llevado a un nuevo escenario. Uno en el que resulta imperativo avanzar en el tercer objetivo de desarrollo sostenible y lograr la cobertura sanitaria universal”, afirmó a finales de junio la ministra de Exteriores en el Congreso de los Diputados.

La estrategia apunta a trabajar en “garantizar la cobertura y el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19, evitando su colapso, reforzando la atención primaria de salud y comunitaria como pilar esencial de los sistemas de salud”. En este sentido, los actores públicos y privados que forman parte de la Cooperación española se comprometen a promover la consideración de bienes públicos a las futuras vacunas y tratamientos contra el virus. 

Otro de los factores clave donde pretenden incidir a través del envío de fondos es el refuerzo la contratación de personal sanitario local, en coordinación con los gobiernos nacionales “para garantizar la continuidad de los servicios durante la pandemia y tras la pandemia”. En esta línea, la estrategia busca apostar por fortalecer la capacidad de organizaciones comunitarias y locales. Según el documento, multiplicar “la colaboración científico-técnica con los países afectados es esencial”. Entre las medidas destacadas, Exteriores destaca “el apoyo al uso de tecnologías de la información capaces de hacer el mejor uso de 'big data' como una línea de trabajo importante acompañándolo de medidas que contrarresten las fake news sobre la pandemia, salvaguardando los estándares internacionales de DDHH en aquellos contextos de democracias menos robustas donde operan los actores de la Cooperación Española”.

Más allá del ámbito sanitario, la Cooperación Española trabajará para garantizar entre las poblaciones más afectadas el derecho a la alimentación y a la educación, después de los efectos provocados por el confinamiento en los países más vulnerables. “La pandemia de COVID-19 está impactando directamente a los sistemas alimentarios en el suministro y la demanda de alimentos e indirectamente, pero importante, con la disminución del poder adquisitivo y la capacidad de producir o distribuir alimentos”, detalla el contenido de la estrategia. “Todo ello afectará especialmente a los países con crisis humanitarias en curso, como los que se enfrentan a emergencias excepcionales derivadas de conflictos, crisis climáticas o los brotes de la langosta del desierto”, advierten. 

Otra de las lecciones de la pandemia en Europa es la importancia del acceso a agua y saneamiento. “La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia del acceso universal y seguro al agua y saneamiento en los domicilios y en los hospitales. Las poblaciones vulnerables deben contar con acceso a agua de calidad y a un saneamiento seguro”, detalla el texto del que Arancha González Laya pretende informar este martes al resto del equipo de gobierno.

Desde la Coordinadora Española de ONGD, que ha participado en el proceso de consultas del texto, celebran la aprobación de la estrategia pues, a su juicio, coloca a España en la “dimensión global” de la gestión de la pandemia. Desde la plataforma que agrupa a las principales ONG españolas valoran el proceso de debate que ha caracterizado a la creación del documento.

“Conjugar una estrategia descentralizada es muy positivo, pues engloba a todo el sistema de cooperación. Tiene en cuenta a las ONG, que aportamos unos 500 millones de euros con las donaciones de la ciudadanía. Incluye a todos los actores, es un sistema coordinado que se pone en marcha”, destaca Carlos García Paret , economista experto en desarrollo miembro de la Coordinadora, quien también recalca dos “desafíos”.

Según sostiene García Paret, la respuesta española ante la crisis global evidencia los efectos de años de recortes, que han devastado la política de cooperación española durante una década, sin que aún ningún gobierno haya cumplido con la prometida recuperación. “La estrategia se centra en la ayuda multilateral porque estamos con dos tercios menos de recursos de los que había en 2008. En este sentido, estamos en los niveles de países del este, como si acabásemos de llegar, en vez de contar con un sistema propio de cooperación, como Francia, Alemania y Dinamarca”, lamenta el especialista. Además, desde la Coordinadora de ONGD, consideran “poco ambiciosa” la posición de España ante la cancelación de la deuda de países “empobrecidos”.En la estrategia hay muchas aristas que pulir si miramos el exceso de instrumentos de crédito y la falta de ambición en relación a los compromisos de deuda”, cuestionan desde la plataforma.

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