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Sobre este blog

Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.

Carril Bici en Castellana, ¿para hoy o para mañana?

Una plataforma que pide vías ciclistas segregadas para Madrid.

Pedro Bravo

Una gente con ganas de que haya más bicis en Madrid se junta y monta algo llamado Plataforma Carril Bici Castellana. Abre una petición en Change.org y se mueve por redes sociales para conseguir firmas. Ahora mismo hay 5.760 y subiendo. No es un clamor pero no está nada mal para un par de días de vida que tiene. Como suele ocurrir en estos casos, hay debate en esas mismas redes. Se suman a la petición colectivos con solera como Conbici y Pedalibre y al otro lado se ponen activistas ciclistas y otros colectivos que protestan porque prefieren la integración de las bicicletas en el tráfico. En algo coinciden los dos bandos, aunque no lo admitan mucho por eso de no dejar de discutir: lo que sobran son coches y espacio para ellos. Esto está pasando esta semana en la capital del Reino. Otra vez.

Echo un vistazo rápido a la plataforma municipal de propuestas ciudadanas y democracia directa Decide.Madrid.es y veo que hay 426 entradas que contienen la palabra “bici” —202 de ella con el conjunto “carril bici”—. Vale que no todas son peticiones concretas de más bicis (por ejemplo: algunas son para sacar, con buen criterio, a los ciclistas de las aceras) pero la mayoría sí van en ese plan. Esto también lleva pasando desde que existe la plataforma, o sea, hace un par de años.

También está pasando que el Ayuntamiento de Ahora Madrid ha aprobado la revisión del Plan Director de Movilidad Ciclista, que tiene diez años pero que está como nuevo porque prácticamente no se ha usado (en Wallapop se sacarían algo), y que sigue insistiendo en que la bici es uno de los pivotes de su Plan A para mejorar la calidad del aire y la vida en la ciudad en general.

Todo esto está pasando mientras lo que no está pasando es lo que debería pasar: no hay muchas más bicis en esta ciudad que hace tres años (no tengo datos porque otra cosa que no pasa es que se contabilicen las cosas que pasan).

Quizás los únicos que hayan visto que las intenciones del Ayuntamiento se han hecho realidad sean los miembros de la oposición y los columnistas de la prensa del siglo XX, valga la redundancia, que aseguran que Carmena será recordada por el carril bici y nada más. ¿Por cuál? Aviso, va una valoración de barra de bar: si es para bien, será por el de Santa Engracia; si es para mal, será por casi todos los demás (que tampoco han sido muchos).

Sueno un poco mohíno, soy consciente. No sé la de veces que he aparecido aquí para hablar sobre Madrid y las bicis, ya desde aquellos tiempos bien lejanos de Ana Botella. A veces enfadado, a veces ilusionado, a veces hasta en el virtuoso término medio. Ahora mismo sólo me sale la desesperación, tanta que hasta escribo por Julio Iglesias y digo: la vida sigue igual y la gente de Madrid sigue queriendo y pidiendo más bicis en Madrid.

¿Que ya se puede ir en bici por Madrid por la calzada, por los ciclocarriles y por esos espacios separados del tráfico con líneas blanca de pintura? Claro, algunos lo hacemos pero hay muchos que, por lo que sea (no los conozco a todos, lo siento), piden infraestructuras segregadas para circular a pedales. Los de la nueva Plataforma Carril Bici Castellana, los de las propuestas de Decide.Madrid.es y supongo que bastantes más que ni se enteran de estas cosas porque están a lo suyo.

Yo no firmo lo de Change.org porque me he propuesto dejar tranquilo mi buzón de correo electrónico pero me parece bien que exista esa vía. Y, por pedir, me parecería aún mejor que hubiera una buena red de infraestructuras ciclistas segregadas y hasta que estuviese bien diseñada. Se supone que es lo que debería estar pasando pero no pasa porque en Madrid, gobierne que gobierne, se sigue la tradición: en materia de bici, se dice muchísimo más de lo que se hace.

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Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.

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