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Alemania, enrocada contra los eurobonos: por qué se mantiene el 'no' de los días de la crisis financiera

La canciller alemana, Angela Merkel.

Aldo Mas

Berlín —

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La crisis económica desatada por la pandemia de la COVID-19 obliga a tomar medidas excepcionales. Por ejemplo, en Alemania, la locomotora económica del viejo continente, han pasado página de los días sin deudas en las cuentas del Gobierno. 

El Ejecutivo de gran coalición que lidera la canciller Angela Merkel anda implementando estos días un paquete que llevará al gobierno a endeudarse por valor de unos 156.000 millones de euros y a la creación de un Fondo de Estabilización para la Economía (WSF, por sus siglas alemanas) valorado en 600.000 millones de euros. “El Gobierno nunca había acordado un paquete de medidas así. Lo hacemos para mitigar los efectos de la propagación del coronavirus y para guiarnos en estos tiempos difíciles”, ha dicho la propia Merkel. 

Más allá de asegurar un plan nacional de 'rescate' de la economía germana, los responsables políticos alemanes no parecen muy dispuestos a innovar sobremanera en la búsqueda de soluciones a nivel europeo. Al menos, no quieren innovar tanto como reclaman países como Francia, Italia o España, desde los que estos días vuelve a defenderse la idea de crear eurobonos para poder financiarse en plena crisis sanitaria y económica. Sobre los eurobonos, el ministro alemán de Economía, el conservador Peter Altmaier, ha dejado dicho lo siguiente: “La discusión sobre los eurobonos es un debate fantasma”.

Los últimos debates de los líderes europeos no han cambiado ni un ápice la oposición alemana a mutualizar deudas. Ya se llamen 'eurobonos' o 'coronabonos', “la posición oficial del Gobierno es de escepticismo frente a tomar ese camino”, dice a eldiario.es Jurgen Donges, profesor del Instituto de Política Económica de la Universidad de Colonia.

“Que ahora esté sobre la mesa este tipo de bonos supone volver a la discusión de los eurobonos, o sea, de mutualizar deuda, y esto tiene un problema grande independientemente del coronavirus, y es que distorsiona los incentivos”, plantea Donges, que fue integrante entre 1992 y 2002 del Consejo Alemán de Expertos Económicos, organismo asesor del Gobierno germano.

“Los eurobonos no hacen falta”

A su entender, y al parecer también lo creen así en el Gobierno alemán, los eurobonos no mezclarían bien con “políticas presupuestarias rigurosas, sólidas y sostenibles en el tiempo”. “Esto es lo que nos lleva en Alemania y también en otros países a ser escépticos con los eurobonos. Pero es que, además, no hacen faltan”, añade Donges. “Hay una manía en la Comisión Europea y es que, cuando hay un problema, quieren pensar en nuevos mecanismos, nuevos fondos e ideas. Pero ¿Por qué no utilizar los instrumentos que ya hay? Porque hay muchos...”, abunda.

A su entender, países como Alemania van a poder endeudarse fuertemente frente al shock económico del coronavirus con las medidas como las recién acordadas por Merkel y compañía. La situación de países como España, Italia o Francia, que llegan a esta crisis más endeudados, implicará que, en los mercados de capital, “tengan que asumir una prima de riesgo porque su situación no es tan estable como la de Holanda, Austria o Alemania, pero también pueden recurrir al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que se podría agilizar para que consiguieran los medios de financiación que necesitan”, según Donges. Este economista no olvida la opción que consiste en hacer más o menos caso omiso al objetivo del déficit público del 3% del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Escuchar a Donges ayuda a comprender las razones por las que Merkel y compañía se enrocan ante la propuesta de mutualizar deudas en Europa como ya ocurriera hace diez años, durante la crisis del euro. Pero también en suelo germano se debate cómo deben contribuir los países más fuertes económicamente en la mejora de la situación de las economías europeas más debilitadas. 

Va en el interés de países fuertes como Alemania ayudar a los países débiles en esta crisis“, dice a eldiario.es Marcel Fratzscher, presidente del Instituto Alemán para la Investigación Economía (DIW), una institución con sede en Berlín. 

Una línea de crédito en lugar de eurobonos

Fratzscher, sin embargo, tampoco ve en la mutualización de deuda la mejor de las opciones. “Una mejor alternativa a los 'coronabonos' sería un programa dentro del MEDE que se podría llamar línea de crédito COVID, que sería tan eficaz como los bonos conjuntos. La mayor ventaja de esta línea de crédito es que podría ser implementada rápidamente y podría prestar ayuda inmediata”, explica Fratzscher.

Otros economistas alemanes, sin embargo, creen en la idoneidad de mutualizar deuda en Europa. Los 'coronabonos', de hecho, eran respaldados el pasado sábado por siete destacados economistas germanos en las paginas del diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, una publicación cuya línea editorial se identifica más bien con los postulados 'ordoliberales' a los que siempre ha sido fiel el Gobierno de Merkel. 

Por su parte, el no menos influyente periódico de línea más progresista Süddeutsche Zeitung defendía abiertamente en uno de sus editoriales económicos de esta semana la idea de mutualizar la deuda. “Sólo unos auténticos eurobonos facilitarían el marco financiero ilimitado que necesitamos ahora mismo. Si no es posible una respuesta global a la crisis mundial, se necesita, por lo menos una señal europea”, escribía el periodista Jan Willmroth en el diario muniqués.

Un shock ante el que hay que hacer algo

“En Alemania hay ahora mismo, en vista del shock que ha supuesto la pandemia, la sensación de que hay que actuar. Por eso hay quien piensa en recursos del pasado. Ahí entra el pensar en mutualizar deudas”, reconoce Donges, que insiste en su escepticismo. “Si mutualizar la deuda fuera una cosa transitoria, bueno, podría ayudar a un país u otro para financiar la compra de material sanitario durante un año. Pero yo, conociendo como funciona la Unión Europa, le digo que si la mutualización llega, llega para quedarse”, añade.

En cualquier caso, en la Alemania de Merkel, el “ambiente, en general, no es contrario a los eurobonos, sin embargo, los políticos vacilan”, dice a eldiario.es Christoph Trebesch, profesor de la Universidad de Kiel e investigador del Instituto de Kiel para la Economía Mundial. Trebesch cita varios factores que explican la actitud escéptica de los responsables políticos alemanes ante los eurobonos.

“Primero, no es fácil introducir un instrumento así desde un punto de vista legal. Hay límites en los tratados europeos – como la cláusula de no bailout [negativa a hacerse cargo de la deuda pública de naciones endeudadas] –, y en Alemania hay varias resoluciones del Tribunal Constitucional que prohiben la mutualización de deudas”, expone Trebesch. “Segundo, algunos políticos todavía consideran que una decisión en favor de los eurobonos como algo que llegaría demasiado pronto. La crisis tiene primero que empeorar para tomarse esta decisión”, añade este experto.

A su entender, esa consideración de los políticos germanos es un “error”. A todo esto se une el temor de pensar que la emisión de eurobonos pueda “animar al endeudamiento excesivo”, según Trebesch.

Desde Colonia, Donges apunta en este sentido que muchos en Alemania creen que mutualizar deuda significa, en último término, “que los contribuyentes de otros países financien las deudas de otros”. “Los gobiernos tienen que ser los primeros responsables de su política presupuestaria, también en una situación de crisis como la actual”, según Donges.

“Mutualizar deuda no es un buen sistema. A nivel individual nadie aceptaría que la deuda de su vecino se mutualice con los recursos personales de uno, salvo que la situación no sea extraordinaria, y, aún así, eso se haría una vez, no constantemente”, concluye.

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