Un rebrote del coronavirus en otoño haría caer la economía un 11,7% y dispararía la deuda al 122% del PIB, según la AIReF
En un contexto de “elevada incertidumbre” y de limitaciones estadísticas y de información, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha evaluado el panorama económico al que se enfrenta España debido a la crisis del coronavirus. Dibujan un escenario más pesimista que el del Gobierno respecto a la recuperación el año próximo, la caída esperada de ingresos fiscales y la recuperación del empleo.
La institución, que ahora preside Cristina Herrero tras el paso al Ministerio de Inclusión de José Luis Escrivá, ha analizado la Actualización del Programa de Estabilidad (APE) 2020-2021 remitido a Bruselas el pasado 30 de abril, que ya preveía un derrumbe histórico de la economía. En este contexto, recomienda al Gobierno la activación de la cláusula de excepcionalidad recogida en la Ley de Estabilidad Presupuestaria para la suspensión del marco fiscal en 2020, con el fin de que el Estado y las CCAA puedan incurrir en déficit estructural. También piden iniciar los trabajos para elaborar un plan de reequilibrio de las cuentas públicas.
La AIReF prevé una caída del PIB en 2020 de hasta el 11,7% en el peor escenario, en el que la epidemia de coronavirus obligara a un confinamiento de mayor duración del previsto en el plan de desescalada del Gobierno o de recuperación más lenta de los sectores productivos. En concreto, hablan de la posibilidad de un rebrote del virus en otoño que obligara a un mes de confinamiento adicional. En ese caso, además, el déficit de 2020 se situaría en el 13,8% del PIB, y la deuda pública en el 122%.
Hay otro escenario menos adverso, el que se produciría de no darse este rebrote de la epidemia tras el verano, y si se cumple el calendario de desescalada que prevé el fin del confinamiento el 15 de mayo. Supondría una recuperación gradual de la actividad económica, si bien las actividades relacionadas con el turismo y la restauración continuarían afectadas hasta finales de 2020 por las medidas de distanciamiento social.
En este caso, el retroceso de la actividad sería del 8,9%. Esta previsión está más en línea con la enviada por el Ejecutivo a Bruselas (9,2%). El déficit de las Administraciones Públicas se situaría en el 10,9% del PIB en el escenario menos adverso, y la deuda pública en el 115%.
Según ha explicado Herrero, la “elevada incertidumbre” impide evaluar las probabilidades de que se cumplan sus propios escenarios o los del Gobierno. “Podrían hacerse infinitos escenarios y supuestos, cambiando la duración de la pandemia y la incidencia en los distintos sectores”, ha recalcado.
Recuperación más lenta en 2021
La recuperación que se espera para el año que viene también es más pesimista.“Pensamos que existen muchos riesgos a la baja respecto a la recuperación que prevé el Gobierno” aún cuando se cumpliesen las hipótesis de partida respecto a la pandemia, según la directora de la División de Análisis Económico, Esther Gordo, salvo que se descubra una vacuna.
“El Gobierno estima que a finales de 2021 prácticamente se habrían recuperado los niveles previos a la crisis, nosotros estimamos que entonces todavía estaríamos cinco puntos por debajo de lo observado”, ha señalado.
El programa de estabilidad remitido a Bruselas estima una recuperación en forma de “V asimétrica” de modo que, a finales de 2021, el producto interior bruto de la economía habría recuperado prácticamente el nivel registrado con anterioridad a la crisis. Es decir, la recuperación del nivel de renta se produciría en tan solo seis trimestres. “Especialmente destacable en el contexto de incertidumbre actual es la recuperación tan rápida de la inversión y del empleo que se incorpora”, subraya la AIReF.
La previsión de la AIReF es que el empleo crezca un 2,6% en 2021 frente al 5,7% que espera el Gobierno en 2021. Y creen que tres de cada diez trabajadores afectados por un ERTE no volverá a su puesto de trabajo.
Su impresión es que, sea cual sea el escenario, la economía española presenta algunas características estructurales que harán que la recuperación sea lenta y gradual, de modo que se tardará varios trimestres en recuperar el nivel de PIB anterior. La especialización en turismo y restauración, actividades muy intensivas en empleo, hacen prever un alto ritmo de destrucción de puestos de trabajo, ha añadido Gordo.
En total, a pesar del carácter temporal de la crisis sanitaria, la AIReF estima que el déficit de las administraciones públicas se situará en 2021 entre el 7,5% y el 9,4%, según el escenario que se materialice. Por su parte, la recuperación de la actividad económica en 2021 no será suficiente para revertir el impacto macroeconómico de la crisis sobre las cuentas públicas. Sin rebrote del virus, la economía crecerá un 4,6% en 2021, y con rebrote un 5,8% (esto es debido a que la caída en 2020 habrá sido mayor). El gobierno espera una subida del 6,8%.
Incoherencias en ingresos y gastos
Por otro lado, la AIReF considera que las previsiones fiscales que ha reflejado el Gobierno en su Actualización del Plan de Estabilidad remitido a Bruselas “no parecen completamente coherentes con el escenario macroeconómico”. A pesar de las diferencias con algunas de las previsiones, es un plan que la institución ha avalado.
La AIReF estima que los ingresos se situarán en 2020 entre el 39,5% y el 39,4% del PIB, ambos escenarios por debajo del 41,2% previsto por el Gobierno. En términos nominales, los ingresos caerán entre 30.000 y 45.000 millones respecto a 2019, señalan. En algunas figuras impositivas, como el IRPF y Sociedades, la caída en 2020 se verá amortiguada por las declaraciones anuales, que suponen la liquidación de periodos impositivos previos a la crisis, mientras que otras como el IVA o las cotizaciones sociales reflejan más fielmente la evolución contemporánea de la economía.
Por su parte, el peso de los gastos sobre el PIB se elevará hasta alcanzar entre el 50,4% y el 53,2% del PIB, quedando la estimación del Gobierno en el 51,5%, entre ambos escenarios.
La institución señala que la mayor parte de las medidas adoptadas hasta el momento tienen un carácter temporal y se revierten de manera automática, por lo que no generarán gasto adicional en próximos ejercicios. Por su parte, las medidas de carácter permanente aprobadas hasta la fecha tendrán un impacto limitado sobre el déficit. No incluyen el impacto del ingreso mínimo vital, dado que está aún por determinar en todo detalle.
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