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Éxito de recaudación del impuesto al plástico: supera la cuantía prevista dos meses antes de acabar el año

En la imagen de archivo, peces nadan alrededor de una bolsa de plástico en el mar. EFE/Archivo/Mike Nelson

Diego Larrouy

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PSOE y Sumar acordaron en su pacto de Gobierno de coalición abordar una mayor fiscalidad medioambiental. Se trata de tributos que buscan cambiar comportamientos nocivos para el medioambiente penalizando conductas que vayan en contra de la transición ecológica. Durante la pasada legislatura, el Ejecutivo ya dio algunos pasos al incluir nuevas figuras tributarias como la que grava el plástico de un solo uso. Este tributo ya recauda cerca de 500 millones y ha superado lo presupuestado para este año, pese a que todavía quedan los datos de dos meses.

A menudo, cuando se instaura un nuevo impuesto, las proyecciones de recaudación suelen ser superiores a la realidad. Ha pasado con el impuesto a la banca y las energéticas o con el que grava la transacciones financieras. Figuras nacidas para recaudar una cantidad y que, en la práctica, muestran resultados más modestos. Por ahora, el impuesto al plástico está apuntando en otra dirección. Entró en vigor el 1 de enero y hasta el 31 de octubre ha recaudado 499 millones de euros, según figura en los registros mensuales de la Agencia Tributaria. Los Presupuestos Generales del Estado de 2023 apuntaban a una proyección de 456 millones para todo el año.

La norma define este impuesto como una figura “de naturaleza indirecta” que recae sobre “la utilización en territorio español de envases no reutilizables que contengan plástico, tanto si se presentan vacíos como si se presentan conteniendo, protegiendo, manipulando, distribuyendo y presentando mercancía”. Aunque es un tributo algo complejo, se puede resumir en que grava con 45 céntimos de euro cada kilo de plástico de un solo uso.

El impuesto se había creado unos meses antes de su entrada en vigor. Se hizo a través de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, aprobada en 2022 e impulsada por el Ministerio de Transición Ecológica. “Será un impuesto indirecto que recaerá sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de envases de plástico no reutilizables que vayan a ser utilizados en el mercado español”, indicó la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, el año pasado.

El impuesto, por tanto, se encuadró en una norma que buscaba reducir la proliferación del plástico de un solo uso con distintas obligaciones entre las que se encuentra, también, la fiscal. Además, recordó entonces Ribera, está en línea con lo que marcan las directivas comunitarias y con la necesidad de España de incrementar sus impuestos medioambientales, un campo en el que se encuentra por detrás de otros países de nuestro entorno.

Los casi 500 millones de euros que ha recaudado el impuesto hasta finales de octubre suponen una pequeña aportación al total de la recaudación en el periodo. En 10 meses, la Agencia Tributaria registra 235.400 millones de euros de ingresos, un 5,2% más que el año pasado. Sin embargo, su primer año en funcionamiento ha servido para evitar que el apartado de impuestos especiales, que al igual que el IVA están vinculados al consumo, retrocediera. La propia Agencia Tributaria explica que este bloque tributario aumenta sus ingresos un 1,6%, mientras que sin ese tributo, el resultado sería una caída del 1,2%.

Además, se sitúa entre las normas fiscales que han entrado en vigor este año y que mayor impacto están teniendo en cuanto a aumentar la recaudación. Según las estadísticas de la Agencia Tributaria, destacan en este sentido la limitación a las empresas de compensación de las pérdidas en sus filiales, que está aportando más de 720 millones de euros, o el impuesto a las grandes fortunas, que ha supuesto un ingreso para el Estado de 622 millones. Sin embargo, éstas son medidas temporales, mientras que el impuesto al plástico es permanente.

Por otro lado, los 500 millones ingresados por esta vía permiten compensar una parte de la pérdida de ingresos provocada por las rebajas fiscales temporales que ha aplicado el Gobierno dentro de las medidas frente a la inflación. Así, por poner un ejemplo, prácticamente cubre todo el impacto este año de la reducción del IVA de la electricidad, que hasta octubre suponía 514 millones de euros. Aunque el Gobierno todavía no ha concretado sus planes con esta rebaja, es probable que deje de estar en funcionamiento a partir de finales de mes.

Oposición de la derecha

La derecha cargó duramente contra este impuesto a comienzos de año y llegó a pedir al Gobierno que suspendiera su entrada en vigor y lo retirara. En concreto, solicitaron un año de retraso en su entrada en vigor. Según explicaron, su petición iba encaminada a no encarecer más la cesta de la compra en un contexto en el que la inflación apretaba la compra de alimentación y el Gobierno preparaba la entrada de la reducción al 0% de los productos frescos.

El PP llegó a plantear una proposición de ley en el Congreso para retrasar la entrada de estos impuestos, algo que fue rechazado por el Ejecutivo. La norma, además del impuesto al plástico, incluía otro sobre residuos en vertederos y el Gobierno aseguró que retirar ambos impuestos habría provocado una merma de más de 1.100 millones en ingresos. Además, Ribera ha defendido durante todo este tiempo el escaso impacto en el consumidor final. En concreto, aseguró que es “tan sutil y discreto” que lo que se paga por una botella de 1,5 litros típica de cualquier bebida es de 0,0135 euros, es decir “poco más de un céntimo”.

Si bien es cierto, el impuesto ha generado una cierta complejidad para las empresas para conocer si sus productos entran o no dentro del ámbito del impuesto. Existen distintas limitaciones y ejemplos que quedan excluidos. Muestra de que se trata de un impuesto que acaba de echar a andar y que genera dudas en el sector es que la Dirección General de Tributos (DGT), dependiente del Ministerio de Hacienda, ha recibido desde el comienzo del año más de 160 consultas.

En estas consultas, entre otras cosas, la DGT explica a las empresas que se acercan con dudas cuestiones como que las tripas artificiales para guardar embutido, la importación de productos envasados (aunque lo que se importe sea el producto y no el envase) o las bobinas de envasado con plástico se encuentran sujetas al impuesto. También afecta a otros productos como lápiz de labios, botes de cremas o las mallas de plástico que se utilizan para guardar productos hortofrutícolas.

La rebaja del IVA a los alimentos supone ya 1.400 millones

Las estadísticas de la Agencia Tributaria permiten también tener otros datos interesantes sobre la recaudación fiscal hasta finales de octubre. Uno de ellos es la rebaja del IVA de los alimentos, una medida que ya ha avanzado el Gobierno que se prolongará hasta junio del año que viene. Desde que en enero entrara en vigor este recorte fiscal, ha supuesto una merma de ingresos de más de 1.400 millones de euros. Pese a ello, los alimentos mantienen una subida del IPC en octubre del 9,5%, frente al 3,2% del conjunto de la economía.

Los datos mensuales de recaudación también nos dejan algunas tendencias para conocer por dónde va a ir el cierre del año en ingresos, que presumiblemente volverá a superar el récord de ingresos del año pasado, aunque con un crecimiento ya más moderado. En total, los ingresos homogéneos suben un 5,8%. Destaca el crecimiento del IRPF, que recauda un 9,6% más. Y eso pese a que se ha dejado de ingresar casi 1.500 millones por la ampliación del beneficio fiscal para las rentas más bajas. El impuesto sobre Sociedades crece un 9,7%, pese a que la Agencia Tributaria ya aprecia una “moderación en el aumento de los beneficios”. El IVA, otra de las grandes figuras tributarias, apenas crece un 0,1%.

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