“Lo que no es bueno para la colmena, no es bueno para la abeja”: Grandes empresas buscan la confianza de la sociedad
Las empresas no pueden funcionar de espaldas a la realidad social. Es una de las frases que sintetizan el propósito de la jornada sobre reputación, sostenibilidad y licencia social organizada por la fundación empresarial Corporate Excellence y Moeve (antes Cepsa), empresa que el año pasado anunció su transformación “para ser un referente de la transición energética en Europa”.
En la jornada también han participado las empresas Enagás, Renault, Sacyr y DKV, así como el secretario general de Energía en la Junta de Andalucía, Manuel Larrasa; el presidente de Red Española de Desarrollo Rural, Mario Rodríguez, la Fundación Cotec y ECODES. Todos han hablado sobre cómo están intentando ganar esa licencia social —es decir, el contrato social que la empresa tiene con las distintas partes involucradas en una comunidad (empleados, sindicatos, comunidades), lo que se conoce como stakeholders, para lograr apoyos a su negocio.
“Las empresas hasta ahora estaban acostumbradas a mirar hacia adentro, pero ahora tienen que hacerlo hacia afuera. En el siglo XXI el contexto lo es todo”, ha expresado Jofre Bosch, cocreador del gabinete de incidencia pública beBartlet, junto al politólogo Nacho Corredor.
Para Juan Llobell, Director de Corporate Affairs de Moeve, “la reputación es el activo más importante que tienes. Si la gente se vuelve en contra, no hay proyecto que funcione. Estamos en una etapa convulsa, de desconfianza hacia las instituciones y hacia ciertos agentes, y sabemos que la licencia social se puede perder fácilmente”.
Lo secunda Pedro Alonso, director de Comunicación Sacyr: “Cada vez la opinión pública tiene mayor poder. Tener la confianza de las personas a las que impactas cada vez es más imprescindible”.
Desde Moeve defienden la escucha de la sociedad. “La economía de la atención hace que estemos distraídos y que por tanto seamos más vulnerables a totalitarismos que pueden aprovecharse de la situación. Si las empresas no aportamos confianza al sistema, podemos cargarnos al sistema. Lo que no es bueno para la colmena, no es bueno para la abeja. Necesitamos sociedades sanas para desarrollar nuestros proyectos”, ha comentado Enrique Rodríguez, director de comunicación externa y Reputación de Moeve.
Por su parte, desde la Fundación Cotec han señalado que ahora “el objetivo debería ser que las innovaciones no solo sean socialmente aceptables, sino socialmente deseables”, y también han puesto un ejemplo práctico: “Con la idea de impulsar la economía circular en entornos rurales hicimos una convocatoria abierta en la que tenían que ser las propias comunidades y consorcios locales los que identificasen su reto y diseñasen su propuesta para solucionarlo”. De esta forma, han explicado, gestionaron 162 propuestas de casi 50 provincias y eligieron tres demostradores de economía circular, a los que han estado acompañando.
Desde ECODES, fundación de ecología y desarrollo, han recordado que, pese a que ahora estamos inmersos en una transición hacia un modelo de economía descarbonizada y se podría presuponer que ésta se hará de forma “perfectamente ecológica y justa”, no tiene por qué: “Puedes descarbonizar la economía generando un gran impacto ambiental y de una forma totalmente desigual”, advierte . Por tanto, hay que partir de esto para que se generen espacios de potencial confianza“, advierte Mario Rodríguez, directivo de la fundación.
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