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Las pequeñas operadoras arañan más de 700.000 clientes a las grandes antes de la concentración del sector

Dos personas usan el teléfono móvil.- Archivo

Diego Larrouy

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En los próximos días se espera el visto bueno de Bruselas a la mayor operación en mucho tiempo en el sector de las telecomunicaciones en España. Orange y MásMóvil aspiran a ser una sola empresa en los próximos meses, convirtiéndose en la líder en varios negocios de telefonía. Por su parte, Vodafone ya tiene el aval regulatorio para su venta a Zegona. Pero mientras las grandes empresas se reorganizan, los pequeños operadores siguen ganando terreno gracias a su agresividad comercial: en el último año les han robado más de 700.000 clientes.

Empresas como Digi, Finetwork y otras han ido arañando clientes a las grandes compañías a base a ofertas por precio, a las que ahora van añadiendo nuevos servicios como la llegada de las primeras tarifas de 5G. Su avance es continuado desde hace más de un lustro, el mismo tiempo que las grandes compañías vienen arrastrando problemas de rentabilidad que han propiciado los cambios que van a producirse en los próximos meses.

Los datos recogidos por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dan fe del avance de las pequeñas operadoras a costa de las grandes que, lejos de frenarse, alcanzan nuevas cotas. Durante todo el año pasado, estas compañías, conocidas en el sector como Operadores Móviles Virtuales (OMV) han arrebatado más de 712.000 clientes de móvil de las grandes marcas. Es una cifra sensiblemente superior a la que se alcanzó en 2022, con 680.000 líneas ganadas de sus rivales más grandes. En tan solo dos años les han restado, por tanto, 1,4 millones de cuentas.



En contraste con la ganancia de las pequeñas operadoras, solo MásMóvil ha obtenido un saldo positivo, de algo más de 5.000 clientes ganados. Sin embargo, según la CNMC, Movistar perdió 60.000 clientes; Orange, más de 172.000 líneas y, por último, Vodafone se ha dejado por el camino 486.000 consumidores. Pese a la pérdida de líneas, Orange, que ha sido la primera empresa en presentar sus resultados del año 2023, señaló esta semana que ha logrado volver por primera vez desde 2018 al crecimiento en ingresos por servicios a clientes minoristas.

Las líneas móviles no son, en realidad, el negocio más rentable para las grandes operadoras. Sin embargo, su evolución sirve de termómetro para conocer la evolución del sector y de la batalla comercial. Precisamente esta batalla, a menudo basada en los precios, ha sido la justificación que han dado compañías como Movistar, Orange o Vodafone a reclamar a los reguladores facilidades para una mayor concentración en el sector de las telecomunicaciones. Es una tendencia que se repite también en otros países de Europa, donde se están produciendo distintas operaciones de este tipo.

De hecho, el acelerado avance de las pequeñas compañías durante el pasado año se ha producido en un contexto en el que las grandes marcas del país se encuentran inmersas en distintas operaciones. Orange y MásMóvil llevan meses a la espera de que Bruselas apruebe la fusión. Por su parte, Vodafone puso en venta su filial española aduciendo un contexto competitivo que erosionaba sus márgenes. Fue finalmente adquirida por el fondo británico Zegona, en una operación que recientemente ha tenido el visto bueno de la CNMC. Por su parte, Telefónica ha vivido unos últimos meses en los que los titulares han estado más centrados en la batalla accionarial, el nuevo plan estratégico o el ERE que en su actividad comercial.

Un nombre destaca sobre el resto entre las pequeñas operadoras: Digi. Es cierto que la CNMC no desagrega los datos entre los operadores móviles virtuales, pero la filial española de la compañía rumana ha sido señalada en el sector desde hace tiempo como el actor que más clientes está captando. Tras entrar hace años como una operadora enfocada en la población migrante, en los últimos ejercicios ha acelerado su estrategia de captación de clientes en base a bajos precios con buenos resultados.

Hoy, todo el mundo señala a Digi como la futura cuarta operadora del país como la alternativa con mayor tamaño al tridente formado por Movistar, Orange-MásMóvil y Vodafone. De hecho, ya ha obtenido réditos de la fusión de la filial de la empresa francesa que hace unos meses firmó un acuerdo para adquirir por 120 millones de euros activos de la compañía resultante. Se trata de una desinversión con la que intentaron convencer a Bruselas. Falta por saber si la Comisión Europea impondrá más desinversiones a la nueva compañía líder del país.

El sector vivió a partir de 2018 una batalla comercial cruenta por hacerse con clientes de los rivales. Fue MásMóvil la que a base de comprar pequeñas operadoras y jugar en el segmento del negocio de bajo coste se convirtió en uno de los principales grupos del país. Las portabilidades, esos cambios de una compañía a otra de teléfono móvil, fueron alcanzando récord tras récord. A MásMóvil le han cogido el testigo otras compañías como Digi.

Sin embargo, los últimos tres ejercicios han mostrado una situación más relajada, con menos intensidad comercial e incluso con un aumento de tarifas por parte de las grandes operadoras debido a la inflación. De hecho, lo llamativo de que las pequeñas operadoras hayan ganado de las principales marcas más clientes de lo que hicieron el año pasado es que se hace en un contexto de menos portabilidades. Según las estadísticas de la CNMC, el pasado año hubo menos de seis millones de cambios de una compañía a otra pese a que hay más líneas en activo que entonces. Es el menor dato desde 2016 y confirma una tendencia a la baja.



No solo han ganado clientes en telefonía móvil, también en el servicio de banda ancha fija. Es decir, el internet, en sus diferentes tecnologías, hasta el hogar. Según los datos de la CNMC, que es la autoridad en el mercado de las telecomunicaciones, las empresas que no se encuentran entre las cuatro grandes compañías del sector ganaron casi 540.000 hogares en 2023 en los que prestan sus servicios, hasta alcanzar 1,4 millones de viviendas con internet contratado. Aquí entra Digi pero también decenas de compañías muchas de ellas de ámbito regional. En el mismo periodo, MásMóvil ganó 126.000, Telefónica y Orange, algo más de 80.000 cada una, y Vodafone perdió 85.000.

Un sector muy concentrado

El año 2023 fue, por tanto, un ejercicio en el que las pequeñas compañías de telecomunicaciones en España ganaron cuota de mercado tanto en el negocio de las líneas móviles como en las de internet en los hogares. Así, han superado por primera vez los cuatro millones de móviles y el millón de hogares, según las cifras de la CNMC. Sin embargo, todavía se mantienen, incluso sumando en conjunto, lejos de las grandes compañías del sector.



Apenas suponen una cuota de mercado del 8% en todos los negocios. Es decir, más del 90% de dos de los principales productos contratados por los consumidores en telecomunicaciones, el móvil y la fibra, están controlados por cuatro empresas. O, mejor dicho, por tres, que será el resultado tras la fusión de Orange y MásMóvil. Esta nueva empresa nacerá en los próximos meses con más de un 40% de cuota de mercado en estas dos actividades, siendo líder y superando a Telefónica.

El próximo jueves, 22 de febrero, termina el plazo para que la Comisión Europea tome la decisión sobre Orange y MásMóvil. Tras ello, faltará el visto bueno del Gobierno. Con todo ello, la compañía espera dar por cerrada la operación a finales de marzo, con lo que se creará un nuevo gigante de las telecomunicaciones en España.

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