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ENTREVISTA Comisario europeo de Mercado Interior

Thierry Breton: “Al suspender las cuentas de Trump, las plataformas digitales reconocen ante todo el mundo su responsabilidad”

Thierry Breton, Comisario europeo de Mercado Interior.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Thierry Breton (París, 1955), ingeniero y empresario, es el comisario francés encargado del Mercado Interior de la Unión Europea. La cartera es de las más importantes en el Ejecutivo comunitario, por eso la consiguió Emmanuel Macron en aquellas largas negociaciones del verano de 2019 en las que el presidente francés logró situar a Christine Lagarde al frente del Banco Central Europeo.

Breton llegó a la Comisión Europea después de haber sido CEO de una empresa tecnológica importante –Atos figura en el CAC 40, el Ibex-35 francés, con un volumen de negocio de 12.000 millones en 2018–. Un año y medio después, en plena tercera ola de la pandemia del coronavirus, Breton habla con elDiario.es y otros medios europeos sobre los retos del año que comienza: la crisis sanitaria y económica de la COVID-19, el relevo en la Casa Blanca y la regulación que ha preparado el francés para “ordenar el espacio digital”.

“Si no se pueden hacer actos de sedición en la vida offline tampoco se puede en la online”, dice Breton sobre el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, quien vio suspendidas sus cuentas en las redes tras alentar la toma del Capitolio.

El comisario del Mercado Interior de la UE lanza dos palabras para definir 2020 y 2021: “Para 2020, me viene solidaridad, por las respuestas de la UE a la pandemia, juntos hemos demostrado que hemos podido actuar juntos como continente, después de haber reaccionado inicialmente cerrando fronteras. Para 2021, confianza, que hay que tener en la ciencia y la recuperación económica. En mi acción política, todos los días me preguntaré cómo he podido aumentar la confianza en esta o aquella dirección”.

¿Cómo ve el certificado de vacunas? ¿Puede mejorar la movilidad interior?

Creo que es importante para la confianza. Y, dije al principio, la confianza es extremadamente importante. Pero, este certificado no es un pasaporte y tampoco es suficiente, no podemos confiar solo en eso. Necesitamos, por supuesto, trabajo técnico, al igual que estamos trabajando en el reconocimiento de los tests y con los laboratorios para los tests de antígenos. No tendremos una sola solución para deshacernos de la crisis y recuperar la vida normal, si se me permite decirlo.

Es importante tener todas las opciones sobre la mesa, porque al final hay una cosa de la que estoy absolutamente seguro y es que nos libraremos de esta crisis con tres elementos: la solidaridad, la ciencia y la organización. Pero el concurso de ciencia no es fácil,. ya sea con la prueba de antígenos rápida y fiable, en la que estamos trabajando extremadamente duro, y también la capacidad de secuenciación porque para capturar una mutación del virus, la mejor herramienta es poder hacer una secuenciación rápida del ADN del virus.

Mi trabajo es asegurarnos de que el mercado interior podrá atraer suficiente capacidad en vacunas, y ofrecer a los Estados miembros solidaridad, financiación, logística e igualdad de acceso a la ciencia.

La Comisión Europea, de acuerdo con una comunicación presentada este martes, pide que el 70% de los adultos esté vacunado para el verano. ¿Es realista, considerando la duración del procedimiento de vacunación?

Sabemos que la inmunidad estará aquí cuando tengamos una población que representaría entre el 60% y el 70% no solo vacunada sino inmunizada. Y sabemos que este es probablemente un objetivo que debemos tener en cuenta tanto para nosotros como para Europa. Probablemente sea bueno tener en cuenta este objetivo del 70%.

Todos reaccionamos y vemos lo que podemos hacer, especialmente cuando creemos que sería razonable el objetivo, por supuesto en cuanto a la disponibilidad de las vacunas y a la capacidad de producirlas y distribuirlas.

¿Está preocupado como comisario encargado del mercado interior por posibles divergencias en la recuperación entre los Estados miembros, diferentes desequilibrios y niveles de deuda pública, como pueden abordarlo?

La pregunta es extremadamente importante. Hay que asegurarse de que cada uno cumple con la obligación del tratado, que es importante cuando se pertenece a un club como el que tenemos en Europa. Es lo que tiene la política y vivir juntos. Y por eso lo dije como ministro de Finanzas para reducir la deuda y volver al 60%

Y sí, tiene razón, hay un gran problema por delante, que sería la divergencia en la situación de la deuda frente a los países europeos y, por supuesto, los países de la eurozona. Eso es un gran problema. Hablo mucho de esto con mis amigos Paolo Gentiloni y Josep Borrell, es un gran problema. Y necesitamos abordar esto en el momento adecuado para hacerlo. Y yo personalmente no creo que sea el momento adecuado para hacerlo. Tenemos que afrontar la crisis.

Debemos asegurarnos de que haya un amplio respeto por la igualdad de condiciones dentro de la UE, que no haya un país que esté haciendo mucho más que otro, tenemos que asegurarnos del equilibrio y sabemos que tenemos que ser cautos.

En cuanto a la deuda, hay dos asuntos que creo que debemos tener en cuenta para hacer frente a la situación que estamos creando. La primera fase es cómo estábamos antes de la crisis, el resultado de las políticas de los Estados miembros. Y luego tienes la segunda fase, que es la crisis del COVID-19 y la deuda que nos hemos visto obligados a generar colectivamente con el mandato de la Comisión. Y algunos dicen que podría llamarse deuda covid, que es la deuda de este momento, la deuda 2020-2021, una situación en la que tomamos una acción conjunta global para evitar la crisis, para proteger a las personas y creamos una deuda adicional.

Es una deuda adicional que creamos juntos y hay que ver cuál sería su vencimiento, cómo afectaría a este o aquel país. Debemos asegurarnos de tener en cuenta esto.

Estamos ahora en el proceso de recibir todos los planes de recuperación de todos los Estados miembros y necesitamos asegurarnos de que seremos capaces de distribuir rápidamente los fondos. Por supuesto, analizaremos detenidamente los planes para la recuperación e inversión correctas en los Estados miembros.

Se están detectando problemas para acelerar las vacunaciones, como la falta de jeringuillas y agujas en algunos lugares. ¿Qué pueden hacer para ayudar a los Estados miembros?

En junio negociamos con los grandes laboratorios y empresas farmacéuticas para asegurarnos todo lo necesario en nuestro continente. Pero en aquel entonces, no sabíamos en absoluto quién haría la primera vacuna. Nos lo decíamos a nosotros mismos, estábamos apostando por los seis que creíamos eran laboratorios más serios y con más posibilidades. Pero una vacuna suele estar lista en 5-10 años, y más aún si se emplean nuevas tecnologías, como el ARN.

Y luego tuvimos que involucrarnos con las plantas de fabricación para obtener dinero para financiar la investigación y prepararnos para la producción, también de los materiales sanitarios.

No estoy al tanto de los problemas específicos que comenta, pero lo que puedo decirles es que nos comprometimos hace muchos meses para asegurarnos de que no tengamos un cuello de botella. La buena noticia es que logramos un buen resultado con dos de estas vacunas ya en diciembre. Nadie lo esperaba esto, y podremos comenzar a acelerar la producción. Es increíble.

Este miércoles toma posesión Joe Biden, dos semanas después de la toma del Capitolio por seguidores de Donald Trump, a quien las plataformas digitales suspendieron sus cuentas.

Cuando vi lo que estaba pasando el 6 de enero fue un shock, muy doloroso. Conozco muy bien Estados Unidos, he trabajado décadas allí, he sido profesor en la universidad durante muchos años en EEUU. Sabemos que el Capitolio es un símbolo muy importante de libertad, de democracia.

Dicho esto, algo sucedió dos días después, el 8 de enero, cuando dos de las plataformas digitales más grandes que no menciono [Twitter y Facebook] decidieron prohibir las cuentas del presidente de EEUU, un hecho sin precedentes. Para mí también fue un shock, muy relacionado con lo que estamos haciendo en Bruselas, fue un momento 9/11 [11-S] para las redes sociales, para la democracia y para el Partido Republicano.

Antes de todo esto, ha habido discrecionalidad y negación con respecto a las plataformas digitales, un vacío de responsabilidad. Ha habido muchas discusiones, y hasta el 8 de enero no reconocieron, públicamente y frente al mundo, que pueden tener una responsabilidad importante sobre lo que está sucediendo en sus plataformas.

Por eso que es un momento 11-S, todo el mundo estaba mirando lo que estaba sucediendo. Y luego, por supuesto, se ha derrumbado un gran paradigma al reconocer las redes sociales su responsabilidad ante todo el mundo. Si decidieron suspender a POTUS, es porque vieron que algo malo estaba afectando a sus redes con consecuencias muy importantes fuera del espacio digital. Y esto, por cierto, es lo que muchos observadores han dicho antes y lo que queríamos corregir, sin una vigilancia masiva de las redes sociales pero con asunción de responsabilidad de las empresas.

A partir de ese momento, me asaltaron varias cuestiones. La primera fue, OK, 'si reconocen esto, que necesitan controlar, entre comillas, lo que está sucediendo en sus redes o plataformas, implícitamente se reconoce que tal vez podían haber hecho esto antes'. Y la segunda es si una empresa privada puede silenciar a presidentes por sí misma o debería hacerlo por leyes que han pasado los controles parlamentarios y democráticos.

Y en la UE se votará sobre la incitación a los actos terroristas, al odio, las fake news, la pornografía, la falsificación... Todas estas normas estarán bajo el control del Parlamento. Y si está prohibido offline llamar a una sedición para ir a tomar el Capitolio, también está prohibido hacerlo online. Asumir la responsabilidad de decir que a uno de los usuarios se le debe prohibir el uso de una plataforma es algo importante y que, por supuesto, estaría regulado bajo el control de la democracia.

Cuando habla de confianza, ¿cómo ve la nueva era Biden que empieza ese miércoles?

Donald Trump logró 73 millones de votos. El país está dividido en dos partes. Una, que es bastante homogéneo, estos 73 millones de Trump. Y la otro, que no es tan homogénea, que son los 76 millones de votantes que votaron por Biden. Y creo que el trumpismo seguirá. No sé cuál será el futuro de Trump. Después de lo que sucedió el 6 de enero y seguro que tendrá muchos juicios en su contra, no solo por su vida personal y sus negocios, sino porque esto no es aceptable en democracia. No sé cuál será su futuro, ni tampoco el de este segundo impeachment que se discutirá en el Senado y que probablemente Mitch McConnell [líder de los republicanos en la Cámara Alta] no secundará. Probablemente observará con atención cómo se desarrollará el relevo presidencial, que es lo que quieren los partidos, al menos en el Senado y por supuesto en el Congreso. Están en shock.

No sé cuál sería el futuro con Donald Trump y el Partido Republicano. Pueden decidir en los próximos 10 a 15 días que no le permitirán postularse nuevamente para la presidencia. Veremos que pasa. Pero los 73 millones de votantes de Trump se quedarán. Necesitamos tener cabeza, sobre todo en estos momentos.

En cuanto a la administración Biden, será más fácil la relación por razones obvias y, además, tengo amigos en la nueva administración, conozco a muchos de ellos. Pero sé lo que piensan sobre China y sobre el resto de asuntos. Ellos defienden su interés y nosotros defendemos el de la UE, que es lo normal. Pero somos aliados. Y el comportamiento del Partido Republicano será muy importante en los próximos años.

Se han destruido muchas cosas, sobre todo en la alianza transatlántica, y tenemos que reconstruir eso, sabiendo exactamente dónde estamos. China es nuestro rival sistémico y seguirá siéndolo, pero, por supuesto, también tenemos alguna asociación con China. Y Estados Unidos siguen siendo nuestros aliados durante décadas a pesar de que ya comenzaron cambios con Barack Obama. No fue Trump quien primero dijo, 'oye, europeos, deberían financiar sus gastos en defensa'. Tendremos que seguir aumentando la manera de ser un poco más autosuficientes. Por supuesto, dentro de la OTAN.

¿La UE puede encontrar algún margen de mejora en la relación con EEUU en lo que respecta, por ejemplo, a la regulación de las plataformas y la tasa digital?

No es una sorpresa lo que estamos haciendo. Conozco a todos los actores desde hace muchos años y lo habíamos hablado. Hemos decidido políticamente que necesitamos regular. Somos una organización política. Somos cuerpo político. Y no somos ingenuos. Sabemos lo que está pasando sobre el terreno, escuchamos, vemos lo que está sucediendo en el espacio digital. Y sabemos que tenemos que asumir nuestra responsabilidad y quizás hayamos esperado demasiado.

Antes de la pandemia, Nancy Pelosi [actual portavoz del Congreso], a quien conozco muy bien, vino a Europa con muchos de nuestros colegas, demócratas, expertos en economía, tecnología, de asuntos exteriores, y tuvimos reuniones públicas aquí en la Comisión a principios del año pasado. Y les expliqué lo que queríamos hacer. Y hemos cumplido con una petición muy importante de todo el mundo, y es que cada país, cada empresa, cada ONG, cada sindicato, pueda dar su punto de vista. Y luego tomaremos nuestra decisión.

Lo que estamos haciendo es para los próximos 20 años y nadie sabe cuál será la plataforma de los próximos 20 años; ojalá haya para entonces algún actor principal europeo. Y lo que sucedió el 8 de enero cuando el llamado momento 11-S también ha supuesto un gran impacto para Estados Unidos. Al final, tenemos los mismos problemas y compartimos los mismos valores: Montesquieu. Lo que queremos es que este espacio digital, donde pasamos la mitad del tiempo, sea un espacio digital organizado como lo es el espacio físico.

¿Cree que algunas de estas ideas pueden ser desarrolladas también por la administración Biden? Por otro lado, la vicepresidenta de Justicia, Consumo e Igualdad, Věra Jourová, ha dicho que echaba de menos también que las plataformas y los desarrolladores de software asuman responsabilidades éticas.

La forma que he propuesto de regular el espacio digital no pasa por coger todos los problemas juntos y resolverlos de una vez. Porque habría sido imposible y probablemente por eso ha sido imposible hacerlo antes. Mi enfoque ha sido totalmente diferente. Tengamos obligaciones transversales. Y les dije a mis colegas, no sabemos cuáles serán las nuevas leyes, los nuevos problemas que tendremos en los próximos 10, 15 años. Hace veinte años, el término fake news ni siquiera existía, y ahora se usa todos los días. En 10 años, tal vez suceda algo más que no podemos predecir. Lo que podemos predecir y organizar es la capacidad de hacer una estructura de nuestro espacio digital con leyes verticales, para hoy y para lo que sucederá mañana.

Se trata de asegurarse de tener los recursos adecuados para responder a un juez, responder a un policía, responder al denunciante, solo para asegurarse de organizarse. Cuando estaba discutiendo con el CEO de una plataformas de las más grandes, un tipo de menos de 40 llamado Marck [Zuckerberg, de Facebook], le pregunté: “Cuántas personas tienes dedicadas a responder a los requerimientos del gobierno de donde operas?' Y me dijo: ”Sólo dos“. Y yo le dije: '¿Sólo dos? ¿Y cómo quieres poder responder?”

En otras palabras, nos aseguraremos de que todas las plataformas cuenten con los recursos adecuados, tanto en el lado humano, como en el tecnológico. No digo que propongamos una vigilancia masiva. Pero en algunos casos podremos auditar todo lo que está sucediendo, incluidos los algoritmos para asegurarnos y entender por qué y cómo, porque el 66% de los extremistas han sido rastreados en las redes sociales mediante un algoritmo. Esto es algo que queremos prohibir.

El primer paso fue con el terrorismo y directiva que aprobamos en Parlamento Europeo: cuando hay un terrorista en cualquier plataforma, es obligatorio en toda Europa eliminarlo en el plazo de una hora. Si no se hace, la plataforma es responsable y pagaría una gran multa. Esto es un reglamento, ¿adoptamos uno para cada uno de mis colegas? Y tienen muchas ideas cada uno quiere el suyo. Pero mi trabajo no es del Parlamento. Hagámoslo en el Parlamento, nuestro órgano democrático, y me aseguraré de que cuando se vote, funcione y la plataforma podrá cumplirlo.

A principios de abril del año pasado escribió un célebre artículo con Paolo Gentiloni, comisario de Finanzas, haciendo hincapié en la necesidad de un fondo anticrisis de 1,5 billones de euros. Fue a principios de abril de 2020, hemos experimentado varios meses de confinamientos y ahora tenemos un fondo de 750 millones. ¿Cree que lo que está sobre la mesa es suficiente para hacer frente a la crisis?

Es una pregunta un poco embarazosa. Me está preguntando, '¿cree que usted y Gentolini tenían razón o no?' Pensamos mucho antes de escribir el artículo, pero creíamos que era nuestro deber como comisarios, que tenemos que hacer política dentro de los ámbitos de nuestras carteras. Encontramos esa cifra que corresponde aproximadamente al 10% del PIB europeo.

Fue un movimiento fantástico para nosotros poder empujar a la Comisión a crear el fondo de recuperación, algo que secundaron la mayoría de los Estados miembros más grandes, incluidos los alemanes. Y no era fácil porque había una oposición durante años. Pero finalmente se sumaron Macron y Merkel y se pudo convencer a todo el mundo.

En cuanto al volumen económico, el MEDE [240.000 millones de euros disponibles en créditos blandos sanitarios] y el SURE [100.000 millones para los ERTE] y otras herramientas [los 200.000 millones para avales de empresas del BEI], podríamos sumar otros 540.000 millones. Sé que en Italia existe un cierto miedo a utilizar el MEDE, pero lo cierto es que está sobre la mesa. Así que no tenemos 750.000. De hecho, tenemos casi 1,3 billones. No está demasiado lejos. Ya veremos. En aquel entonces, ni Paolo ni yo podíamos esperar ni predecir lo que iba a suceder. Nadie lo sabía. Nadie lo sabe todavía.

Ahora hay que avanzar y asegurarnos de que el dinero llegue lo antes posible, y, lo que es extremadamente importante, que llegue al lugar correcto con la inversión adecuada. Necesitamos las aprobaciones en los parlamentos nacionales, y espero que podamos ponerlo en marcha antes del verano.

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