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Los trabajadores del SEPE piden no abrir aún las oficinas para agilizar los ERTE y por temor a las amenazas recibidas

Un empleado entra en una oficina pública de empleo.

Laura Olías

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Rechazo rotundo de los trabajadores del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) a reabrir ya las oficinas al público. No solo de los delegados sindicales, que representan a los trabajadores en las negociaciones con el Ministerio de Trabajo, sino también de un nuevo colectivo de empleados, Movimiento SEPE, creado en estos días y que exige que por el momento se mantenga la atención telefónica y telemática, entre otras cuestiones. Los sindicatos y esta nueva plataforma defienden el retraso de la reapertura por una cuestión de “eficacia”, pero también por el temor a las “amenazas diarias” que reciben en el SEPE.

Con algunas diferencias, pero de acuerdo en lo esencial, los sindicatos UGT, CCOO y CSIF exigen al Ministerio de Trabajo que posponga la reapertura de la atención presencial en las oficinas. “El Ministerio quiere que abramos por cuestión de imagen, pero nos están poniendo en peligro”, advierte Françoise Calvo, coordinadora de UGT en el SEPE. Las organizaciones sindicales explican que este martes hay una reunión con la Dirección General del organismo sobre la desescalada, en la que pedirán que no se abran todavía las oficinas.

Françoise Calvo destaca que aún quedan bastantes prestaciones por ERTE por tramitar –pese a las cifras facilitadas por el Ministerio de Trabajo que las sitúan en el 2% del total– “y, sobre todo, hay muchos errores que solucionar”, por lo que el sindicato considera más efectivo que se siga agilizando la gestión de los expedientes y la reapertura tenga lugar cuando la mayor parte de los trámites estén solventados.

UGT lo pide por una cuestión de eficacia y rapidez en la gestión, asegura su responsable en el SEPE, pero también por temor a conflictos e incidentes con algunos ciudadanos dadas las amenazas que reciben los empleados “a diario”. Un escrito del recién formado Movimiento SEPE denuncia que “se han vertido graves amenazas en redes sociales, en llamadas directas y se han dejado muestras de desprecio en nuestras puertas, en forma de heces, por ejemplo”.

Entre las amenazas que ha podido consultar este medio, sobre todo a través de comentarios de Facebook, figuran: “No me gustaría ser un trabajador del SEPE el día que abran oficinas, ya podéis tener un ejército porque se os va a liar que no veas”, “iría a lincharlos a hostias y no habrá bastante segurata, guardia civil ni antidisturbios que me lo impida, hijos de puta”, “están buenos, como para abrirlas ahora, prendemos fuego con todos los teléfonos dentro”.

En CCOO confían en que la mayoría de ciudadanos serían responsables ante la reapertura de oficinas, pero explican que estas amenazas difundidas a través de las redes sociales inquietan mucho al personal. Josetxo Gándara, responsable de Acción Sindical del sector de la Administración General del Estado de FSC-CCOO, argumenta que también reclaman el aplazamiento porque el sistema informático disponible a día de hoy sobre los ERTE no facilita la información necesaria a los empleados de oficinas para atender las consultas de los ciudadanos.

“Los empleados del SEPE pueden tramitar las solicitudes, pero no hacer un seguimiento del estado de esa solicitud, cuál ha sido el problema por el que no ha prosperado, etc... Creemos que hay que abrir para que la ciudadanía obtenga soluciones, no abrir por abrir, y ahora no podemos darlas”, afirma Gándara.

eldiario.es ha preguntado este lunes al Ministerio de Trabajo sobre su propuesta de reapertura de oficinas, pero explican que aún no pueden concretarla y apuntan respecto a las gratificaciones para los empleados por el trabajo extra de estos días que “depende de varios ministerios, no solo para el SEPE sino para varios organismos”.

En el otro extremo están los usuarios del servicio, las personas paradas y en ERTE que también están sufriendo la saturación del sistema con teléfonos que no son atendidos y prestaciones sin cobrar. Carlos (nombre ficticio) es profesor en Barcelona y está en ERTE en dos escuelas privadas en las que trabaja. De una ya ha cobrado el ERTE, “aunque una cantidad muy baja que no se corresponde”, y de la otra está todavía a la espera, desde principios de abril que se tramitó el expediente.

“He llamado muchísimas veces al SEPE, pero nunca me han atendido. Parece que ningún teléfono funciona. También escribí varias veces y me respondieron dos correos, uno de ellos de respuesta automática”, afirma Carlos.

“Si se pudiera garantizar que los empleados del SEPE pueden trabajar en condiciones que no comprometen su salud y su seguridad, creo que sería lo más apropiado. La cuestión es que con el servicio telefónico caído tantos meses, y la pobre respuesta por correo electrónico, hay muchas situaciones individuales que no se han resuelto y muchas empresas no están por la labor de hacerlo”, apunta el trabajador.

Frustración por ser los “malos de la película”

De los testimonios de trabajadores del SEPE se desprende una gran frustración y sensación de injusticia por ser vistos como “los malos de la película”, “los villanos”, por los ciudadanos a los que las prestaciones de desempleo llegan con retraso, pese a la enorme cantidad de trabajo realizada durante estos últimos meses, con un gran número de horas extra, festivos y fines de semana trabajados por los empleados y que aún no han sido compensados de ninguna manera. Este tema es otro de los que se abordará en la reunión con el Ministerio que tendrá lugar este martes.

Como en muchos ámbitos en esta crisis inédita, el sistema público de empleo, tanto el estatal como los autonómicos, se vio saturado con la llegada de cientos de miles de peticiones ERTE y de trámites de prestaciones de desempleo tras despidos o finalizaciones de contratos temporales. Según las cifras del sindicato CSIF, “la tramitación de expedientes de prestaciones por desempleo respecto al mes de abril del año pasado se ha incrementado de media un 530%”.

Ese mes, se alcanzó un récord jamás visto en la tramitación de prestaciones de desempleo, sobre todo de personas incluidas en ERTE, con un aumento de unas tres millones de personas cobrando ayudas. En mayo, la cantidad de personas cubiertas mediante prestaciones de desempleo siguió aumentando, hasta alcanzar casi los seis millones (5.988.572).

“No disponíamos de medios y aun así hemos tramitado una cantidad ingente de expedientes. El empleo ha sido la otra pata más afectada por la pandemia y, al igual que los sanitarios, nos hemos visto arrollados por un tsunami con falta de personal y de medios y hemos afrontado la situación de manera muy precaria. De la misma forma que no se culpa al personal sanitario, la gente tiene que ser consciente y entender que desgraciadamente el SEPE tampoco tiene capacidad infinita para absorber la carga que se ha venido encima y no pueden culpar a los trabajadores por ello. Lo que se ha logrado ha sido a base de un esfuerzo titánico por nuestra parte. Necesitamos que comprendan que nosotros no tenemos los medios para hacer esto como corresponde”, explica una trabajadora, que asegura estar sufriendo ansiedad fruto de esta situación.

El SEPE se ha visto diezmado en su plantilla en los años de recortes y austeridad económica, a los que hay que añadir que las jubilaciones posteriores no son compensadas con suficientes ingresos de nuevo personal. En esta crisis, el Ministerio de Trabajo ha incorporado a 1.000 trabajadores de refuerzo, pero los sindicatos insisten en que sigue siendo una cantidad insuficiente (CCOO reclamaba 2.500 empleados). Además, estas incorporaciones no funcionan a nivel operativo como el personal que trabaja habitualmente en el SEPE, recuerda François Calvo, ya que necesitan formación y hay muchas cuestiones que no saben realizar.

Sentimiento de “maltrato” desde la Administración

Otra de las palabras que más se repite entre los trabajadores del SEPE consultados y los sindicatos es la sensación “maltrato” de la plantilla de este organismo dentro de la Administración, que se remonta a años atrás.

La “gota que colmó el vaso”, explican varios empleados públicos, se produjo hace escasos días, cuando los trabajadores del SEPE se enteraron de que la Seguridad Social pagará a 21 euros la hora extra a sus empleados por la gestión del Ingreso Mínimo Vital, como confirman en el departamento de José Luis Escrivá.

“Nos alegramos mucho por los empleados del INSS, pero ¿y nosotros qué? Hemos estado trabajando todas las horas extra sin preguntar si nos las pagarían, por responsabilidad en este momento de crisis, que hay gente muy desesperada que necesita la prestación para comer, pero nos quedamos con cara de tontos al ver esto”, explica ha trabajadora que se ha sumado al nuevo colectivo Movimiento SEPE.

Por el momento un millar más de personas se ha sumado al chat Movimiento SEPE, que ha creado una página web, y algunos trabajadores están mirando los trámites para formarse como asociación. “La gente se ha cansado y está alzando la voz”, sostiene esta empleada, que asegura que los sindicatos apenas han logrado avances en los últimos años. “CSIF, por ejemplo, rechazó totalmente la opción de hacer una huelga, nosotros no queremos rechazarla, es una herramienta que debe ser una opción”, afirma la trabajora consultada miembro del colectivo.

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