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Trabajo retoma la negociación para desmontar la reforma laboral tras el espaldarazo de Iglesias a Díaz

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi; el líder de UGT, Pepe Álvarez; la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el presidente de Cepyme, Gerardo Cuevas; y el líder de CCOO, Unai Sordo, en una imagen de archivo

Diego Larrouy

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Gobierno, sindicatos y patronal. Las tres patas que componen el diálogo social vuelven a sentarse este miércoles, apenas una semana después de cerrar su último acuerdo, el de la 'ley Rider'. Ahora, sobre la mesa, estará la que era la prioridad programática de Yolanda Díaz cuando asumió la cartera de Trabajo y que se vio arrollada por la pandemia: desmontar la reforma laboral de 2012. La cita llega en un momento en que la salida de Pablo Iglesias para ser candidato de Unidas Podemos a la Comunidad de Madrid ha agitado la composición del Gobierno y aúpa a Díaz como vicepresidenta tercera del ejecutivo y probable sucesora del liderazgo de Unidas Podemos.

Con estos mimbres se retomará este miércoles el diálogo entre los agentes sociales para desmontar los aspectos más lesivos de aquella reforma. No se comenzará desde cero. Esta fue la primera negociación que abrió el equipo de Díaz y el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, desde que llegaran al cargo en enero del año pasado para avanzar en una de las medidas pactadas en el acuerdo del Gobierno de coalición, pero que más enfrentamientos ha provocado en el seno del mismo. Además, la exministra Magdalena Valerio, hoy presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo, ya había avanzado en algunas de las materias en el camino por desmantelar la reforma laboral que impuso el PP antes de dejar el cargo tras la unión de PSOE y Unidas Podemos.

Desde entonces, la mesa del diálogo social ha llegado a acuerdos en otras materias como la ley del teletrabajo, la protección pública de los ERTE y sus respectivas prórrogas o, el más reciente, que convierte a los repartidores de las plataformas digitales en trabajadores asalariados de las mismas, en línea con la sentencia del Tribunal Supremo. Este fue firmado la semana pasada y en la rueda de prensa Yolanda Díaz ya apuntó que a continuación arrancaría la reforma labora..

La eliminación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral ha sido una materia central para Díaz y la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición y uno de los puntos más importantes de fricción entre esta parte del Gobierno y la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Ésta llegó a tildar de “absurdo y contraproducente” retomar este asunto cuando todavía se sienten los efectos de la pandemia en la economía. Pese a ello, el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez ya remitió en enero a la Comisión Europea sus planes para desmontar esta ley, aprobada por el Gobierno de Rajoy en 2012. Díaz se ha mostrado proclive a hacer una derogación paulatina de esta normativa laboral, acompañándola de medidas para reducir la precariedad y la temporalidad.

La ministra Díaz ya avanzó hace una semana algunos de los principales puntos de la negociación con sindicatos y patronal a partir de este miércoles. Se trata de materias en las que ya se avanzó en el anterior intento, antes de que la pandemia obligara a cambiar la agenda del Ministerio. El más conocido de ellos es el referente a la negociación colectiva, recuperando el peso del convenio sectorial sobre el de empresa. Otro de los asuntos que avanzó Díaz será todo lo referido a la ultraactividad, limitando el periodo por el que se prorroga un convenio colectivo una vez que ha vencido.

A eso hay que sumar otros puntos como la conocidas como cláusulas de descuelgue, que permite modificar condiciones laborales, fundamentalmente salariales, en caso de crisis en la empresa. Los sindicatos han reiterado su petición de que se restrinja su uso, puesto que entienden que su aplicación ha abierto a puerta de manera excesiva a estos cambios. El otro punto conocido en la negociación es el de la subcontratación. El Gobierno tiene intención de limitar el uso y las condiciones de esta herramienta en las empresas, y este es uno de los puntos que más ha preocupado de manera pública a los empresarios.

Aunque estos son los temas más conocidos y en los que ya se había trabajado durante la anterior mesa de negociación sobre la reforma laboral, Trabajo pretende llevar a estas reuniones otro catálogo de medidas, que estaban incluidas en el plan de reformas remitido a Bruselas para el reparto de los fondos europeos de reconstrucción, tal y como avanzó la propia Díaz en la rueda de prensa para explicar el acuerdo sobre los 'riders'. Entre otros asuntos, la ministra se ha referido en repetidas ocasiones a la necesidad de reducir la temporalidad del mercado laboral español con la simplificación de los contratos laborales. Incluso en el caso de los repartidores, la ministra abrió la puerta la semana pasada a trasladar el cambio que se ha introducido en el Estatuto de los Trabajadores al resto de plataformas. “Es un tema de una delicadeza extraordinaria y queda trabajo por hacer”, señaló Díaz en rueda de prensa. “Se precisa de un sosiego que ahora no tenemos”, añadió.

El terremoto político desatado por Iglesias tras anunciar este martes que dejaría la vicepresidencia del Gobierno para ser el candidato de Unidas Podemos a la Asamblea de Madrid el 4 de mayo no ha cambiado los planes de Trabajo de arrancar este miércoles la mesa de negociación sobre la reforma laboral. En principio se espera que esta primera sirva para fijar un calendario sobre el cual empezar a trabajar, según apuntan desde el Ministerio.

Enfrentamiento con Nadia Calviño

La salida de Iglesias del Gobierno ha sido con un espaldarazo a Díaz. En su primer año en el cargo ha logrado sucesivos acuerdos en el diálogo social y se ha convertido en la ministra más valorada de Unidas Podemos. Por ello, el todavía vicepresidente del Gobierno ha señalado a la abogada laboralista gallega como su probable sucesora al frente del grupo confederal que componen, principalmente, Podemos e Izquierda Unida, su antiguo partido. Pero este movimiento ha provocado disensiones en el seno del Gobierno que, a día de hoy, no deja claro cuál será el papel concreto de Yolanda Díaz. Iglesias planteó al presidente Sánchez que asumiera su vicepresidencia y mantuviera Trabajo. Sin embargo, el líder del Ejecutivo abogó por relegar a Díaz a la vicepresidencia tercera, ascendiendo a Calviño a la vicepresidencia segunda, si buscaba retener la cartera de Trabajo.

Se trata de una cuestión a priori formal. Díaz ostenta una cartera del área económica y sería incompatible que estuviera en la jerarquía por encima de Calviño, que coordina el área económica del Gobierno. En cualquier caso, el cambio provoca que se resitúe en el organigrama del Gobierno a dos ministras que han bregado desde que se formara el Gobierno de coalición a cuentas, precisamente, del desmontaje de la reforma laboral que aprobó el PP en 2012 y que se aborda de nuevo desde este miércoles. Las posturas de ambas ministras se ha reconocido en el seno del Gobierno como “antagónicas” y han sido diferentes los enfrentamientos públicos que se han mantenido en el último año sobre los cambios en el marco laboral.

Por otro lado Díaz ha recibido en los últimos meses presión por parte de los sindicatos para retomar la negociación sobre el desmontaje de los aspectos más lesivos de la reforma laboral, incluyendo movilizaciones convocadas tanto por CCOO como por UGT. El secretario general del primero, Unai Sordo, celebraba este martes que se retomara por fin el diálogo porque, consideran, cuando se reactive la economía España está expuesta a “un riesgo alto” de devaluación salarial y precariedad gracias a esta norma. Sordo, al igual que haya hecho el propio Ministerio, planteaba la negociación en dos fases: primero para desmontar los artículos más lesivos y segundo para mejorar la estabilidad del empleo y que “el despido sea el último recurso”.

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