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Todoterreno y descapotable: vuelta a los orígenes del 4x4

El prototipo Volkswagen T-Cross Breeze de 2016.

Pedro Umbert

La pasión generalizada por los vehículos todocamino o SUV está dando lugar a una especialización dentro de esta categoría de coches que nos permite ver propuestas que en otro tiempo habrían parecido descabelladas. Aunque ni mucho menos es una idea nueva, Range Rover sorprendió a todo el mundo hace menos de dos años con el lanzamiento de un SUV descapotable, el Evoque Convertible, y la suya no ha quedado en una excentricidad aislada sino que Volkswagen, una marca poco dada a los experimentos, ha tomado el guante al anunciar que habrá una versión cabrio del T-Roc en 2020.

La firma alemana va a dedicar nada menos que 80 millones de euros a preparar la fábrica de Osnabrück, originariamente de Karmann, para la llegada del T-Roc descapotable, del que podrían producirse hasta 20.000 unidades al año. Está claro que Volkswagen confía en el potencial del nuevo modelo dentro de un mercado que demanda cada vez más coches de nicho, esto es, adaptados casi al detalle a los gustos de cada cliente particular.

Lo más parecido al T-Roc cabrio que conocemos hoy, pues no se presenta hasta el año próximo, es el concept car T-Cross Breeze de 2016 (en las imágenes), que anticipaba el aspecto de un hipotético descapotable derivado del modelo situado justo por debajo de aquel, el T-Cross, que se fabricará junto con el Polo en la fábrica de Landaben (Navarra) a partir de este 2018. Imagina este bonito cabrio un poco más largo y tendrás una imagen bastante cercana a la realidad de lo que será este nuevo T-Roc que podrá conducirse a cielo abierto.

Como decíamos, el Range Rover Evoque no inventó nada, pero sí que recuperó y actualizó el concepto tradicional del 4x4 practicable, o directamente sin techo, que se remonta al menos al Willys y otros muchos modelos parecidos de origen generalmente militar. Muchos todoterrenos emblemáticos, ya en sus derivaciones civiles, han tenido versiones descapotables o de techo desmontable tipo soft top, entre ellos los Land Rover Defender, Jeep Wrangler y Toyota Land Cruiser.

El más icónico de todos ellos, el Mercedes Clase G, ha contado, por supuesto, con variantes de techo retráctil entre las que no podemos olvidar las desarrolladas para varios papamóvil. Sin ir más lejos, la marca de Stuttgart desvelaba hace justo un año las líneas del hiperlujoso Mercedes-Maybach G 650 Landaulet, un medio cabrio al estilo del brutal G 63 AMG 6x6, de tres ejes, y que costaba cerca de medio millón de euros.

Puesto que todos estos eran todoterrenos puros, se considera que el Evoque inauguró la era de los SUV descapotables premium, pero esto tampoco es estrictamente así. Nissan exploró ese terreno en 2011 con el Murano Crosscabriolet, que no gozó de mucha fortuna ni pisó este lado del Atlántico. Audi ha amagado varias veces con hacerlo, pero de momento no ha pasado de mostrar bellos prototipos como el Cross Cabriolet quattro.

Antes que ellas, Karmann, marca especializada en construir descapotables para otros fabricantes como BMW, Daimler, Porsche, Audi o Volkswagen, había abierto realmente el camino en 2005 cuando presentó en el Salón de Frankfurt el Karmann SUC, siglas que significaban Sport Utility Cabrio y que jugaban, claro, con el concepto de Sport Utility Vehicle (SUV) que hoy nos es tan familiar.

Aquel coche nunca vio la luz porque estaba previsto para 2009 y en ese año justamente Karmann se declaró en quiebra y estuvo a punto de cerrar sus puertas. Volkswagen la rescató del abismo para fabricar en Osnabrück algunos modelos del grupo, a los que en 2020 se sumará el derivado cabrio del T-Roc.

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