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Una manifestación sobre el mar: 22 mujeres zarpan de Barcelona rumbo a Gaza

Voluntarios preparan el barco que llegará a Gaza en tres semanas

Yeray S. Iborra

“Lo más importante es llegar. Sólo eso ya es desafiar el bloqueo”, explicaba este miércoles Jaldía Abubakra, una de las 22 tripulantes que ha salido de Barcelona y que viajará durante tres semanas rumbo a Gaza. Para Abubakra es tan importante la llegada como los preparativos y la propia navegación: la auténtica manifestación, la protesta, se producirá en alta mar. Abubakra no estaba nerviosa antes de la salida: servirá como apoyo para el resto de compañeras venidas desde una docena de puntos del mundo. Abubakra sabe lo que es estar retenida en Gaza.

Jaldía Abubakra nació en Gaza, pero desde pequeña reside en Madrid. En 2015 fue candidata al Congreso de los Diputados por Izquierda Unida. Después de años sin visitar a sus familiares –tiene una hermana y sobrinos en la Franja– viajó a Gaza, y no pudo salir de allí durante cuatro meses: su caso encendió a la izquierda española, que durante semanas pidió su liberación.

Abubakra forma parte de la flotilla –así llaman a las flotas– de Mujeres Rumbo a Gaza, una iniciativa de la Coalición Internacional de la Flotilla de la Libertad, que navegará rumbo a Gaza desde Barcelona con tripulación y pasaje femenino para –denuncian– “romper el ilegal e inhumano bloqueo israelí a la Franja de Gaza”.

Se trata de la sexta flotilla de Rumbo a Gaza, una actividad que empezó el año 2010. Será, eso sí, la primera encabezada sólo por mujeres. “Nos dimos cuenta que el proyecto podía servir para visibilizar también otras causas paralelas a la ocupación. Este año consideramos la posibilidad de mostrar la realidad de las mujeres luchadoras palestinas, y así lo hemos hecho”, destacaba la responsable de comunicación del proyecto, Laura Arau. En 2015, Arau acompañó la flotilla por mar.

No sólo la organización Rumbo a Gaza considera fundamental “la liberación de las mujeres como parte de la liberación de los palestinos”. También se suman las voces de las propias mujeres palestinas a esta idea. Así lo han relatado ellas mismas a Eldiario.es: “Para que seamos libres, tenemos que serlo nosotras dentro de nuestra sociedad”, afirmaba uno de los testimonios.

En un primer momento son 22 las personas que han puesto rumbo a Gaza. Aunque harán dos paradas más. La primera, en el puerto de Ajaccio. La segunda todavía no ha sido anunciada por la organización. En total sumarán 30 tripulantes hasta llegar a las costas palestinas. En la flota habrá políticas, activistas, profesoras o médicas.

Media docena de voluntarias ultimaban este miércoles los detalles para la partida de los barcos. Dos jóvenes –venidas desde Alicante para apoyar la salida de la flota– cargaban garrafas de agua. A su lado, una marinera alemana. Esta también había acudido a proveer los barcos, ella con su experiencia: ha dado la vuelta al mundo por mar. Dos más se encargaban de cambiar la pegatina de uno de las embarcaciones que, por motivos legales, no podía zarpar con el actual nombre registrado: “Oliva” se leía en la proa poco antes de que lo taparan con un gran rótulo que dictaba “Spirit of Sardinia” (el espíritu de Cerdeña).

Son decenas las personas que han colaborado con la flota estos días: se han hecho turnos de vigilancia de las embarcaciones y también en las barras de delante de un escenario que ha servido para montar una serie de actividades que, a su vez, han sufragado parte de los gastos.

Sólo las embarcaciones han costado cerca de 200.000 euros. Las ha proveído la Coalición Internacional de la Flotilla de la Libertad. Laura Arau dice que los costes son difíciles de calcular, pues cada tripulante ha sufragado sus viajes y gastos. Sí han tenido la colaboración del Ayuntamiento –según afirma la organización, la predisposición del gobierno de la ciudad fue clave para proyectar la salida desde Barcelona– a la hora de montar las actividades que han acompañado los preparativos de las embarcaciones desde este lunes: charlas y conciertos, entre otros.

No sólo el consistorio ha mostrado simpatía por la iniciativa. La ciudad también ha respondido a la llamada de Rumbo a Gaza: hasta 3.000 personas recibieron este lunes las dos embarcaciones que han atracado durante tres días en el Moll de Bosch i Alsina.

“¡Cuidado!”. Madeleine Habib gritaba a uno de los cámaras que se había colado en la embarcación para filmar, horas antes de la salida. “El barco es viejo, cuidado donde pones los pies: debes tratarlo como si fuera tu propia madre”, advertía Habib, capitana de la embarcación. Habib, con la piel morena y cuarteada por las horas en alta mar, es la responsable de que la expedición llegue con la máxima seguridad a Gaza.

Originaria de Tasmania (Australia), Habib, lleva 30 años navegando. Y aunque sólo hace un año que está en la organización Rumbo a Gaza, es una histórica de los movimientos sociales: formó parte del programa de rescate en el Mediterráneo central como capitana del Dignity I, uno de los buques de salvamento de Médicos Sin Fronteras.

“El propio viaje ya es un reto: las personas no tienen experiencia en alta mar, hay que saber vivir en un barco”, respondía Habib, inquieta, mientras buscaba un destornillador en la cubierta y meneaba unas arandelas del tamaño de su muñeca. Faltaban horas para la salida y algunos cabos por atar. Finalmente la salida se produjo sobre lo previsto este miércoles, a las 20h, y después de recibir el espaldarazo de Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona no ha sido la única que se ha posicionado a favor de la flotilla: Podemos ha exigido al gobierno que garantice la llegada a Gaza.

“Pase lo que pase, habrá valido la pena. Esto es un reconocimiento a la resistencia de nuestras compañeras [mujeres palestinas]”, comentaba Jaldía Abubakra. “Somos portavoces de las mujeres Palestinas en nuestros países, lo hacemos por ellas. Por todos”, destacaba Abubakra antes de encarar los últimos preparativos para la salida. El viaje ha empezado. Para Abubakra, sólo eso, ya es mucho.

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