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Actor

Antonio de la Torre: “No pidas permiso para vivir. Vive”

Antonio de la Torre, en 'La línea invisible'

Oihane López

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El actor más veces nominado a los premios Goya, comenzó en realidad en el mundo del periodismo y junto a la mano de Alberto San Juan se introdujo en el mundo de la interpretación demanera profesional, a pesar de haberse sentido atraído por él desde su infancia.

¿Cómo surgió el deseo de ser actor?

Vengo de una familia bastante humilde. Mi padre era administrativo de una empresa y mi madre era analfabeta. Por eso yo soy tan antifranquista, porque me parece que es un régimen que fue especialmente cruel con las mujeres pobres. Las condenó a un tipo de vida cuya función era cuidar de los hombres. Centrándome en la pregunta… yo tenía fantasías. Me apunté a una escuela de teatro infantil, y aquello me gustaba. Evidentemente, yo creo que había ahí un componente narcisista; algo se movía en mí. Mis compañeros me influenciaron en la decisión de continuar con el teatro, ya que de niño se es tan... voluble ('Cuidao´ con quien te juntas, colega'). El caso es que lo dejé. Años después me vine a Madrid a estudiar periodismo. Allí conocí a Alberto San Juan y nos hicimos íntimos. Él me dijo: “Tío ¿Te imaginas ser actor?”. Pero claro, una cosa es actuar y otra cosa es ser actor. Solo el 8% de los que somos actores podemos vivir de ello y a mí me costó años poder hacerlo.

¿Ser actor es su vocación?

Sí. Bueno, también el periodismo me gusta. Siento interés por la información. Pero esa vena la satisfago formándome. También me interesa la política, esa idea de cambiar el mundo. Siempre decimos: “Que las cosas vayan mejor…” Pues hazlo. Todo es así. Como lo de pedirme la entrevista. Hazlo. Nadie te la va a dar. Es muy jodido cuando uno está empezando que parece que tiene que pedir permiso para vivir. Hablando de nuevo de Alberto San Juan, su padre le dijo una vez: “Si crees que un mundo mejor es posible, no esperes a que llegue. Compórtate como si ya existiera”. Yo creo que es un poco lo que hay que hacer. No digo que yo lo haya conseguido, pero vaya, que no hay que pedir permiso para poder vivir.

¿Su experiencia como actor ha sido más buena o más mala?

No sé si puedo definirla como buena o mala. Al final construyes un relato. Somos lo que creímos que fuimos. Si echo la vista atrás, me hubiera gustado ser más valiente en determinados momentos. A lo mejor es la cultura que yo heredé. Mi familia pasó hambre. Mis padres conocieron la guerra, y la posguerra. Conocieron lo que fue la dureza de mi vida. Me imagino que esa necesidad de seguridad me ha marcado. Mi primera crisis fue a los 30, ya que yo tenía muy inoculada la idea de que si con los 30 años no tenía la vida resuelta… También el que soy ahora ha vivido de eso, así que… Esto me lleva a una reflexión. La necesidad urgente de una educación sentimental y de una ética. En este mundo, necesitamos una ética humanística. Una ética donde como especie nos cuidemos entre todos. Creo que en ese sentido hay que abrazar más la cultura del fracaso. La vida está llena de dolor y de placer.

¿Recomendaría este oficio a un ser querido?

A un ser querido le recomendaría que elija por sí mismo. Siempre es preferible elegir a que otros lo hagan por ti. Le diría que tiene derecho a equivocarse. “Soy el capitán de mi alma, el dueño de mi destino”. Le recomendaría que intentara ser el capitán de su alma y el dueño de su destino.

Mis padres conocieron la guerra, y la posguerra. Conocieron lo que fue la dureza de mi vida. Me imagino que esa necesidad de seguridad me ha marcado

¿Qué opina de interpretar papeles tan diferentes en las diversas películas?

Eso es lo que yo sueño. Eso es ser actor. Es la paradoja del actor. Me encanta que me reconozcan por mi trabajo, pero también que no me reconozca nadie. El sueño del actor es convertirse en otro y que no te conozca ni Dios. Mi sueño húmedo de ser actor: pasar por las películas sin que nadie supiera quién soy yo. También ha alimentado mi ego que me reconozcan, me hace ilusión. Es contradictorio lo que digo. Cuando empecé era enfermizo, tendrá que ver con mis inseguridades…

¿Qué opina de la situación actual que vive el periodismo?

Es una buena pregunta. Me falta mucha información. Yo he pasado la transición: de llevar el periódico debajo del brazo a leerlo en el iPad. Estoy suscrito a varios medios. Es importante, el que pueda suscribirse que lo haga. La libertad está en eso, ya que así dependerían menos de los anunciantes y los grandes poderes. Eso está ocurriendo. La cultura debe ser un derecho universal. Al igual que la información. Zapatero fue el presidente que tuvo mayor valentía para apartar las zarpas de los medios de comunicación públicos, que es la tendencia que han tenido todos. Algunos de una manera más grosera como fue el PP en Valencia y otros menos. Pero todos, al fin y al cabo.

¿Qué opina de los presupuestos que recibe el cine español de su Gobierno?

Te doy unos datos de lo que sé. El fondo de la ayuda a la cinematografía en Francia es de 700 millones, en Alemania unos 600, en Italia unos 400… En España es un cero menos que en Francia. 70 millones. A mí me preocupa que la cultura sea vista como mercado. Creo que es esencial que el cine sea más que un mero entretenimiento. Que sea cultura. Un medio transformador. Un instrumento para transformar el mundo, para subvertir el poder. Para que la cadena de la vida siga, avance, evolucione, crezca…

¿Qué consejo daría a todos los estudiantes que buscan abrirse camino en el mundo de la interpretación?

No hagas caso a nada de lo que te diga Antonio de la Torre (risas). Ahora en serio, creo que no hay consejo

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