Soy Dani Álvarez, presento y dirijo cada mañana Boulevard en Radio Euskadi entre las 6 y las 10 de la mañana. A los 12 años escuché por primera vez a Iron Maiden y me dije “esto es lo mío”. Desde los 22 busco y cuento noticias, y a todas horas escucho Metal. He entrevistado a más lehendakaris (5) que veces he visto a Metallica o he ido a Wacken (4). Decir más sería reiterativo.
No hay ninguna escena
Las personas tenemos la tendencia de pensar que la historia empieza con nosotros. También entre los heavies sucede eso. A veces los egos nos pueden y nos llevan a perder la perspectiva de lo que realmente somos. A Dave Mustaine se le atribuye haber dicho que si él hubiera seguido en Metallica, hoy serían más grandes que los Beatles. Por no hablar de Manowar, que en una de sus muchas diarreas verbales hicieron, por boca de Joe DiMaio, la siguiente constatación: “si buscas flamenco, lo encontrarás en muchos sitios, pero el auténtico está sólo en España. Lo mismo pasa con el Heavy Metal, lo encontrarás en muchas bandas, pero el auténtico en Manowar”. Así funcionan las mentes en el 'star system', pero también a pequeña escala.
En nuestro paisito se ha estilado desde hace algunos años la palabra escena para referirse al supuesto movimiento de bandas que conformarían una nueva generación de grupos de Heavy Metal. Pues bien, no hay escena. Tal cosa no existe. Aportaré algunos datos y haré memoria para demostrarlo, aunque todo es debatible, por supuesto. En primer lugar, escena me parece una palabra demasiado ampulosa, y hasta hortera. Es una mala traducción del inglés americano, y en castellano o en euskera hay palabras más apropiadas para definir esa supuesta realidad. Pero ese no es el caso. Una escena fue la New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM), otra fue la que se dio en Florida a principios de los 90 con el Death Metal facturado en los Morrisound studios, otra es la de Gotemburgo (Suecia), y otra de la Bay area de San Francisco. Son algunos ejemplos, por no extendernos.
Para que haya “escena” tiene que haber una generación entera de grupos que propongan algo diferente y novedoso. Lo importante es la música, porque ella lidera todo, pero en un panorama musical vivo hay locales, salas, bares, medios de comunicación rentables y fans que llenan todo eso. No hay tal cosa en Bizkaia, ni en Euskadi. No hay escena ni tan siquiera en España. Es por eso que cuando alguien emplea la dichosa palabra no dejo de sorprenderme. Posiblemente vean una realidad distinta de la mía, porque lo que yo veo y percibo en nada se parece a eso. En la Inglaterra de principios de los 80 confluyeron Saxon, Iron Maiden, Diamond head y otros muchos para llevar el Heavy Metal a un nuevo nivel. No todos sobrevivieron o tuvieron éxito masivo, pero sí contribuyeron a hacer del género lo que es hoy. En Tampa (Florida), en los Morrisound studios se grabaron algunos de los discos clave en el desarrollo del Death Metal (Obituary, Cannibal, Sepultura) y transportaron un estilo, que era de frikis al principio, en algo creativo y respetado. La Bay área dio un sentido especial al Thrash Metal.
Y lo más importante: todas esas bandas tuvieron influencia, definieron toda una etapa y los jóvenes querían ser como ellos. En Euskadi tenemos algunas buenas bandas, y otras muchas que están verdes o no aportan nada porque, alguien tiene que decirlo, hay muchas que son malas. No tienen nada que ver Childrain con el Reno Renardo ni Rise to fall con A.D. De momento no hay nadie que pueda considerarse el relevo de Su ta Gar en el Metal que se hace en euskera, como tampoco lo hay de Anestesia. Ambos, por cierto, siguen a un excelente nivel. Cuando alguien se queja de que hay poco apoyo a la escena es, normalmente, porque lamentan la baja asistencia a sus conciertos. Yo siempre replico a esos músicos lo siguiente: ¿Cuánto apoyáis vosotros a las webs humildes que difunden vuestra música? ¿Cuánto os trabajáis a los aficionados que, desinteresadamente, hacen programas de radio? Muchos bares resisten a duras penas porque preferimos tomarnos las copas en otros sitios, por no hablar de los promotores y las salas que se juegan los cuartos, a quienes ponemos a parir por los precios de las entradas en lugar de reconocer el riesgo que asumen.
Xanpe, técnico de sonido de Cobra o Anestesia, me dijo una vez una verdad como un templo: antes para grabar un disco, las bandas tenían que hacer un esfuerzo monumental. Tocar en mil garitos para hacerse visibles, foguearse en todo tipo de antros con el objetivo de grabar un primer disco que les diera algo de relevancia, muchos morían en el intento antes de llegar a la costa. Ahora la música está al alcance de cualquiera: instrumentos, unas clases y un local de ensayo. En lo que caduca un yogur se pueden grabar un cedé y la oferta es tal que resulta difícil discriminar entre lo bueno y lo vulgar. Así es. Puede haber muchos grupos, pero no siempre hay calidad.
¿No son “escena” los pubs, los programas de radio de emisoras locales, las webs humildes? Lo son. El error está en creer que el mundo empieza cuando uno ha llegado. Last Tour es escena, aunque discrepes de sus criterios de selección. Un panorama conjunto exige apoyo mutuo, y sobre todo innovar y aportar algo. Desgraciadamente y salvo algunas excepciones, el nuestro es escaso. No estaría mal un poco de autocrítica y más comunidad. Sólo así se hará algún día este país digno de tener algo parecido a una escena porque, y esto es lo bueno, hay mucha masa crítica. Creo que nunca he visto a tantos metaleros en la calle como en hoy en día.
Algunas recomendaciones para apoyar la escena:
31 de octubre, Halloween Metal Fest. Bermeoko Kafe Antzokia
14 de noviembre, festival Metal Norte. Sala Niessen de Errenteria
Sobre este blog
Soy Dani Álvarez, presento y dirijo cada mañana Boulevard en Radio Euskadi entre las 6 y las 10 de la mañana. A los 12 años escuché por primera vez a Iron Maiden y me dije “esto es lo mío”. Desde los 22 busco y cuento noticias, y a todas horas escucho Metal. He entrevistado a más lehendakaris (5) que veces he visto a Metallica o he ido a Wacken (4). Decir más sería reiterativo.