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Sobre este blog

Soy Dani Álvarez, presento y dirijo cada mañana Boulevard en Radio Euskadi entre las 6 y las 10 de la mañana. A los 12 años escuché por primera vez a Iron Maiden y me dije “esto es lo mío”. Desde los 22 busco y cuento noticias, y a todas horas escucho Metal. He entrevistado a más lehendakaris (5) que veces he visto a Metallica o he ido a Wacken (4). Decir más sería reiterativo.

¿Puede ser el Rock duro de derechas y conservador?

Entrevista en La Vanguardia a Gene Simons

Dani Álvarez

“Si trabajas, comes, y si no, pues no” Blackie Lawless

La mayoría de grupos de Metal se han mantenido siempre al margen de opiniones políticas, pero otros suelen exponerse y hablan abiertamente de ello. A muchos eso les ha costado un alto precio: boicots, ataques y desgaste de su imagen, y en casos extremos ha motivado que padezcan la suspensión de conciertos e, incluso, denuncias judiciales. Dos hechos me llevan a reflexionar sobre esto: uno ha ocurrido en Zaragoza, donde un partido, el PP, ha intentado impedir un concierto de los navarros Berri Txarrak; y el otro en Estados Unidos, uno de los integrantes de Five Finger Death Punch, Zoltan Bathory, acaba de declarar que desea que Donal Trump sea el próximo presidente.

Sobre el primero, el boicot a Berri Txarrak que otras veces han sufrido otras bandas como Soziedad Alkoholika o Su ta Gar, reconozco que estoy bastante fatigado. Considerar a Berri Txarrak un pilar propagandístico de ETA es de una ignorancia tan monumental que no pienso rebatirlo. Sería como ponerme a la altura de semejante halitosis mental, y no estoy dispuesto. Berri Txarrak pueden tener una inclinación política determinada pero, desde luego, no ha sido el activismo lo que ha propulsado su carrera sino, antes al contrario, la parte artística de su creatividad que, por cierto, les ha permitido recorrer medio mundo mostrando su música. Y aunque lo fuera: tener opiniones políticas no es delito aunque algunos se empeñen en que lo sea, siempre que esas opiniones no concuerden con las suyas, claro.

Sirva este aquelarre demencial de 13TV para darnos cuenta de en qué nivel están algunos

Detesto los boicots ideológicos. No me importa si son contra israelíes, catalanes, vascos o españoles. Simplemente me repatea que alguien pueda ser atacado por sus ideas o por defenderlas en público. De hecho, este verano hemos asistido a dos anécdotas que nos dan la medida de hasta qué punto atravesamos una etapa en la que, más que de tolerancia, vivimos tiempos en los que las cuestiones políticas están a flor de piel y motivan reacciones de furia.

Una la pude ver con mis propios ojos, sucedió en el Resurrection Fest de Viveiro (Lugo). Allí, los polacos Behemoth despidieron su concierto recogiendo una bandera de España que llevaba impreso el logo de la banda que les cedió una fan desde la primera fila. El logo de Behemoth es el de un águila que, a distancia, algunos confundieron con una bandera franquista. La pitada que les cayó fue monumental: algunos por el águila y otros porque la bandera era española. Entiendo que era un simple gesto de cortesía de una banda foránea pero muchos no lo entendieron así y se fueron abucheados.

La segunda ocurrió en el Rock Fest de Barcelona. Otro gesto similar: Scorpions sacan una enorme bandera española, seguramente desconocedores del debate independentista que hay en Catalunya. Un guiño desafortunado que demuestra hasta qué punto la mayoría de grupos viven desconectados de la realidad que pisan cada noche. Hace años, José Carlos Molina (Ñu) sacó una bandera española en Madrid durante un concierto para defender el “Rock nacional” y allí también se le silbó.

Sirva esto para centrarme en una aparente contradicción. El Rock surgió como un movimiento inconformista, que brotaba de las clases populares y en cuyo ADN estaba la lucha por la igualdad y contra las injusticias. Hay miles de ejemplos de ello. De modo que, puede un grupo de Metal (una de las ramas extremas del Rock) defender el orden establecido y ser de derechas?

Hay trabajos académicos que demuestran cómo el Rock duro ha sido excluido de los ámbitos públicos por su carácter combativo (es el caso de los sociólogos de la Complutense Fernán del Val, Javier Noya y Martín Pérez Colma), pero algunos músicos defienden abiertamente el conservadurismo. Estados Unidos es, seguramente, el país que más ejemplos nos puede dar: Gene Simmons, Blackie Lawless, Dave Mustaine, Ted Nugent y ahora Five Finger Death Punch son algunos de ellos, aunque la lista es larga. Y eso no deja de llamar mi atención.

Ted Nugent contra Obama y Hillary

No tiraré a la basura mis cedés de FFDP porque Bathory vaya a votar a Donald Tump. Es uno de mis grupos favoritos pero emplear la música de la disconformidad para defender actitudes regresivas puede parecer incoherente. Eso no es nuevo, Ted Nugent actúa en todas las convenciones del Partido Republicano y de todo aquel que esté contra Obama o Hillary Clinton, y cada vez que Gene Simmons viene por aquí nos da alguna lección de economía salvaje (“cuando vienen mis amigos en cruceros no pueden comprar porque las tiendas están cerradas los domingos” dijo a La Vanguardia) pero no parece muy coherente con la bandera de la libertad que el Rock ha contribuido a levantar.

Personalmente siento mucho más intensamente canciones como Civil war (Guns N’ Roses), War pigs (Black Sabbath), Freedom (RATM), Indians (Anthrax) y otras muchas que aquellas que hablan sobre hadas y caballeros gloriosos. Incluso grupos como Megadeth o Disturbed, cuyos líderes hoy expresan opiniones discutibles, han firmado grandes himnos antibelicistas. Mi pregunta es: ¿Se creen lo que cantan?

Megadeth en la campaña de promoción del voto “Rock the vote”

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Soy Dani Álvarez, presento y dirijo cada mañana Boulevard en Radio Euskadi entre las 6 y las 10 de la mañana. A los 12 años escuché por primera vez a Iron Maiden y me dije “esto es lo mío”. Desde los 22 busco y cuento noticias, y a todas horas escucho Metal. He entrevistado a más lehendakaris (5) que veces he visto a Metallica o he ido a Wacken (4). Decir más sería reiterativo.

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