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Euskadi reduce su previsión de crecimiento para este año al 1,5% ante el escenario de “elevada incertidumbre”

Pedro Azpiazu, en el centro, acompañado de Iñaki Barredo y  Alberto Ansuategi.

Belén Ferreras

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El Gobierno vasco ha corregido a la baja las previsiones de crecimiento para este año debido a la elevada incertidumbre que se mantiene en el entorno económico. El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha presentado este jueves las nuevas cifras, que en todo caso auguran un crecimiento del 1,5% en 2023, frente al 2,1% que estaba previsto. Para 2024 la previsión se sitúa en el 2,1%. El consejero ha justificado la revisión a la baja porque “la incertidumbre se mantiene elevada, y la guerra de Ucrania y la persistencia de la inflación siguen como principales focos de riesgo, a lo que se unen ahora ”los problemas que está atravesando el sistema bancario y que se están viviendo con asombro y gran preocupación estos últimos días“. Pese a la reducción del crecimiento, el Ejecutivo prevé que en ambos ejercicios se generen 10.000 empleos y la tasa de paro sea del 8,2% para 2023 y del 8,0% para 2024.

Azpiazu ha insistido en que las nuevas previsiones se han realizado desde una óptica “conservadora y prudente”, conscientes de que el Banco Central Europeo podría continuar elevando los tipos a máximos históricos ante la persistencia de la inflación subyacente, “lo cual lastraría el crecimiento”, pero a vez con la esperanza de que la llegada al tejido socioeconómico los fondos europeos para la recuperación y la resiliencia suavice los impactos negativos. “De hecho, su impacto podría llegar a añadir al crecimiento previsto entre el 1,6% y el 2,3% del PIB anual en el período 2021-2026, sin contar los efectos de arrastre que puedan llegar a tener”.

Crisis bancaria

Azpiazu ha pedido no hacer “alarmismo” tras la quiebra de Silicon Valley y, aunque ha afirmado que tampoco se puede “minusvalorar” esta situación, no cree que vaya a afectar a las entidades financieras vascas que están “perfectamente aisladas” y son “perfectamente solventes”. “No hay por qué pensar que esto nos puede afectar, no vemos algún elemento que pueda hacernos pensar que efectivamente puede influir lo que está pasando en Silicon Valley o en Credit Suisse, por ejemplo, en Kutxabank. No lo sé”, ha manifestado.

No obstante, también ha apuntado que también “es verdad que los pánicos financieros se transmiten de una forma absolutamente sorpresiva” y ha recordado la experiencia de 2008. Por ello, ha indicado que no hay que minusvalorar esta cuestión sino que “hay que tenerla bastante presente y estar encima para ver un poco lo que está pasando y para ir tomando medidas si es que hace falta en este sentido”. En todo caso, Azpiazu ha insistido, en cuanto a las entidades financieras en Euskadi, que “nada tiene que ver” y, por lo tanto, “de momento tranquilidad”. “Iremos viendo y no vemos todavía ningún elemento que haga cambiar las previsiones que estamos planteando en este momento”, ha concluido.

El consejero, que ha estado acompañado por el viceconsejero de Economía y Fondos Europeos, Iñaki Barredo, y el director de Economía y Planificación, Alberto Ansuategi, ha destacado que el contexto muestra que la eliminación de las restricciones establecidas por la pandemia permitió registrar tasas de variación inusualmente elevadas al comienzo del 2022, pero a partir de la invasión de Ucrania por parte de Rusia la incertidumbre se expandió entre las economías desarrolladas y esto ha frenado el ritmo de recuperación pos-pandémica. “Con todo, el saldo anual para Euskadi ha sido muy positivo, con un incremento medio del PIB del 4,4%, por encima de las cifras de los principales países europeos”.

 “El elevado dinamismo del mercado laboral, unido a las medidas que hemos puesto en marcha los gobiernos para amortiguar las caídas del poder adquisitivo de los agentes económicos, y posiblemente también el colchón de ahorro que las familias acumularon durante la pandemia, han contribuido a sostener el crecimiento económico en niveles significativos”, ha explicado el consejero.

Justo este jueves se ha conocido el dato positivos de las exportaciones de bienes de Euskadi al extranjero, que alcanzaron los 2.720,4 millones de euros en enero de 2023, lo que supone un ascenso del 21,4% respecto al mismo mes del año anterior, con un incremento del 0,4% de los productos energéticos y del 23,1% de los no energéticos, mientras que en el caso de las importaciones, que suman 2.374,4 millones, se da un crecimiento del 18,0%. Las importaciones no energéticas subieron un 11,2% y las energéticas lo hicieron un 42,1%, según datos elaborados por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat.

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