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Euskadi envía a trabajar a sanitarios que dan positivo en la segunda prueba del coronavirus, según denuncia el Sindicato Médico

Sanitarias del hospital de Basurto

Iker Rioja Andueza

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El responsable de Salud Laboral del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), Javier Arrizabalaga, dictó una instrucción interna el pasado viernes 3 de abril que modifica la 2/2020, hasta entonces en aplicación, y que abre la puerta a que facultativos con una prueba PCR de Covid-19 positiva se puedan reincorporar al servicio siempre que no presenten síntomas y no atiendan a pacientes “inmunodeprimidos” o de riesgo. Así lo denuncia el Sindicato Médico de Euskadi (SME), que ya ha tenido constancia de los primeros casos y que considera que la Sanidad vasca “pone en riesgo de modo gratuito” a usuarios y a los propios profesionales.

A los sanitarios contagiados por el coronavirus se les realiza una segunda prueba a los 14 días de la primera. Si dan negativo, reciben el alta. Pero también ocurre lo mismo en algunos casos si vuelven a dar positivo, basándose en “criterios clínicos” y en la ausencia de síntomas. “Es un despropósito no esperar a la PCR negativa. Si no, no se está asegurado que la persona haya dejado de ser infecto-contagiosa”, denuncia Juan Carlos Blázquez, presidente del SME en Bizkaia, que ve esta directriz contradictoria con las recomendaciones de prudencia que se extienden a la población general. “Se basan en la escasez de personal. Pero precisamente se están arriesgando a que se siga contagiando más gente”, lamenta Blázquez. Según los datos más recientes, alrededor de 1.200 sanitarios han dado positivo, lo que representa alrededor de un 5% de la plantilla estructural de Osakidetza.

“En el escenario de una enfermedad nueva, con la incertidumbre que ello conlleva en su evolución es cuando más hay que aplicar una máxima en medicina como lo es el 'Principio de Precaución', roto en mil pedazos cuando se le envía a trabajar a un médico con confirmación diagnóstica de una enfermedad impredecible, pero con el consejo de utilizar mascarilla y no tener contacto con pacientes inmunodeprimidos. Es poner en riesgo de modo gratuito tanto la salud del profesional como la de sus pacientes y la comunidad. Pero no pasa nada… luego nos pondrán psicólogos”, protesta el sindicato corporativo, que adelanta medidas “jurídico-legales” para “luchar contra este atentado contra la salud de los sanitarios y de la comunidad” y que no haya vueltas al trabajo hasta que la prueba del Covid-19 sea negativa o, en su defecto, hasta que haya una serología precisa.

En otro orden de cosas, el SME reclama también material de protección suficiente para todos los profesionales de Osakidetza. “Que a estas alturas del siglo XXI tengamos que exigir la importancia de la máxima de la ciencia 'antes prevenir que curar' ya es triste”, lamentan en el sindicato. Este periódico ya adelantó otra instrucción interna de Osakidetza -en este caso circunscrita a los centros de Álava- en la que se pedía a plantilla un “uso racional” del material y planteaba medidas para alargar la “durabilidad” de los equipos, así como alternativas en caso de ausencia de las mascarillas o batas más seguras.

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