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“Lo más frustrante es saber que todos los accidentes laborales se pueden evitar”

Alberto Alonso, en su despacho en la sede de Osalan.Foto:Osalan

Eduardo Azumendi

Alberto Alonso Martín, director del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales-Osalan, sabe que en su trabajo está condenado a la insatisfacción permanente. Aunque el número de accidentes se va reduciendo, lo que más le frustra es saber que todos los accidentes laborales se pueden evitar. “Más allá de la frustración al conocer un accidente, cuando leo todos los informes de los accidentes mortales y muy graves para conocer lo que ha pasado me entra una gran desazón al comprobar que todos se podían evitar”.

Algunos trabajadores pierden la vida por el simple hecho de ir a trabajar

Es un lujo inadmisible el que todavía haya un solo trabajador que como contraprestación a su trabajo tenga que ver mermada su salud o incluso perder su vida. Es algo propio del siglo XIX que no nos podemos permitir en el siglo XXI.

Parece que en la siniestralidad laboral se ha evolucionado con relación a hace diez años, pero no lo suficiente.

Es cierto que en los últimos 25 años se ha reducido de manera muy considerable el número de accidentes por cada mil trabajadores, es decir, la incidencia. El riesgo que corre un trabajador de sufrir un accidente se ha reducido a la mitad. Ese dato resulta esperanzador y los es aún más el hecho de que la sociedad cada vez está más concienciada y no quiere pasar ni una. Mientras que hace 15 años la explicación era que los accidentes eran inherentes al trabajo, hoy en día no es así. Ese vínculo trabajo-accidente hay que romperlo y pensar que cualquier siniestro es evitable. Un solo caso activa a toda la sociedad.

¿Realmente todo accidente laboral es evitable?

Sí. Es preciso una concienciación social por parte de la administración, el empresario, el trabajador y el ciudadano. El empresario tiene la obligación legal de velar por la salud de su trabajador, eso no ofrece ninguna duda y está aceptado por todo el mundo. Por otro lado, es obligación del trabajador adoptar las medidas de seguridad que le hayan marcado, como ponerse el casco en una obra. En cuanto a los trabajadores hay un cierto distanciamiento en relación a la sensación de riesgo. Los accidentes graves y muy graves descienden, pero los leves todavía no se acaban de interiorizar como accidentes. Luego están la sociedad y la administración, que deben ser activas en la prevención. Un ciudadano no puede permitirse ver un riesgo en una obra y mirar hacia otro lado.

Dice que ha bajado el número de accidentes, pero la inestabilidad que sufren en la actualidad los trabajadores parece un buen campo de cultivo para que se den los siniestros.

Si contratas para un solo mes, ¿cuánto tiempo se va a invertir para formar a ese trabajador? Uno de cada tres accidentes ocurre en el primer año de trabajo, algo escandaloso. Y abriendo más el abanico, uno de cada cinco accidentes se produce en el primer mes de trabajo. El 60 % de los contratos de trabajo que se firman en Euskadi dura menos de un mes. Así, una gran cantidad de trabajadores siempre está en su primer mes de trabajo, que es el más delicado.

¿La solución?

Formación, formación y después más formación.

Pero una empresa que contrata para un mes, ¿se plantea formar a ese trabajador?

No voy a juzgar, pero la formación en prevención desde el minuto cero resulta rentable. Las empresas dicen que tienen los papeles en regla, pero eso no basta porque yo no he conocido ningún accidente de papel. El accidente le ocurre al trabajador. No vale con dar al trabajador una formación básica de apenas media hora y hacerle firmar que la recibido. A Osalan lo que le importa es que los empresarios estén directamente con el trabajador y les forme como es debido, más allá de la mera administración. El objetivo ‘accidentes cero’ no es utópico. Nos va a tocar andar mucho, pero no vamos a cejar en el empeño.

Como director de Osalan me imagino que está condenado a la insatisfacción permanente.

Absolutamente. Osalan es un organismo de pelmas insatisfechos. Nuestro mensaje es muy simple: concienciación. Más allá de la frustración al conocer un accidente, cuando leo todos los informes de los accidentes mortales y muy graves para conocer lo que ha pasado me entra una gran desazón al comprobar que todos se podían evitar. El informe de Osalan sobre un accidente tiene una función pericial y responde a la pregunta: ¿qué podemos hacer para que esto no vuelva a ocurrir? En la parte final de ese informe se ofrece a la empresa las recomendaciones que debe seguir.

¿Qué responsabilidad tiene el trabajador en un accidente?

El trabajador nunca tiene la culpa. La responsabilidad es pura y dura de los empresarios. Y eso lo establece la ley. Ningún trabajador a dejar su vida o su salud en la empresa por voluntad propia.

Pero si un obrero de la construcción no se pone el casco porque se siente incómodo con él…

Entre los deberes del empresario, se encuentra el de obligar a sus trabajadores a tomar las medidas preventivas que sean necesarias. Por su seguridad y por la de sus compañeros. Se trata de velar por toda la plantilla.

En la negociación colectiva parece que no existe la seguridad laboral.

En seguridad y salud laboral, se está intentando regular según la ley de 1995, con el marco genérico. Igual que es absurdo regular las condiciones laborales con el Estatuto de los Trabajadores, que es lo básico, con la seguridad laboral sí se está haciendo. La ley de prevención es un marco sólido, pero desde 1995 se ha evolucionado mucho. Si no integramos la seguridad laboral a los convenios colectivos, como hacemos con las relaciones laborales en cada sector, no hacemos nada. Si utilizamos lo más básico, al final, queda lo que queda.

¿Subcontrata es sinónimo de falta de seguridad laboral, como algunos sindicatos trasladan?

No tiene porque haber una relación directa. Hay un número elevado de accidentes que se concentra en el sector servicios, que no solo corresponde al comercio o la hostelería, sino que incluye a empresas que prestan sus servicios en las grandes empresas industriales. Es decir, que se ha transferido el servicio y también el riesgo de que sus trabajadores sufran accidentes a estas pequeñas empresas. Pero hay algunas subcontratas con 10 trabajadores que sacan los colores a las grandes empresas en cuestión de prevención. ¿Por qué? Pues porque el principio fundamental del dueño de esa pequeña empresa que presta servicios a las grandes es no tener que llamar a ningún familiar de sus trabajadores para darle la mala noticia de un accidente laboral. Desde ese principio aplica la norma. Se lo cree. Hay muchas empresas que no terminan de ver la importancia y el retorno económico que tiene apostar por la prevención. Hay muchas empresas que sufren muchos accidentes y recurren desesperadas a Osalan diciendo que cumplen con toda la normativa. Pues probablemente lo que les falta es creérselo.

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