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Una amistad forjada en EGI

Ochandiano, Gaztelu-Urrutia, Tellería (arriba), De Miguel (en el centro), Echaburu, San Juan y Montes (abajo)

Iker Rioja Andueza

Durante el juicio del 'caso De Miguel', que se inició en enero, no han sido pocas las quejas de los abogados de algunos de los 26 acusados cuando se hacía la más mínima referencia a su filiación política al PNV, la formación de la mayoría de ellos. Hace tan sólo una semana, uno de los imputados, Julián Sánchez Alegría, incluso se acogió a su derecho a no contestar cuando el presidente del tribunal, Jaime Tapia, le preguntó por su “procedencia política”. El discurso oficial es que el partido no tuvo nada que ver en estos hechos que se enjuician y que, además, actuó rápidamente apartando de sus filas a sus militantes procesados. Pese a todo, en las dos últimas semanas de declaraciones está quedando claro que el núcleo duro de quienes se sientan en el banquillo eran amigos y que forjaron esa complicidad en EGI, la organización juvenil del PNV.

“Éramos de la misma generación. Somos una generación muy activa los que entramos poco después de la escisión [de la que surge EA, en 1986]. Fue un impulso tremendo para los jóvenes. Coincidíamos en cientos de actos”, ha explicado Josu Montes, uno de los acusados en este juicio como fundador de la mercantil Ortzi Muga, acusada de haber recaudado comisiones y de haber obtenido contratos irregulares del área de Juventud del Gobierno vasco. A pesar de ser desconocido para el gran público, Montes ha explicado que “durante dos años” fue miembro del consejo nacional de EGI y, 'motu proprio', ha dado en su declaración toda suerte de detalles sobre el pasado de muchos de los protagonistas del 'caso De Miguel'.

Durante su etapa en EGI, el principal acusado en este caso, Alfredo de Miguel, era un “habitual” de los actos organizados, según ha indicado Montes, que trabó con él una amistad “muy fluida”. Su socio en Kataia Consulting y compañero de De Miguel en la Ejecutiva alavesa del PNV, Koldo Ochandiano, gestionaba una revista interna de EGI en aquella época. El tercero de los exdirigentes implicados, Aitor Tellería, es algo mayor, de una generación anterior, pero Montes ha indicado que “hubo un viaje de EGI a Estrasburgo para conocer las instituciones europeas” y que “en el autobús estaba Aitor”.

La esposa de Ochandiano, Iratxe Gaztelu-Urrutia, también fue dirigente de las juventudes nacionalistas. El administrador de Errexal, Iñaki San Juan, perteneció “10 ó 12 años” a EGI, donde llegó a ser en dos etapas miembro del consejo nacional, en una de ellas como “responsable de relaciones internacionales”. “Representé a EGI en la Internacional democráta-cristiana”, ha explicado el propio San Juan. Incluso Jon Iñaki Echaburu, empresario acusado de haber abonado comisiones, conoció a De Miguel y al resto en esa cantera del PNV, en la cual también fue miembro del consejo nacional.

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