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Miñano renuncia ahora a la reforma de la antigua sede de Épsilon Euskadi que lleva ya perdidos 10 millones de euros

Maqueta 1:2 de un monoplaza de Épsilon Euskadi, abandonada en 2019

Iker Rioja Andueza

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El parque tecnológico de Miñano, ubicado a las afueras de Vitoria, ha renunciado a la reforma del edificio Marie Curie, más conocido por haber albergado las instalaciones de Épsilon Euskadi, el sueño roto de una escudería vasca de Fórmula 1 que quebró y ha dejado un gran pabellón abandonado durante prácticamente una década que arrastra 10 millones de gasto. Dos meses después de que la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, manifestara en el Parlamento que la “transformación en un edificio multiempresa” de la antigua Épsilon Euskadi podría facilitar la llegada de nuevos proyectos, la propia Tapia firma ahora una respuesta escrita enviada a la Cámara a instancias de la coalición PP+Cs en la que confirma que la partida de 300.000 euros prevista en los presupuestos de 2021 para la reforma “no se ha desarrollado”, que “no existen iniciativas ni planificación” para hacer obras y que en 2022 “no se prevé incluir otra partida” semejante.

Según las fuentes consultadas, Miñano sigue trabajando en dos proyectos interesados en una nave de 15.758 metros cuadrados dentro de una parcela de 32.823 metros cuadrados. Los nombres de las empresas se guardan bajo siete llaves con el ánimo de que cristalicen unas negociaciones que van “avanzando” lentamente, pero aparentemente ninguna de ellas requiere “inversiones” en el pabellón o que se compartimente para adquirir solamente una parte. Tapia, en cambio, no ofrece en el Parlamento más datos que el de que “no hay previsión” de hacer ya la reforma anunciada. “En este tiempo ha habido distintas ofertas comerciales sobre el edificio y es por ello por lo que no se ha realizado ninguna inversión de adaptación sobre él”, señala la consejera, de cuyo Departamento depende la red de parques tecnológicos de Euskadi.

En todo caso, es un giro de 180 grados en el mensaje lanzado hace dos meses en el Parlamento por la propia Tapia. “[Se trata] De la puesta en marcha del edificio Marie Curie para su transformación en un edificio multiempresa. Ello nos va a permitir que, en lugar de tener un edificio que puede acoger únicamente proyectos empresariales de una envergadura muy importante, se puedan ejecutar unas obras de acondicionamiento que nos permitan que ese edificio pueda ser multiuso, que puedan utilizarlo una o más empresas. Además, en caso de que sea una empresa, que pueda también adquirir en primer lugar un espacio algo menor y, en función de las necesidades de crecimiento, poder ir adquiriendo mayores espacios”, manifestó en respuesta a otra pregunta de PP+Cs, según consta en el diario de sesiones.

Las instalaciones vacías del proyecto han supuesto ya un coste de 9,9 millones de euros, mientras que los ingresos generados desde que quebró Épsilon Euskadi apenas han cubierto el 8,34%. Indica Tapia que “el coste anual de mantenimiento de la parcela correspondiente al importe del IBI, mantenimiento de jardinería y servicio de seguridad y vigilancia asciende a 26.516” euros. Menos conocido que el escándalo de la Fórmula 1 valenciana pero igual de oneroso para las arcas públicas, Épsilon Euskadi fue un proyecto que lideró el catalán Joan Villadelprat y que junto al desarrollo del también fallido coche eléctrico Hiriko y del circuito de carreras Arakamendi, que no se llegó a iniciar, recibieron el impulso político del PNV. Esto se tradujo en que en sucesivos acuerdos con el Gobierno central, entonces en manos del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, la empresa de Villadelprat recibió millonarias ayudas estatales.

Quebró el proyecto pero el problema es que sigue costando dinero. Sin contar el mantenimiento ordinario, el parque tecnológico de Álava, una sociedad pública, ha de abonar un crédito hasta 2032 con un tipo de interés del Euribor más el 0,97%. ¿Por qué? Cuando la escudería de Villadelprat ya estaba en crisis, tocó la puerta de los bancos, pero recibió un portazo. “Las entidades de crédito, ante la situación financiera que presentaba la mercantil, no asumieron el riesgo [...]. Épsilon, que era financiado al 90% por medio de fondos públicos, carecía de recursos propios para dar garantías adicionales a los bancos. Ante esa situación de incapacidad, se dirigió al parque tecnológico de Álava, el cual entró en la garantía”, concluyó la investigación judicial que se siguió por este asunto, aunque finalmente la Audiencia Provincial de Álava lo dio por archivado en 2019 por no ver indicios de delito aunque se asumiera que se puso en marcha “con pólvora de rey”.

Sí hubo una condena mercantil contra Villadelprat por haber propiciado la quiebra con su mala gestión. Ocurrió algo similar en el 'caso Hiriko', sin recorrido penal pero sí con sanciones parciales en lo mercantil. En este caso, la clave fue la adquisición con subvenciones del Gobierno central de un prototipo de Épsilon Euskadi para engrosar la colección particular de uno de los socios del proyecto del coche eléctrico, el empresario Jesús Echave. Aquel monoplaza costó 535.000 euros más IVA.

Tras la quiebra de Épsilon Euskadi, las entidades financieras se dirigieron al parque tecnológico para recuperar su dinero y ejecutaron el aval. Miñano tuvo que poner 16,49 millones para recomprar unas instalaciones que ya eran suyas. De 2012 a 2014 se devolvieron 650.778 euros del principal, de 2015 a 2019 hubo una amortización de 905.555,56 euros anuales y en 2020 ese coste financiero fue de 2,8 millones de euros. Queda pendiente de devolver aún el 52% del principal. En cuanto a los intereses, aunque los tipos han bajado notablemente, se han pagado ya 1,8 millones de euros. 2020 ha sido el ejercicio con menos carga financiera (70.971,75 euros) pero se ha llegado a abonar anualmente hasta 333.417,07 euros, como ocurrió en 2014. De cara a futuro, el Gobierno explica que se abonarán “pagos trimestrales de 183.531,75 euros”.

En abril, en respuesta a preguntas de EH Bildu, Tapia informó de que el valor de tasación de las instalaciones sigue siendo superior al coste total de la operación financiera, lo que cubriría las pérdidas generadas en estos años. Según un trabajo de Servatas en 2020 “y vigente a día de hoy”, el antiguo cuartel general de Villadelprat está valorado en 22,8 millones de euros, incluido el túnel del viento, su supuesta joya de la corona aunque ya totalmente obsoleta. Hasta que lleguen compradores o arrendatarios, Miñano ha buscado ingresos destinando el local a rodajes, principalmente, 826.359,81 euros en total. Según los diferentes documentos publicados estos años, ha habido 23 ó 32 ofertas por el Marie Curie. En su momento, incluso, se coqueteó con volver a probar suerte con otra escudería de Fórmula 1.

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