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‘Lo que tu móvil esconde’

Representantes de la ONG Alboan muestran fragmentos de un móvil fabricado con minerales extraídos en el Congo.

Laura Murillo Rubio

Bilbao —

La República Democrática del Congo es una de las zonas mineras más importantes del mundo, especialmente el este del país, donde el conflicto armado suma ya más de 20 años, en los que se calculan 5 millones de muertos, 1 millón de personas desplazadas solo en 2013 y 100.000 violaciones anuales a mujeres como arma de guerra. Allí se encuentra el 80% de las reservas mundiales de coltán, mineral del que se extrae el tantalio, y que junto al wolframio, el oro y el estaño, se utiliza para la fabricación de nuestros móviles, tabletas, portátiles y demás aparatos electrónicos. Sin ellos, la revolución de las nuevas tecnologías no habría sido posible. Sin embargo, lo que mucha gente no sabe es que existe una relación directa entre la fiebre consumista y la violencia que hay en el este del Congo.

La financiación de muchos grupos armados se produce a través de la extracción y posterior comercialización de estos minerales, que van a parar a manos de grandes empresas del mundo dedicadas a la fabricación de estas nuevas tecnologías que usamos a diario. Los millones de dólares que obtienen cada año por su explotación y tráfico ilegal se destinan a la compra de armas que “siguen alimentando el genocidio y la barbarie en el centro de África”, ha denunciado Alicia Alemán, especialista de la campaña ‘Tecnología libre de conflicto’ que impulsa la ONG vasca Alboan.

A pesar de su inmensa riqueza natural, el Congo ocupa el último lugar en el índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas. Las personas que se dedican a la extracción de los minerales, muchos de ellos niños, lo hacen de forma artesanal, trabajando en condiciones extremadamente difíciles, al tiempo que provoca un daño medioambiental complicado de reparar. Según ha dicho el director general de Alboan, José Ignacio Eguizábal, la ONG ha constatado “esta relación directa y profunda que existe entre los conflictos étnicos, los conflictos por los recursos naturales de la zona y el desplazamiento y sufrimiento de la población no solo congoleña, sino de muchos lugares del mundo”. Por ello, plantean una campaña social cuyo objetivo “no es renunciar al uso de los móviles, sino que la extracción de estos minerales se produzca en condiciones dignas con respeto a los derechos humanos”, ha señalado Virginia Basurto, integrante de la campaña en la presentación de la misma.

No a lo minerales ‘manchados de sangre’

“Buscamos tener acceso a una tecnología que no siga la ruta de estos minerales ‘manchados de sangre”, ha asegurado Basurto y para ello plantean una serie de propuestas con las que pretenden “concienciar, responsabilizar y movilizar” a la ciudadanía. Por una parte, el reciclaje de teléfonos móviles contribuye a reducir la necesidad de extracción de minerales del este del Congo. “Hasta el 90% de los componentes de un móvil son reciclables”, indica Basurto sobre la propuesta de recogida de dispositivos usados ‘Móviles por el Congo’. Por otra, Alboan impartirá sesiones y talleres para formar “agentes sensibilizadores” y recaudará fondos para ayudar a los desplazados por el conflicto. En este sentido, la ONG considera que uno de los puntos “más importantes” es la difusión de esta iniciativa a través de la cual quieren llegar “lo más lejos posible para sumar a cuanta más gente mejor”, han señalado.

Como parte de ese proceso de difusión han rodado el documental ‘Lo que tu móvil esconde’. “Un vídeo de cinco minutos en el que se explica de manera ágil todas estas conexiones y las alternativas para romper los vínculos entre violencia y tecnología”, ha dicho Basurto.

Demandan una regulación del comercio de minerales

En la actualidad, Europa trabaja en la aprobación de una normativa para que la industria rechace los ‘minerales de sangre’. “En marzo la Comisión Europea planteó una iniciativa para que la industria europea no se surta de minerales cuyo comercio esté alimentando conflictos armados”, ha explicado Alemán sobre una regulación que en principio nace con carácter “no vinculante” y que quieren cambiar para que se “castigue” a las empresas que compran esta clase de minerales. “En los próximos meses lanzaremos una campaña de recogida de firmas para reclamar que se corrija la directiva e incorpore el carácter vinculante para las empresas. Para eso necesitamos la presión ciudadana porque la vida de muchas personas estás en juego”, afirmaba la especialista. El precedente de esta regulación se halla en la ley Dodd-Frank estadounidense que, aprobada en 2010, obliga a las empresas estadounidenses a investigar en su cadena de suministros e informar sobre si usan minerales procedentes de la República Democrática del Congo o países vecinos.

“Esta ley ha logrado hacer mucho menos rentable a los grupos armados ilegales y al ejército explotar las minas de los principales minerales conflictivos y, sobre todo, ha sido positivo para probar que los gobiernos tienen capacidad para limpiar las cadenas de suministro e ir más allá de las iniciativas voluntarias de las empresas”, han asegurado desde Alboan.

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