La campana de la torre de Espantaperros vuelve a repicar 143 años después
En un mundo actual donde las nuevas tecnologías y la modernidad han minimizado la importancia de costumbres como los tradicionales repiques de campanas, la torre de Espantaperros de Badajoz ha recuperado esta semana su histórico símbolo tras 143 años de ausencia.
La colocación de la réplica de la campana original, llevada a cabo en un emotivo acto, supone la culminación de la iniciativa impulsada por las asociaciones Amigos de Badajoz y Alcazaba en el objetivo de recaudar los fondos necesarios para su construcción.
El presidente de Amigos de Badajoz, Manuel Cienfuegos, ha destacado que la apuesta haya llegado finalmente a buen puerto, para recordar que para los antiguos “cuando una campana sonaba era por alguna cosa”, y hoy lo ha hecho “para decirle a los pacenses que los tañidos de la torre de Espantaperros han regresado”.
La réplica se ha llevado a cabo en los talleres de la familia Rivera en Montehermoso, tomando como base los 45 fragmentos aportados de la campana original, la cual se conserva en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, unos trabajos que han permitido incluso determinar la fecha exacta de construcción del original, de 1567 y no de 1517 como hasta ahora se pensaba.
En este sentido, el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, ha mostrado su utópico deseo de que todos los asistentes al evento “puedan darse cita de nuevo en 2067 para celebrar el 500 aniversario de la campana original”, un “símbolo” de la capital pacense.
El primer edil ha afirmado además que se pedirá la cesión de la campana original para que pueda exhibirse en el Museo de la Ciudad Luis de Morales.
Más de 900 compañías, ciudadanos y entidades de todo tipo han participado en la campaña de micromecenazgo realizada para lograr los 33.000 euros que han hecho realidad esta empresa, más de una veintena “mecenas VIP”, al aportar más de 500 euros, los cuales han recibido en este caso una pequeña réplica por su contribución.
El concejal de Patrimonio, Jaime Mejías, y el representante de la asociación Alcazaba, Héctor Muñoz, han agradecido a todos sus aportaciones, para recordarles que sus nombres se encuentran además en los atriles ubicados en la torre de Espantaperros para mostrar a las generaciones futuras que contribuyeron a lograr este hito.
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