Acorex se rompe mientras la Junta cuenta que las negociaciones van por buen camino

Mérida. Martes, 21 de abril, 11.30 horas. En sala de prensa de la Junta, la vicepresidenta Cristina Teniente es preguntada por los periodistas en torno a la situación de Acorex. Horas antes, eldiarioex ha publicado fragmentos del documento presentado por las tres grandes cooperativas a la dirección de Acorex en el que se explican unas condiciones durísimas para que éstas vuelvan.

A la pregunta de los periodistas, Teniente responde que los avances que se están produciendo en las últimas semanas en las negociaciones en el seno de la Agrupación de Cooperativas de Regadío (Acorex) “son muy positivos”. Aludiendo a la reunión mantenida este lunes entre las tres grandes y la dirección de Acorex, Teniente destaca que la reunión se desarrolló en buena sintonía y calificó ese clima como un primer paso hacia el retorno de las tres cooperativas, paso obligado a su vez para garantizar la viabilidad del grupo. También ha indicado que se están dando “pasos importantes” en esas negociaciones para alcanzar “puntos de encuentro”, que pueden servir para llegar a un acuerdo entre todos.

 

Hace un par de semanas, con la preocupación a flor de piel, la cooperativa de Campanario, una cooperativa con intereses en el sector ganadero y la producción de cereales, con sede en la calle Orellana y 245 socios, convocó una asamblea general de socios para conocer las opiniones de la gente.

La asamblea se fija el lunes, 20 de abril, por la noche.

Ese mismo lunes, por la mañana, han viajado a la sede de Acorex en Mérida los máximos dirigentes de las cooperativas que dieron el portazo, de las tres grandes. Con una estrategia muy bien definida, con un despacho de abogados en común, Miajadas, Granja y Santa Amalia presentan ante un atolondrado equipo de dirección de Acorex sus exigencias para volver al grupo. Directamente: quieren (casi) todo el poder.

Al mediodía, la dirección de Acorex pasa un fax con las exigencias de las tres grandes a todas sus cooperativas.

El fax llega a la cooperativa de Campanario poco antes de la reunión de la asamblea de socios. Cuando ese documento se lee en la asamblea, hay un clamor: si eso se aprueba, nos vamos, dicen los socios. Se vota, y así lo aprueban por unanimidad.

 

Martes, 21 de abril, 16,30 , sede de Acorex, Mérida

Tras las duras exigencias de las tres cooperativas, la dirección de Acorex, absolutamente desbordada por los acontecimientos, repite la misma estrategia de ocasiones anteriores. No tomar ninguna decisión, no ganar ningún juego. Solo ganar tiempo. Curiosamente, esa estrategia tampoco viene nada mal a la Junta que ya no sabe por dónde atajar este problema al que tan alegremente contribuyó a partir del año 2012, cuando empezaron a cambiar a gerentes y consejos rectores con una política intervencionista tan inútil como ineficaz.

Cuando los gerentes y presidentes de las cooperativas llegan este martes ante la dirección de Acorex estalla la tormenta perfecta. Todos a una se plantan. No aceptan ninguna de las propuestas de las tres grandes; si quieren volver, que vuelvan, pero sin ninguna contrapartida, y si hubiera algo a cambio, ¡amenaza a lo grande¡ se van todas las pequeñas cooperativas. “No aceptamos chantajes”, se escuchó decir.

Entre las razones que se pusieron sobre el tapete en la asamblea de Campanario para no aceptar el documento de las tres grandes está la petición de Granja de Torrehermosa de que se le reconozca su participación en Ibergenética como capital social en Acorex. Pero tras la reducción de capital de 4,8 millones que se llevó a cabo en Acosierra en 2.102 algunas cooperativas, como Campanario, sostienen que esa participación tiene un valor nulo y no están dispuestas a aceptar exigencias de ese tipo. Y así se lo han hecho saber este martes a la dirección de Acorex.

 

Otra asamblea, 30 de abril, Mérida

Frente a esta tormenta que amenaza con romper los cimientos de Acorex, una dirección con unos niveles de prestigio y autoridad bajo mínimos ha vuelto a pedir tiempo muerto: una nueva asamblea general de socios de Acorex para el día 30 de abril.

En el orden del día de esa asamblea figuran exactamente los mismos asuntos que vienn conformando el orden del día desde hace varios meses: El plan de viabilidad económica de Acorex y la imputación de la deuda a las cooperativas de base, que rechazan esa deudas porque consideran que son pérdidas ajenas a la dinámica del grupo cooperativo.

Con este nuevo aplazamiento, con una dirección encogida que aún no ha aportado ni una solución, con la Junta dejando ahora la responsabilidad en manos del grupo, con toda la actividad paralizada y con casi un centenar de trabajadores amenazados de despidos, empiezan a levantarse voces incrédulas que sospechan que detrás de tanta reunión, tanta asamblea, y tanto ruido, tal vez no haya más que un cálculo electoralista con objeto de que la que ha sido la mayor empresa del campo extremeño no salte por los aires antes del día 24 de mayo. Y si no hay decisiones rápidas y viables, esa lista de incrédulos va a seguir creciendo.