Cuevas como las de Castañar de Ibor actúan como sumideros del metano
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) del CSIC han descubierto que el metano, el gas de efecto invernadero más abundante en la tierra tras el CO2, “desaparece” en los entornos subterráneos con un elevado grado de humedad, como es el caso de las cuevas, que actúan como sumideros.
La investigación, publicada en Nature Communications, basa sus conclusiones en muestras tomadas en diez cuevas o cavidades subterráneas de la Península Ibérica, y sus resultados podrían ayudar a desarrollar un método eficaz para reducir el volumen de metano atmosférico, uno de los principales causantes del cambio climático.
“Hemos detectado que tanto las cuevas como otros ambientes subterráneos como los túneles, actúan como sumideros y que los resultados son extrapolables a otros enclaves de la zona vadosa -la que está por encima del nivel freático- con rocas porosas o fisuradas conectadas con la atmósfera exterior”, señala el investigador del MNCN y uno de los autores, Ángel Fernández-Cortés.
“Ahora sabemos que los ambientes subterráneos actúan como sumideros naturales de este gas. Además, hemos comprobado que la oxidación por baterias metanotrofas, las que lo eliminan del suelo, no es el principal mecanismo de eliminación en los ambientes subterráneos”, indica Soledad Cuezva, investigadora vinculada al MNCN.
Los análisis de las muestras evidencian que esas bacterias no están presentes en cavidades como la de Castañar de Ibor, en Cáceres, que ha sido una de las analizadas, y a pesar de ello la concentración de metano es nula durante todo el año.
Los investigadores sospechan que la desaparición del metano, donde no existen esas bacterias, está relacionada con un fuerte grado de ionización del aire en las cavidades, aunque aún tienen que investigar la reacción química que produce para que sea eliminado; así como cuantificar el efecto para incluirlo en los balances globales de metano.