Extremadura pide la derogación del memorándum del trasvase Tajo-Segura
La Asamblea de Extremadura ha aprobado en comisión una propuesta de pronunciamiento de Podemos, que ha contado con el apoyo del PSOE, por la que se insta al Gobierno de España a derogar el memorándum del Trasvase del Tajo-Segura.
La iniciativa, rechazada este miércoles por el PP, insta también al Ejecutivo central a abrir un proceso de diálogo con las comunidades autónomas por las que discurre el Tajo y con el Gobierno de Portugal, para mejorar la gestión conjunta del río así como a que se revise el plan de cuenca.
Según Podemos el trasvase Tajo-Segura funciona desde 1979 y el Memorándum, firmado en marzo de 2013, por el Gobierno de Mariano Rajoy, “sin criterios de transparencia ni participación social alguna”, supone que “nos pasemos la ley por el Arco de Trajano para anteponer los intereses de las redes clientelares de los regantes del Segura”.
Este documento violaría la normativa comunitaria, ya que no se pueden establecer los llamados caudales ecológicos, y supone “romper” la cuenca en dos.
Para el PP el Memorando mejora sin embargo “sustancialmente” las reglas anteriores del trasvase, que ha considerado como la obra hidráulica más importante de la Historia de España, en la que ha imperado, ha dicho, “el sentido común y la solidaridad” interterritorial.
Por el PSOE Eduardo Béjar ha señalado que la propuesta de Podemos “tiene mucha razón de ser, porque hay muchos riesgos” en el Tajo y ha acusado al PP extremeño de estar más a favor de “defender los intereses del lobby de los regantes del levante” que la conservación del río.
Plaguicida
En la misma Comisión de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Asamblea de Extremadura ha comparecido también el director general de Agricultura, Antonio Cabezas, quien ha respondido a una pregunta de Podemos sobre el uso de 7.920 litros de plaguicida Diflubenzuron adquiridos por la Junta de Extremadura.
Cabezas ha explicado que este pesticida, cuyo uso está autorizado, se destina para luchar contra la plaga de langosta, lo que ha permitido que la superficie afectada por esta mal haya pasado de 60.000 hectáreas a tratar este año menos de 5.000.
Podemos lamenta por el contrario que no es selectivo, es de una alta toxicidad y muy persistente en el ambiente, por lo que ha abogado por sustituir su uso por “precaución” por otros métodos mucho más sostenibles.