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Subcontratas con la administración: un caldo de precariedad y empleos parciales para muchos extremeños

Protesta de la plantilla de la empresa de limpieza de edificios y locales PALICRISA / CCOO

Jesús Conde

Trabajan para una empresa que presta servicios a las administraciones. Es decir, una subcontrata.

A muchos les une la misma historia: retrasos a la hora de cobrar, reducciones de jornada en la Seguridad Social (que no en la realidad) o sobrecarga en los momentos de vacaciones y bajas de compañeros.

Son las situaciones que describe UGT Extremadura en algunas de las empresas concesionarias de los servicios para la administración. Para ayuntamientos, la Junta o la administración central. Solo en la provincia de Badajoz calcula esta organización que en torno a 3.000 empleados, algunos soportando condiciones que no cumplen el convenio.

Si los sindicatos describen este panorama como algo frecuente, también resulta habitual el silencio de quienes lo sufren. El motivo: el miedo a perder su puesto. También bajas psíquicas por exceso de trabajo o depresión. Aunque el primer impulso pueda ser la indignación, la cosa cambia si se tiene en cuenta que no son pocos los casos en que, éste, es el único salario que entra en casa.

Jardinería, mantenimiento o seguridad son algunos de los sectores subcontratados por la administración en los que se producen estos excesos. Pero quizás el más ‘descarado’ sea el sector de la limpieza según comenta Antonio Moreno, de UGT Extremadura.

El motivo sería que las empresas para llevarse las adjudicaciones bajan sus ofertas a la baja, se hacen una verdadera competencia desleal entre ellas, aunque “por supuesto a costa del trabajador”.

¿Cuánto gana una limpiadora?

El salario de una trabajadora de la limpieza según el convenio de Badajoz es de unos 752 euros por 37 horas y tres cuartos a la semana. El ‘truco’ que ha detectado UGT es por ejemplo contratos a tiempo parcial, con jornadas reducidas y horas extras que se pueden pagar entre 2,5 ó 5 euros. En otros el impago.

La ‘picaresca’ reside en que la jornada reducida. Por ejemplo casos de empresas que dejan de gestionar un centro de trabajo, y el trabajador a su vez pasa a otra empresa. La situación que se daría sería la del empleado que ahora está a tiempo parcial para varias empresas, en diferentes centros de trabajo. La suma de todos estos centros –por ser contratos temporales—es inferior al salario originario.

“Y lo mejor viene con la reforma Laboral, que permite esto si la empresa alega motivos económicos u organizativos”. El resultado, que la administración sigue pagando por el servicio, aunque las condiciones de trabajo del empleado han empeorado.

También hay casos en los que la empresa, en concurso de acreedores, no paga. Más 'picaresca': la de empleados que han sido dados de baja, para a paso seguido volver a entrar y así ahorrarse la antigüedad, como marca el convenio.

El representante de UGT se refiere a situaciones como la de una empresa de limpieza con una concesión que ha dado de baja a parte de las personas empleadas. Parte de la plantilla ha sido sustituía, y a una parte de los despedidos les han llamado a título personal para trasladarles que si retiran la denuncia los contratan de nuevo.

¿Se sabe qué marca el contrato firmado con la administración?

UGT Extremadura apunta a la necesidad de que se conozca el contenido del contrato final que ha sido firmado entre la administración y la empresa, y no solo el pliego de condiciones inicial. Denuncia así un “completo ocultismo” por parte de la administración que debe acabar de inmediato.

De este modo el sindicato exige que se hagan públicos todos estos contratos, porque no es un acuerdo entre particulares, sino que sale de los impuestos de todos los extremeños.

Más cuestiones, el empleado que acude a su centro de trabajo “como si le debiera la vida a la empresa”. Es decir, con un complejo y un comportamiento de sumisión que favorecen este tipo de situaciones, auspiciadas lógicamente por el miedo a perder el trabajo y la elevada tasa de paro actual.

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