Guadiana y los vándalos ilustrados
Con el fin de consolar al Ayuntamiento de Guadiana y al partido que lo gobierna, atribulado y entristecido por lo que considera un atentado contra sus valores patrios y fundacionales, patente en el destrozo a martillazo limpio de la placa fascista que lucía, incólume, en la fachada del consistorio, creemos conveniente reconfortar a dicho Ayuntamiento sugiriéndole que mire el luctuoso hecho por el lado bueno: a día de hoy apenas quedan monumentos franquistas que no estén marcados por los correspondientes huevazos de pintura, pintadas y recubrimientos de inmundicia encargados de recordarnos lo ignominioso de aquella época y, sobre todo, la cualidad de miserable y criminal de quien la orquestó, cuyo nombre figuraba en la placa de marras que, ahora sí y gracias a este fortuito acto de reconciliación histórica ejecutado por lo que podríamos llamar unos vándalos ilustrados, pasa a convertirse en un verdadero monumento del patrimonio artístico español: aquel que señala, por las marcas recriminatorias que lo recubren, tan lúgubre pasado.
En consecuencia, y en previsión –la fortuna no lo quiera- de que el alcalde de este bonito pueblo pudiera andar por ahí apesadumbrado y tristón, como quien dice como alma en pena, llorando por las esquinas el destrozo de la placa de sus amores, le sugerimos que alegre el ánimo pensando que ya no tiene que volver a discutir sobre la procedencia o no de la placa, hecha añicos, ni tiene la necesidad u obligación de ponerla de nuevo, pues ello podría suponer un claro acto de rebeldía e incumplimiento frente a la Ley 52/2007 de 26 de diciembre, más conocida como la Ley de la Memoria Histórica, es decir, incumplir una ley a sabiendas de que se está incumpliendo.
Ya para finalizar, sólo para alegrarle las penas a tanto concejal afligido, tanto de ese pueblo como de otros, a quienes también les hubiera gustado haber tenido una plaquita de ese calibre, les sugerimos que aprovechen la ocasión y sitúen en el hueco o desconchado que ha dejado la destrozada placa, ahora semejante a boca de nicho que nos recuerda la huesa anónima donde yacen tantos españoles asesinados y desaparecidos, otra más afortunada, que haga referencia al esfuerzo, entusiasmo y afán de vida de quienes, a pesar de Franco y del franquismo, hicieron de Guadiana un pueblo hermoso e incomparable.