Montehermoso volverá a vibrar con las costumbristas danzas de ‘Los Negritos’

Declarada de interés turístico regional desde 2005, la fiesta comenzará este martes 2 de febrero, festividad de las Candelas, cuando los Negritos, todos hombres, con su tradicional indumentaria, irán a buscar a los mayordomos, para ir después hasta la iglesia de San Sebastián y a la ermita del santo para bailar.
En este evento, los Negritos van acompañados también por el conocido como “palotero”, que porta los palos que los danzarines tiznados usarán en sus bailes y que va disfrazado de forma distinta, con un sombrero que imita la mitra de San Blas, y porta además unas castañuelas de corcha que no suenan.
Durante la noche se celebrarán las “Candelas”, donde la tradicional procesión de “la Velá” de San Blas recorrerá las calles de Montehermoso.
La comitiva, al son del tamborilero y acompañada de los bailes de los Negritos, con las caras sin tiznar, pasará por las ermitas de San Sebastián y San Bartolomé, y se fundirá en esta última en una fiesta de bailes entre el grupo de los Negritos y antiguos componentes de éste.
Una vez terminada la Velá, los Negritos recorrerán las calles de la localidad al son de la flauta y el tamboril, y visitarán los domicilios de los antiguos mayordomos del Santo.
San Blas
Asimismo, a primera hora de la mañana del 3 de febrero, festividad de San Blas, el tamborilero recogerá al palotero y uno a uno al resto de los Negritos, que van ataviados con el traje tradicional de gala por ser el día del santo.
Todos ellos se dirigirán a casa de los mayordomos, donde harán el ritual de tiznarse las caras de negro con corcha quemada, como rezaba la tradición.
Cuando las campanas comiencen a sonar, los Negritos y mayordomos acudirán a la iglesia para recoger al sacerdote y, acompañados por numerosos devotos, se encaminarán a la ermita del santo, donde se realizarán los actos religiosos y la bendición de los conocidos como cordones de San Blas.
Al finalizar la liturgia, sacarán al santo y los negritos le rendirán honores con sus bailes.
La imagen del santo recorrerá en procesión las calles hasta la plaza de España, en la que se volverán a repetir las danzas y se trasladará a San Blas a la iglesia del pueblo, en donde se queda durante unos días.
Luego el resto del día, negritos y mayordomos recorren el pueblo, piden la “maná” y venden los cordones, que los vecinos anudan a sus cuellos para proteger sus gargantas.