¡Que debatan ellos¡
Este jueves los diputados de la Asamblea han quedado para juntarse y hablar de sus cosas. O sea, que quieren aprobar nueve o diez leyes de temas tales como el embarazo, los impuestos, las licencias de obras, servicios sociales, mediación familiar y otros así.
Luego, cuando acaben esos asuntillos, se pondrán a discutir si hay corrupción en el hecho de que unos jefes de Fomento y unos profesores de la Uex se llenen los bolsillos a costa de los parados mientras sus jefes privatizan las Itv. Cuando acaben con esto, también quieren comentar si eso de poner las carreras universitarias con tres o cuatro años está bien, y de paso hablarán del tren que no tenemos y de las urgencias rurales que siguen cerradas, y del paro, y de un plan para ayudar a las pymes…
Han tenido el parlamento amodorrado con bagatelas y ahora en un día quieren abordar tantos asuntos como en un año.
Tamaño despropósito va a generar a todas luces una sesión confusa, saturada de brocha gorda pero muy alejada de la reflexión y, sobre, muy alejada de la ciudadanía.
Y con ceremonias de la confusión de este tipo, no es de extrañar que gran parte de los ciudadanos miren con recelo hacia las instituciones y sus representantes y se pregunten a qué intereses responden cuando montan estos circos.