El presidente de Acorex confía en pactar con los acreedores y evitar la liquidación
En una entrevista con Canal Extremadura Radio, Ortega ha destacado que Acorex intentará evitar su liquidación y “agotar hasta el último extremo la posibilidad de llegar a un convenio con nuestros acreedores y nuestras cooperativas, porque todavía tienen algo que decir”.
Ha reconocido que ha sido prácticamente imposible negociar en la situación de preconcurso de acreedores, porque esa “incertidumbre” e “inseguridad” no les dejaba “maniobrar” y ha explicado que aunque gran parte de las cosechas ya no se han entregado al grupo, éste les ha exigido a las cooperativas socias el canon que les corresponde por facturación, para que “siga habiendo flujo de caja”.
Esto, así como la percepción de otros ingresos mínimos a través de alquileres de algunas de las entidades participadas, permitirá a Acorex, según ha dicho, “mantenerse todavía viva bajo mínimos y de esa forma poder llegar a sentarnos con acreedores y entidades financieras y ver si existe la posibilidad, mediante una quita o algo, de llegar a un convenio”.
Manuel Ortega ha precisado que la deuda del grupo la cifra en 40 millones [según fuentes del diarioex son 50], 20 de ellos con las entidades financieras, incluidos los 5 millones que según él mantiene con la sociedad pública Avante [17 o 18 según otras fuentes, entre ellas CCOO]..
El presidente de Acorex ha explicado que muchas cooperativas socias tienen individualmente problemas de viabilidad y exigen “reuniones para ver si existe alguna posibilidad de mantener unido el grupo, aunque sea con unas cooperativas mínimas”.
También exigen a la administración que “si existe alguna posibilidad de integración”, les ayude “en conversaciones con las entidades financieras para mantener unos créditos que permitan a estas cooperativas no caer en el pozo” arrastradas por la caída del grupo.
Salvar las bases
En ese sentido, Ortega ha destacado que uno de los objetivos que ahora se plantea Acorex es que las cooperativas de base “no mueran”, porque “si siguen vivas, más adelante, dentro de un año o dos, quién sabe, podemos volver a resurgir”.
Por otra parte, Manuel Ortega ha reconocido que “mal se tienen que haber hecho muchas cosas” para que uno de los grupos cooperativos más importantes de España esté al borde de su liquidación y ha precisado que muchas inversiones no se hicieron bien, “empezando porque en el mismo grupo pusimos dos fábricas de tomate”, lo que supuso duplicar “costes elevadísimos”.
“Ha habido una gestión que tampoco ha sido todo lo profesional que nos hubiera gustado”, ha agregado el presidente de Acorex, quien ha abogado por que los consejos rectores de estas entidades estén más formados, algo que a su juicio no ha ocurrido.
También ha reconocido la existencia de “interferencias de otra índole”, como “guerrillas internas o luchas de poder”, así como que se dejara demasiado autonomía a los directivos del grupo, que en algunos casos decidieron inversiones, a pesar de la existencia de criterios técnicos que las desaconsejaban.
Con respecto a la existencia de injerencias políticas, Ortega ha reconocido que “han tenido mucho que ver tanto en el pasado de largo y medio plazo como hasta el día de hoy”.