Arte y patrimonio olvidado en el mundo rural: los monumentos en peligro

Decenas de ermitas, conventos y castillos forman parte del patrimonio olvidado de Extremadura. Un tesoro que poco a poco se deteriora y que avanza silencioso hacia el derrumbe y la extinción.

El proyecto ‘Arte en Ruinas’, del extremeño José Luis Díaz, ha identificado hasta 70 espacios diferentes en peligro en la región. Son entornos que brillaron con luz propia en el pasado, lugares de culto y admiración que hoy pasan desapercibidos. Desperdigados en campos y travesías inhóspitas, son consumidos por la maleza y las inclemencias del tiempo.

Este experto en historia del arte ha editado un libro bajo el mismo nombre en el que ofrece detalles de los diez monumentos en los que hay que actuar con urgencia. Son los que lideran la lista de roja de enclaves que pueden desaparecer en muy poco tiempo, a los que se les augura una vida muy corta.

Este es el caso de la ermita de San Jorge de Cáceres, situada a las afueras de la ciudad. Diferentes colectivos han alertado del estado ‘catastrófico’ que presenta el monumento, al borde de la destrucción, y han reclamado a las administraciones que aceleren los trámites que permitan su preservación.

Es un edificio que data del siglo XIV que conserva pinturas de gran valor en sus paredes. Alberga una cúpula semi enterrada y una charca artificial que hoy es lugar de estancia para el ganado.

Al igual que en otros casos, la ermita se encuentra en el interior de una finca privada. El experto explica que uno de los problemas a los que se enfrenta el patrimonio olvidado reside en que es propiedad de linajes o de familias que no se ponen de acuerdo, mientras avanza su proceso de degradación.

Ocurre lo mismo en otro de los enclaves en los que hay que actuar con urgencia, el convento San Antonio de Padua de de Garrovillas de Alconétar. Es el único de España incluido en la lista de monumentos más amenazados de Europa.  

Se trata de una joya arquitectónica fundada en el siglo XVI por el I Conde de Alba de Aliste, y renovado más tarde a mediados del XVII, destacando por su iglesia gótica y el claustro renacentista. 

Ha ido pasando por diferentes manos privadas tras la desamortización. Sus propietarios lo donaron en fechas recientes a la Junta, de modo que en breve comenzará su protección. Las actuaciones previstas sacarán del ostracismo a un enclave singular y de gran belleza.

Las ermitas abandonadas

Muy cerca de Mérida se erige la ermita de los Mártires de Arroyo de San Serván, un monumento de gran interés del siglo XV que aún conserva algunas pinturas.

José Luis Díaz explica en su blog que el edificio, de reducidas dimensiones, se encuentra inundado por la vegetación. Fue objetivo de la desamortización, aunque también se ha degradado a causa de las guerras y diferentes conflictos armados.

Detrás del deterioro también hay motivos sociales. Estos espacios patrimoniales han sido poco valorados por el vecindario. Defiende por tanto que el arte rural debe ser reivindicado como un motivo de orgullo y de arraigo.

Los grandes castillos en ruinas 

Una mención especial merece el castillo de Trevejo, hoy en un estado lamentable. Se levanta en pleno corazón de la Sierra de Gata, en el municipio del mismo nombre, y su origen se remonta al siglo XII, cuando se erigió la fortaleza musulmana que sirvió de base para su construcción por encargo de la Orden del Temple.

Más tarde perteneció a las órdenes de Santiago y a las de Alcántara y fue destruido durante la invasión francesa en plena Guerra de la Independencia.

En sus indagaciones ha podido confirmar que se trata de un enclave privado. A pesar de ser un atractivo de primer oren su estado es ruinoso en cuanto a conservación y peligrosidad.

Arte en Ruinas

El proyecto ‘Arte en Ruinas’ surgió en 2016 como un blog que intenta recopilar el patrimonio extremeño más olvidado. 

Tras su experiencia en Reino Unido, José Luis se percató de que en otros países los espacios ruinosos son valorados, forman parte del imaginario de las personas. Apunta a grandes abadías y conventos en ruinas que hoy son una rica fuente de turismo. 

A través de las redes se ha creado una comunidad de personas que interactúa, que ofrece información. es una herramienta de debate que cada día recibe nuevas sugerencias de personas y que se ha convertido en una de las 'patas' más enriquecedoras del proyecto.

También ha puesto en marcha un 'mapeo' con los lugares más destacados al alcance de todos.

Patrimonio industrial y bélico

El proyecto centra su mirada en el arte religioso, aunque ha documentado algunos exponentes del patrimonio industrial extremeño, también de gran valor. Es el caso de la antigua cementera en Los Santos de Maimona, un edificio muy curioso que hoy es visitable, al encontrarse allí la Fundación Maimona. También están las minas, como La Jayona y la de Logrosán.

Se suman las alcoholeras de Almendralejo, un elemento muy importante de la ciudad también están muy deteriorado. El Ayuntamiento del municipio pacense anunció meses atrás su interés de iniciar los trámites de protección para evitar que los propietarios puedan derribarlas.

Se suma el rico patrimonio bélico que conserva la Comunidad, como es el caso del aeródromo franquista de Calzadilla de los Barros, un testimonio vivo de la guerra civil y que está completamente olvidado, pasa desapercibido.

El patrimonio de La Serena tiene una gran importancia a nivel histórico y científico. Se compone de trincheras de vanguardia y retaguardia, aeródromos o bunkers que poco tienen que envidiar a las construcciones del desembarco de Normandía.

El proceso de documentación

Por lo general los ayuntamientos han colaborado en sus estudios y han sido una buena fuente de información en su proceso de documentación. Sus pistas son básicas y le han permitido saber de antemano si es una propiedad privada, o no, así como otros muchos detalles.

No obstante subraya que sus mayores aliados han sido siempre los lugareños, los vecinos que habitan en los territorios. De hecho más de 90 por ciento de los datos que ha obtenido proceden de la sabiduría que han aportado los vecinos y vecinas.

Es una ciudadanía que también defiende estos espacios, por el cariño y la cercanía que sienten hacia ellos. Así apunta a asociaciones y colectivos que presionan a las administraciones para que cambien las cosas, para que el patrimonio se conserve.