Los Bancos de Alimentos instan a los gobiernos a que fomenten empleo frente a la pobreza de las familias
La pobreza debe ser atajada por los gobiernos con políticas que propicien el empleo. De ahí la insistencia en pedirles que actúen “con hechos y no con palabras”. Este es el mensaje que ha lanzado en Cáceres la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL).
Reclaman con urgencia al Estado a que impulse pactos en los Gobiernos autonómicos, locales y las diputaciones encaminados a potenciar políticas de empleo que acaben con la situación de pobreza en el país.
En este congreso se analizan soluciones para poner fin a la situación de exclusión social que padecen 13 millones de españoles, cinco de ellos en extrema pobreza. Señalan que el número de personas a las que atienden los Bancos de Alimentos “se ha reducido” pero aún así siguen llegando y actualmente suponen 1,8 millones de personas.
Los “peores” años, ha precisado, fueron 2012 y 2013 cuando se produjo cada año un incremento del 25 por ciento al pasar del millón de beneficiarios a 1,5 millones. En el año 2014 se llegó a atender a 1.667.434 personas.
Esta situación no es ajena en Extremadura, donde el informe Foessa estima que el 25 por ciento de los extremeños sufren situaciones de exclusión social severa. También que solo el 30,4 % de la población tiene todas sus necesidades cubiertas por completo en la región. La radiografía sobre exclusión y desarrollo de la Fundación Foessa, en el que participa Cáritas, dibuja un panorama poco amable para los extremeños.
En torno a 190.000 extremeños han perdido mucho poder adquisitivo en los últimos siete años. Personas a las que les cuesta llegar a final de mes. Precariedad, desempleo y cargas familiares unidas para componer una mezcla explosiva.
Se trata de un análisis que comparte la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, que resalta que la vulnerabilidad se está ‘universalizando’ entre la clase media extremeña.
Señala Cáritas cómo, por ejemplo, la solicitud de ayuda por parte de personas que sí tienen empleo pero a las que les cuesta llegar a fin de mes, lo que demuestra la “precariedad” de su trabajo. Son las redes familiares, las asociaciones y organizaciones sociales y la economía sumergida quienes ahora “sostienen” y “contienen” todas esas situaciones difíciles, pues sin ellas la brecha social actual sería aún “más amplia”.
Más ayuda desde los bancos de alimentos
Los Bancos de Alimentos han incrementado la aportación que ofrecen a estas personas, aunque según explican sus responsables sigue habiendo un bache entre los 1,8 millones de personas al que asiste y los cinco millones que están en pobreza extrema.
