‘Carrera zombi’ en Trujillo para reclamar el cierre de la central nuclear de Almaraz
Ecologistas han celebrado este domingo una ‘carrera zombi’ en Trujillo para reclamar el cierre de la Central Nuclear de Almaraz en el horizonte de 2020, cuando concluye el periodo de vida útil de las instalaciones cacereñas.
Se trata de una iniciativa a la que se han sumado centenares de ecologistas, muchos de ellos disfrazados de zombis, en cinco carreras en España.
Ha sido una acción protesta contra una “energía nuclear zombi, que tecnológicamente es algo del pasado pero que no se acaba de terminar”, en opinión de la portavoz de Greenpeace para temas nucleares, Raquel Montón.
Las carreras
En declaraciones a Efe, Montón ha precisado que las carreras organizadas por Greenpeace se han desarrollado bajo el título “Nuclear Running Dead” en Miranda de Ebro (Burgos), l'Ametlla de Mar (Tarragona), Gárgoles de Abajo (Guadalajara), Trujillo y Valencia, cinco de las seis provincias españolas en las que hay centrales nucleares.
La portavoz de ecologista ha insistido en que “no se trata de una protesta o manifestación”, sino de un acto reivindicativo y solidario, porque la cuota para participar es de 5 euros, de los cuales la organización se ha comprometido a donar un euro a la asociación Chernobil Elkartea, del País Vasco, que atiende a los niños afectados por el desastre nuclear de Chernóbil en Ucrania en 1986.
Las carreras han tenido en cada localidad un doble recorrido: uno de 4 kilómetros y otro de 10. Raquel Montón se ha mostrado convencida de que la energía nuclear es “una energía acabada” a pesar de los esfuerzos del sector y sus beneficiarios para mantenerla viva.
“Es igual que un zombi, aunque la diferencia es que se mantiene vivo a base de mentiras y medias verdades”, ha afirmado la portavoz ecologista.
En este sentido ha explicado que los partidarios de mantener las centrales nucleares aluden a que suponen una gran cantidad de puestos de trabajo, pero un informe encargado por Greenpeace concluye que el desmantelamiento de las nucleares españolas generaría unos 300.000 empleos.Señala que parte de esos puestos de trabajo, unos 100.000, estarían directamente vinculados al desmantelamiento de las centrales durante dos décadas.
“Cerrar las centrales nucleares sería una oportunidad económica y social y, además, es algo inevitable, donde solo falta saber cuándo se producirá”, ha asegurado la portavoz ecologista.
Ha advertido también del problema que puede generar ese desmantelamiento por la falta de previsión de los fondos suficientes, que cree que tendrían que estar aportando quienes están obteniendo los beneficios, que son las compañías eléctricas.
Según el Plan General de Residuos Nucleares elaborado por la empresa pública Enresa, el coste aproximado de la gestión de residuos de las centrales nucleares para los cuarenta años siguientes a su desmantelamiento sería de 20.200 millones de euros, pero “solo el 30 por ciento de esa cantidad está realmente asegurada en el fondo”, según Raquel Montón.
Considera que el problema es que el fondo no está bien diseñado y las compañías eléctricas no están aportando suficiente dinero.