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El cartero ya no llama dos veces

Varios niños meten una carta en un buzón

Pablo Sánchez

A los carteros extremeños apenas les da menos tiempo para llamar una segunda vez. Es más, hay jornadas en las que ni siquiera les da tiempo a repartir su carga de novedades.

Cada día son menos. Según datos del sindicato independiente CSI-F, hay un deterioro constante en la calidad del servicio postal por la reducción de la plantilla en 190 trabajadores durante los últimos tres años.

Emiliano Gómez, cartero desde 1989, ha estado esta semana en la Asamblea de Extremadura explicando a los diputados que en la Extremadura rural, en muchos pequeños pueblos, no se está cumpliendo el mandato comunitario de garantizar un

servicio público postal, universal, cinco días a la semana, de lunes a viernes.

Cada día menos

“No se puede prestar ese servicio porque cada día somos menos, y hay muchos pueblos que al jubilarse el cartero se quedan sin plaza y tiene que hacerse cargo el del pueblo vecino, y hay días que no da tiempo al reparto o a recoger la correspondencia”, explica Emiliano.

En 2011 trabajaban en el servicio postal de la región un total de de 1.310 empleados, a fecha de hoy, para realizar el mismo trabajo, se cuenta con 1.120 trabajadores. Esos son los datos que aportaba el responsable de CSI-F en Correos, Pedro Blanco, durante su comparecencia en la Comisión de Administración Pública en el Parlamento de Extremadura.

El correo electrónico por un lado y los recortes de personal en las administraciones por la crisis están provocando esa reducción de carteros extremeños, sobre todo en las zonas rurales. “El cartero rural es la primera persona que te encuentras en el pueblo, el que te da los buenos días, el que lee cartas a la gente que no sabe leer...”, explica Emiliano desde su experiencia de caminar durante quince años por calles de Sierra de Fuentes o Villar del Rey.

¿Qué llevan ahora los carteros en sus grandes bolsas? A día de hoy, apenas hay ya cartas personales, dice Emiliano, ni esas lejanas cartas de emigrantes, pero sin embargo se han disparado el número de certificaciones y notificaciones, la otra cara de la crisis, y la paquetería.

La escasez de plantilla también se deja notar en el colectivo de carteros urbanos, según el sindicato CSIF, ya que las zonas de reparto se han ido ampliado de forma progresiva conforme se reducía el número de empleados. Una situación que ha originado equivocaciones por la rapidez con la que se tiene que hacer el reparto; sin olvidar que la carga que deben transportar los carteros les ha causado lesiones físicas de importancia.

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