Condenado a 24 años y nueve meses de cárcel por asesinar a su expareja en Alange
La Audiencia de Badajoz ha condenado a G.P. a 24 años de prisión por el asesinato de su expareja, cuyo cuerpo fue hallado en el pantano de Alange el 6 de enero de 2016. Una pena a la que se le añaden además nueve meses por quebrantamiento continuado de condena.
La sentencia de la Audiencia Provincial impone también al acusado una indemnización de 360.000 euros para los padres de la víctima (30.000 euros cada uno), y a los dos hijos de ella (a cada uno en 150.000 euros).
La Audiencia pacense ha tenido en cuenta las agravantes de alevosía y ensañamiento, así como las de género y parentesco y la circunstancia atenuante analógica de confesión del hecho. La pena lleva aparejada la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena, así como la medida de libertad vigilada por un tiempo de siete años, entre otros.
La sentencia
Recoge que el acusado propinó a la víctima numerosos golpes en buena parte de su cuerpo, utilizando sus propias manos y objetos contusos y cortantes, causándole “un gran sufrimiento y padecimiento” hasta provocarle la muerte.
La “cruel agresión” se prolongó durante aproximadamente una hora, y la muerte fue sorpresiva, sin que existiera posibilidad de defensa por parte de la víctima. Por tanto, la Audiencia concluye que concurren ensañamiento y alevosía, circunstancias cualificadoras del asesinato y que coincide con lo expresado por el jurado popular del juicio que vio estos hechos a finales del pasado mes.
“Dichas circunstancias esenciales se dan sin ningún género de duda en el presente caso, y así lo consideró el jurado seleccionado para el enjuiciamiento de esta causa tras examinar el conjunto de la prueba practicada en el plenario con amplitud y precisión”, incide la sentencia.
Además, la Audiencia Provincial afirma que se trata de un crimen machista, para recordar además que el acusado había sido condenado previamente, en octubre de 2015, por un delito de violencia de género y amenazas.
En cuanto a la atenuante de confesión de los hechos, se afirma que puede hablarse de reconocimiento espontáneo del acusado ante la autoridad antes de conocer que el procedimiento se dirigía contra él y aunque “ciertamente puede inferirse” que supiera que la Guardia Civil lo buscaba por estos hechos, los confesó sin aún estar detenido.
Como afirma la sentencia, en la noche del 6 de enero de 2016 el acusado, tras mantener un contacto telefónico con su expareja, se dirigió a Badajoz y tras recogerla optaron por dirigirse al pantano de Alange, donde la golpeó con una botella dentro del vehículo, agresión que continuó “una y otra vez” en el exterior, llegando a arrastrarla por el terraplén hasta la orilla del pantano. La joven fue hallada muerta en el pantano, con 43 heridas y contusiones.