Extremeñas de negro por las víctimas de violencia de género
Junto a la iglesia de Cabezuela del Valle y ante la atenta mirada de decenas de curiosos, 70 mujeres y 20 hombres vestidos de negro se tumbaron en el suelo nada más sonar las doce campanadas que marcaban el mediodía del pasado viernes. Su intención era representar los cadáveres de las féminas que han perdido la vida a manos de sus parejas, y su objetivo protestar contra la inacción de los gobernantes ante esta lacra.
Este acto forma parte del movimiento activista Women in Black. Después del rechazo en el Senado a la moción que instaba al Gobierno central a promover un pacto de Estado contra la violencia de género el pasado 2 de septiembre, desde Bilbao se hacía un llamamiento a todos los colectivos feministas y sociales a celebrar una performance que denunciara esta situación.
Una apelación que marcaba el 2 de octubre en la agenda de más de 24 ciudades de todo el mundo, entre ellas Cabezuela del Valle (Cáceres). El objetivo, movilizar a la ciudadanía hacia la lucha activa contra la violencia de género y, especialmente, tomar conciencia de la gravedad del problema. “Si fuesen guardia civiles o médicos, la sociedad estaría patas arribas”, recrimina María del Puerto Rodicio, agente de igualdad en la Mancomunidad del Valle del Jerte.
Una denuncia que comparten María Seco y May Serrano, ideólogas de Women in Black. “Los asesinatos a mujeres se han convertido en una clase de rutina con la que convivimos y la repercusión mediática y política es casi nula”, lamentan.
Desde 2003, año desde el que se registran estadísticas, van asesinadas 796 mujeres en España, 30 de ellas en lo que va de 2015. Una de esa treintena era extremeña, la cacereña que perdió la vida cuando su marido la arrojó de un vehículo en marcha el pasado mes de marzo.
Siluetas blancas en el suelo
El movimiento ‘Women in Black’ convocaba a todas las mujeres que quisieran participar. “Hemos difundido el llamamiento por redes sociales, asociaciones de mujeres, ayuntamientos, mailing, etc.”, cuenta Rodicio.
Así, un total de 70 mujeres y 20 hombres se reunieron en la plaza de Cabezuela del Valle vestidas de negro – a quien llevaba ropa de otro color se le facilitó una bolsa de basura oscura para cubrir su cuerpo- y se tumbaron en el suelo nada más sonar las 12 de la mañana. Tras tres minutos de silencio, una responsable de la Oficina de Igualdad repasó la silueta de cada una con una tiza blanca en representación de los cadáveres de las víctimas.
Un momento “muy visual y, sobre todo, impactante”, define Rodicio, que dejó un mensaje claro. “Esto tenemos que pararlo, si el gobierno no lo hace tendrá que hacerlo la ciudadanía”.
El movimiento continuará el próximo 7 de noviembre con una marcha estatal y una manifestación por el centro de Madrid.