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Lo importante no son las personas

Miguel Angel Esquembre Gonzalez miembro del Colectivo CALA

¿Le gustaría que McDonalds educara a su hijo/para que tuviera una buena alimentación? ¿O qué en el instituto, Repsol impartiera educación ambiental? Pues eso no está pasando en Extremadura, por ahora, pero lo que sí está pasando es que el BBVA, gracias a que se lo permite un convenio con la Consejería de Educación del Gobierno de Extremadura ha irrumpido en la educación pública para enseñar educación financiera a las personas jóvenes.

¡Sí, el BBVA! Extremadura se une asi a la lista de otras siete comunidades autónomas como País Vasco o Castilla la Mancha donde ya imparten esta formación.

El modus operandi es fácil, al BBVA no le interesa cobrar, se presenta como si fuera una ONG y comienza a impartir sus talleres con la excusa de que no existe una buen educación financiera. ¡Y en eso tienen razón! Tal vez no exista una buena educación financiera, pero de ahí a que ellos sean quienes tengan que darla, va un mundo.

Si no fuera porque el tema es muy grave, no podríamos reprimir la risa al escuchar algún nombre de sus módulos: “Endeudarse con sensatez”; así dan por hecho que necesitamos una sociedad endeudada y si se va aprendiendo ya desde los 15 años pues mejor, sería el equivalente de que McDonalds tuviera su módulo de “Comer hamburguesas todos los días con moderación” o que Repsol lo nombrara “Contaminar el mundo con responsabilidad”.

Otro de sus talleres  que se llama “Inversión inteligente”, nos deja más despistados, no sabemos si se refiere a la inversión que realiza el banco a través de distintos productos financieros en empresas armamentísticas que fabrican bombas, misiles, armas nucleares y de uranio empobrecido o a la inversión en  proyectos que están generando graves impactos medioambientales en muchas partes del mundo.

Y así podríamos seguir con los distintos módulos, pero sería sumar insensateces a esta surrealista idea de que sea el BBVA quien imparta educación financiera en los centros de secundaria. Sabemos de la connivencia del BBVA con los partidos políticos que financian parte de sus campañas, o con los medios de comunicación (el grupo Prisa ofreció acciones a cambio de canjear deuda que tenían con el banco; o directivos del BBVA están en el consejo de administración de medios de comunicación, con lo cual no nos extraña la naturalidad con que se toma que más de 300 jóvenes de Extremadura participen en la promoción gratuita del banco en las aulas, que permite este convenio o que también plantea su inmersión en primaria.

Lo del BBVA no es una idea a la ligera, sino que está bien meditada, una vez que se ha quedado sin el chollo de la universidad, que ese ya lo tiene el Banco de Santander con su injerencia constante tanto en el diseño de informes sobre la universidad del futuro como en el monopolio de tarjetas de estudiantes vinculadas a cuentas del propio banco, al BBVA no le quedaba más remedio que buscar otros “nichos de mercado” y así han descubierto en jóvenes de los centros de enseñanza secundaria posibles “futuros clientes”.

Ante sus ideas no nos cabe otra cuestión que el boicot y la denuncia: la denuncia de este convenio de la Consejería de Educación del Gobierno de Extremadura; el boicot de los Centros de Profesorado y Recursos que no les faciliten la entrada en la educación pública; el boicot de los centros educativos para que el BBVA no pueda impartir su “educación”; el boicot del profesorado para que no sea cómplice de esta empresa que practica diariamene desahucios; el boicot del alumnado en la no asistencia a estos talleres que proporciona un banco que según los continuos informes sigue operando en paraísos fiscales; el boicot de padres y madres por el bien de la educación...

Sólo de esta manera podremos evitar que en el futuro cercano McDonalds no imparta educación alimentación, Repsol nos enseñe las bondades del medioambiente o Santa Bárbara nos dé la educación para la paz.

En definitiva, sí creemos en una educación financiera, pero que sea ética y social, no en manos, de quienes no son ejemplo de nada.

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