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Jarramplas y 30 toneladas de nabos, ¡Bendita fiesta de la adrenalina!

El Jarramplas recibe el 'castigo' de los vecinos y visitantes de Piornal (Cáceres)

Eduardo Palomo

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Los vecinos de la localidad cacereña de Piornal -y los visitantes que se atreven- tienen cada 19 y 20 de enero la oportunidad “legal” de descargar adrenalina mientras lanzan una brutal lluvia de nabos sobre Jarramplas, mítico personaje que es el epicentro de la fiesta más impactante de toda España.

Existen varias teorías sobre el origen de unos festejos que no dejan indiferente a nadie y que cuentan con la declaración de fiesta de Interés Turístico Nacional desde el año 2015. Algunos creen que Jarramplas fue un ladrón de ganado que satisfacía sus necesidades incumpliendo las normas vecinales, por lo que fue capturado, condenado y apedreado por sus propios vecinos.

Otros opinan que fue un guerrero cristiano que fue despreciado por el pueblo por pasarse, en época de dominación musulmana, a las tropas árabes, e incluso que pudo ser un mártir que los judíos mataron por no renegar del cristianismo.

Ladrón, guerrero o mártir, con los termómetros por debajo de cero grados y con algunos restos de la nieve que cayó ayer en el pueblo más alto de Extremadura, Jarramplas ha realizado este jueves su primera “salida”, que ha sido seguida por cientos de personas, entre vecinos, turistas y periodistas que se han acercado hasta Piornal para participar en esta fiesta invernal con las que los piornalegos rinden homenaje a San Sebastián.

Esta fiesta mezcla la descarga brutal de adrenalina con los nabos y la emoción pura de las alboradas y los actos religiosos, y lo que es más importante, está todo el pueblo implicado. “Es la fiesta que nosotros vivimos con más orgullo y para nosotros lo representa todo. A veces es difícil describir con palabras lo que sentimos. Es una fiesta muy sentimental y con mucha identidad y mucha adrenalina”, ha asegurado el alcalde de Piornal, Javier Prieto.

30.000 kilos de nabos procedentes de La Vera

La fiesta en honor a San Sebastián comenzó a las ocho de la mañana con la petición de ofrendas para el santo. Fiel a su cita, sobre las 9:30 horas de la víspera del día 20, Jarramplas, en esta ocasión encarnado por Adolfo Cerro Fernández y Juan Antonio Prieto Calle, y sus mayordomos -Lorena Pérez, Rosa Iglesias y Silvia Calle-, ha hecho su primera “salida” a los sones de su tambor por las calles de Piornal.

Desde que ha puesto un pie en la calle, Jarramplas ha recibido una intensa lluvia de nabos -hay preparados unos 30.000 kilogramos traídos desde La Vera cacereña- sobre su cuerpo (protegido con una máscara y una armadura de fibra de carbono), a modo de “castigo” infligido por los vecinos.

Todo el mundo quiere arrojar nabos a Jarramplas por lo que, en determinados momentos, la sensación es la de estar en medio de una batalla campal, con peligro real -y tanto- de ser alcanzado por los proyectiles en forma de hortaliza.

Tras esta primera salida, la fiesta continúa por la tarde y mientras las mujeres preparan y visten al santo, San Sebastián, el personaje volverá a hacer otra salida alrededor de las cuatro de la tarde, donde recibirá igual contestación por parte de los jóvenes y mayores del pueblo, es decir, lluvia de nabos como castigo. Llegada la medianoche y una vez cantadas las “alborás” del santo, se cocinarán unas migas para todos los asistentes.

Los actos seguirán este jueves con la celebración de la misa mayor, la procesión y el canto de las tradicionales “roscas”, y ya por la tarde se producirá la última salida de Jarramplas. 

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