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Vara se verá el viernes con el ministro de Industria Soria para evitar el cierre de la mina

Los mineros llevan 7 días encerrados en Monesterio, donde les fueron a ver los líderes de CCOO y UGT Carretero y Capilla

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Después de que el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, advirtiera el domingo pasado que “somos gente buena, pero no gilipollas”, se reunirá el próximo viernes en Madrid con el ministro de Industria, José Manuel Soria, con el fin abordar la situación de la mina de níquel de Aguablanca, y evitar el cierre anunciado por la empresa; le acompaña el consejero de Economía, José Luis Navarro.

Es una acción más de las que se llevan a cabo con el fin de evitar el cierre de una planta y el despido de sus 400 trabajadores, y que coincidirá en el tiempo con la marcha minera que también el viernes celebrarán los trabajadores en la ciudad de Badajoz.

La portavoz de la Junta Isabel Gil Rosiña, que ha trasladado la solidaridad y apoyo del Consejo de Gobierno a los trabajadores, ha indicado que Fernández Vara trasladará al ministro de Industria que son necesarios todos los esfuerzos posibles “porque no se puede dejar abandonados a los 400 trabajadores y sus familias”.

Ese mismo día asistirá, como representante de la Junta de Extremadura, a la marcha y manifestación en Badajoz convocada por los trabajadores de la mina de Aguablanca.

Isabel Gil Rosiña ha puesto de manifiesto que es necesario que Extremadura muestre unidad frente al problema y ha reconocido que este apoyo también llega desde Andalucía, con la que existe coordinación en el problema. “La misma coordinación que hubo para abrir la mina, que no fue fácil, la hay para que no se cierre”.

La Iglesia

La Archidiócesis de Mérida-Badajoz ha mostrado también su apoyo a las personas afectadas por el cierre, ante la situación “dolorosa” de “inseguridad” laboral que padecen y aboga por buscar soluciones justas desde el “diálogo abierto y sincero”.

En un comunicado, el Arzobispado pacense empatiza con los trabajadores y sus familias por la inestabilidad personal y familiar que supone la actual situación, “un freno al necesario desarrollo de la zona”.

“En el contexto del Año de la Misericordia, queremos escuchar la aflicción de las personas y familias del pueblo de Monesterio y otros pueblos afectados, que están viviendo una situación dolorosa ante la inseguridad laboral que padecen”, afirma el organismo eclesial.

Para la archidiócesis, la región necesita una apuesta de todos por fomentar un trabajo “digno y estable” y así otorgar a las personas, “especialmente a las más jóvenes y a las familias”, seguridad laboral y permitir su “pleno desarrollo”.

Por eso pide “con ardor”, desde el diálogo abierto y sincero, buscar soluciones justas a esta triste situación.

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