Las cifras de la demolición económica del fomento del gallego
Una de las reflexiones más reiteradas por el presidente de la Xunta es sobre la importancia de los presupuestos. En numerosas ocasiones, Alberto Núñez Feijóo explica que las cuentas públicas son la ley más importante que cada año tiene que promover un Gobierno, toda vez que define sus prioridades y, por lo tanto, su agenda política. Atendiendo a estas consideraciones, cabe deducir que el fomento de la lengua gallega –que estipula el Estatuto de Autonomía– y su normalización –regulada en la ley de 1983–, ha caído en picado en la lista de prioridades de la Xunta desde el regreso del PP al gobierno gallego, en el año 2009. Presupuesto tras presupuesto, el programa de fomento de la lengua gallega no ha hecho más que perder fondos: concretamente, el 67%.
Cuando los conservadores retornaron a San Caetano, encontraron vigentes los Presupuestos de 2009, los últimos del bipartito. En aquellas cuentas públicas, el programa de fomento del gallego, que incluye todas las acciones gubernamentales a favor del idioma, estaba dotado con 21,5 millones de euros. Eran 1,7 millones menos que un año antes y suponía una merma de algo más de dos millones respecto a 2007 cuando, en el tramo final de la considerada bonanza económica, el gabinete de PSdeG y BNG dotó esta línea de acción de gobierno con el mayor presupuesto de su historia: 23,6 millones de euros.
Esa dotación presupuestaria máxima era el resultado de una ligera progresión con relación a los años anteriores, tanto con el bipartito como con los gobiernos de Manuel Fraga, que en sus dos últimos presupuestos, los de 2004 y 2005, recogieron para el programa 19,2 y 19,8 millones de euros. Socialistas y nacionalistas recogieron el testigo y continuaron el ascenso con 21,9 millones en su primer proyecto presupuestario, inmediatamente anterior al mencionado máximo. Estas cantidades eran gestionadas en su práctica totalidad por la Secretaría General de Política Lingüística, que entonces dependía de la Presidencia de la Xunta, aunque también había fondos procedentes de Educación o de los departamentos encargados de la Administración local.
Un descenso sistemático
Con la llegada de Feijóo, las competencias lingüísticas se concentraron en la Consellería de Educación, y también lo hizo el fomento de la lengua gallega. En los primeros presupuestos del nuevo Ejecutivo, este programa se dejaba por el camino 4 millones de euros y quedaba en 17,5. Era un primer ajuste, pero no el último ni el mayor. Así, las cuentas de 2011 trajeron consigo un recorte de más de 6 millones, dejando la partida en 11,09 millones de euros. Un año más tarde, en 2012, la tijera volvió a funcionar y situó el fomento de la lengua gallega en 9,9 millones. Tras el paso por las urnas, en 2013 la cantidad volvió a mermar, esta vez hasta los 7,45 millones de euros.
Este es el escenario sobre el cual la Xunta ha elaborado sus Presupuestos de 2014, cuyo montante global disminuye un 1,1%. En el caso de la lengua gallega el retroceso es aún mayor, quedando en 7,07 millones de euros y perdiendo, por lo tanto, más de un 5%. Según el Gobierno gallego, su capacidad de gasto estará en el próximo año en un nivel semejante al de 2005 o 2006. No obstante, en aquellos presupuestos –uno elaborado por Fraga y el otro, por el bipartito– el fomento del gallego disponía, respectivamente, de 12 y y 14 millones más, es decir, de un 180% y de un 209% más que en la actualidad.
La traducción práctica de estas grandes cifras ha supuesto la desaparición de partidas completas, como los 40.000 euros para la promoción de la lengua en educación infantil o la reducción drástica de las acciones de formación y normalización lingüística en la administación local, dotadas en 2009 con 648.000 euros y ahora, con apenas 300.000. También disminuyen notablemente el dinero para campañas de normalización lingüística, de 5,2 a 1,09 millones, e incluso las aportaciones para los equipos de normalización de centros privados, de 97.500 a 30.700 euros.