El director de CRTVG se despide del Parlamento entre críticas al tratamiento informativo del caso Villares

Pese a suceder en Madrid, la denuncia por una supuesta agresión sexual contra Íñigo Errejón, por aquel entonces, portavoz parlamentario de Sumar, abrió los informativos de tarde y de noche de la TVG durante cinco días. Sólo la DANA y sus más de 200 muertos lo enviaron a un segundo plano. Sin embargo, la dimisión del exconselleiro de Mar, Alfonso Villares, por el mismo motivo, apenas resistió un día y medio en la escaleta de los Telexornais —la tarde del anuncio y el mediodía siguiente— antes de un apagón de cuatro días sin noticias del caso. Esta cronología, denunciada por el BNG, ha servido como despedida en el Parlamento a Alfonso Sánchez Izquierdo tras 16 años como director xeral de la CRTVG. Su sustituta, Concepción Pombo, es aún la responsable de informativos y, por tanto, también de esta cobertura que los nacionalistas ya consideran “un adelanto” de lo que viene.

Sánchez Izquierdo buscaba una última comparecencia tranquila en la comisión de control de la CRTVG en la Cámara autonómica. Pretendía limitarse a exponer la memoria de 2024 de los medios públicos gallegos, aún sabiendo que volvería a escuchar de la oposición cómo había convertido una televisión y una radio pública en “la tele del PP y la radio del PP”, hasta el punto de que la socialista Silvia Longueira le achacó haber “robado” a Galicia “y una generación o dos de periodistas” el poder construir un “corpus informativo que no dé vergüenza”. Sin embargo, la diputada Olalla Rodil no quiso dejar pasar la ocasión de preguntarle además por la cobertura de un hecho “insólito y gravísimo” como fue la dimisión del investigado Villares.

En el repaso que realizó de la cobertura, Rodil recordó que la noticia de la marcha del exconselleiro abrió el informativo nocturno del 4 de junio, donde se le dedicó algo más de dos minutos, pero que en el Telexornal Mediodía del día siguiente el enfoque daba un giro y se centraba en su sucesora. “Marta Villaverde ya es conselleira do Mar”. Tras cuatro minutos de información, en los que explican que la Xunta actuó “con el primer pronunciamiento judicial”, la noticia desaparece por completo de las escaletas hasta el martes día 10, cuando el veto del PP a la comparecencia extraordinaria del presidente de la Xunta protagoniza el Pleno del Parlamento.

En esos días, Rodil recuerda que siguió habiendo ecos y reacciones a la dimisión: peticiones de explicaciones y de comparecencia de Alfonso Rueda por parte de BNG y PSOE desde que él mismo admitió que estaba al tanto de la denuncia contra Villares desde el mes de febrero y que, aún así, lo mantuvo en el cargo.

Las “docenas” de preguntas a Rueda

Tampoco se recogieron las palabras de la fiscal de sala del Tribunal Supremo, Teresa Peramato, que en la Cadena SER se sumó a las críticas a los abrazos a Villares, el apoyo cerrado por parte de sus compañeros de gobierno y el convencimiento que mostraron de su recuperación para la vida pública: “Tenemos que abrazar a las víctimas y mantener tolerancia cero frente a cualquier agresor”.

La diputada nacionalista hizo especial énfasis en lo sucedido en la rueda de prensa tras el Consello de la Xunta del lunes 9. Una comparecencia que se convirtió casi en monográfica ya que Alfonso Rueda —a quien las interrogaciones sobre el caso habían perseguido hasta la Conferencia de Presidentes de Barcelona, sin que tampoco lo reflejasen los medios públicos gallegos— tuvo que contestar “docenas” de preguntas de periodistas “de dentro y fuera de Galicia, pero ninguna de la TVG” sobre Villares. Aquel día, según señala Rodil, el canal público tampoco vio el interés “que todos los medios veían”.

Después vinieron las informaciones de los dos días de pleno, donde la sesión de control giró también en torno a este asunto, “y nada más hasta hoy; ventilao”, aseguró la diputada antes de contraponerlo con el protagonismo de Errejón. Entonces, se disparó por elevación y se pedía la dimisión de la vicepresidenta Yolanda Díaz “por si conocía las denuncias y lo estaba encubriendo”. Sin embargo, “a Rueda, que está grabado que sí lo sabía, como es de los nuestros, no le pedimos nada” y recordó la despedida a Villares entre “aplausos y abrazos, como si acabase de ganar la Champions”.

La diferencia, el comportamiento de las víctimas

Como cierre a su pregunta, la diputada del Bloque aclaró que no pretendía poner “la guinda” a la trayectoria de Izquierdo, sino advertir del “preludio” de lo que viene, ya que “la responsable de que esto esté pasando” —la directora de informativos de la corporación, Concepción Pombo— será la próxima directora xeral, impuesta por la mayoría absoluta del PP. “Asciende en reconocimiento de los servicios prestados”.

En su réplica, Izquierdo —que se había emocionado en el turno anterior tras responder a las preguntas sobre la memoria anual de la CRTVG— defendió que la cobertura de los medios públicos se sustentó “en cuatro pilares”: la protección absoluta de la identidad de la víctima, el uso de un lenguaje preciso —“agresión sexual”— sin eufemismos, una cobertura política plural y el seguimiento de los hechos.

Precisamente, fue con los distintos comportamientos de las víctimas donde quiso justificar la diferencia entre la cobertura del caso Errejón y el caso Villares: “Aquí, la víctima está callada y no quiso decir nada mientras que la otra estaba permanentemente en los medios de comunicación generando datos y noticias. Mal no podías hacerte eco de ese comportamiento...”.