“La banca tiene la fuerza y si te puede llevar por delante, te lleva”

Ricardo Barcia inició el pasado lunes una huelga de hambre y una acampada delante de una sucursal de Ibercaja en Vigo para reclamarle a la entidad que le concediera la dación en pago y saldar así la deuda contraída con el banco. Después de diez horas de protesta, la entidad aceptó el acuerdo, por lo que se quedará con la casa y el afectado se librará de pagarle los 50.000 euros pendientes. La oficina le entregó un documento firmado por dos apoderados y pidió un plazo de quince días para tramitar la documentación. Ahora, a la espera de que se cumpla la promesa, el afectado reflexiona sobre una alternativa que el código de buenas prácticas sólo facilitó la ocho familias en el conjunto del Estado.
¿Está confirmado que el banco le aceptará la dación en pago?
Hay un documento firmado y tenían quince días para confirmar el acuerdo. Es un paso importante pero yo aún estoy un poco inquieto. Mientras no tenga todo arreglado, aun no me fío. El director de esta sucursal perdió toda la credibilidad porque me estuvo mareando desde agosto hasta este mes. Ahora, a última hora, quería que lo arreglara todo por teléfono.
¿Por teléfono?
Sí. Después de cuatro meses mareándome en persona, quería arreglarlo todo con una conversación telefónica cuando antes no arregló nada a través de conversaciones personales. El notario me asegura que todo lo firmado es correcto, por lo que espero que llegue a buen puerto, que firme y que pueda entregar la casa y saldar la deuda.
“Hay que desenganarse: la banca tiene la fuerza y se puede llevarte por delante, te lleva”
¿Aún no se fía?
No puedo estar tranquilo cuando durante meses me estuvieron llamando y presionando. Está comprobado que la banca es la que tiene la fuerza, hay que desengañarse. Si te pueden llevar por delante, te llevan. Ellos son el dinero, buscan la manera de que no te escapes y les da igual las personas. Yo cumplía con el código de buenas prácticas, pero como no es de obligado cumplimiento, casi ninguna entidad acepta la dación en pago. No sé muy bien para que firman ese compromiso si no sirve para nada, excepto para seguir engañando al pueblo.
¿Cree que las últimas reformas legislativas cambiarán algo?
La gente es la perjudicada y esto irá a más porque no tenemos apoyo. Vayas donde vayas, el banco siempre gana y, si no se modifica la ley hipotecaria o se aplican medidas más drásticas, nada va a cambiar. Pero al Gobierno tampoco le interesa.
¿Por qué no le interesa?
Porque la banca es la que abre el grifo. Dependemos de ellos. Tampoco quieren cambiar la ley porque puede influir en las condiciones del rescate bancario e igual la señora Merkel no acepta las modificaciones legislativas.
“Llevo desde 2008 sin trabajo y con problemas de salud; el banco lo sabía pero me llamaba por teléfono sucesivo; machacábanme”
¿Cómo le afectó todo este proceso personalmente?
Tuve tres operaciones y me atacó la salud. Llevo desde 2008 sin trabajar y en el banco ya lo sabían, pero aun así me llamaban por teléfono sucesivo. Era como una taladro que estaba todos los meses machacando. Les expliqué mi problema muchas veces, pero les dio igual. Me decían que le pidiese dinero a la familia y yo acabé pidiendo dinero a otras entidades para hacerle frente a la deuda de ellos. Me metí en un enorme problema con los bancos, pero a ver si ahora puedo salir adelante.
Pero el daño está más que hecho...
Lo más importante es la salud y a mí me atacó a ella. ¿Qué importancia tienen el dinero si no tienes salud? Estoy quemado, reventado... Decidí tomar medidas drásticas porque no podía más. Se quedaba ahí, quedaba. No es bonito tomar medidas radicales, pero no me quedaba otra. Llevaba días sin dormir, pensando, dándole vueltas a la cabeza y aguantando llamadas telefónicas cada poco.
“Trabajé desde los 15 años y nunca gané más de 500 euros; ¿es eso vivir por encima de mis posibilidades?”
Durante su acción de protesta, fue muy crítico con la clase política.
Y sigo manteniendo lo que dije. Yo no entiendo de política. Desde los 15 años y hasta el día de hoy, nunca viví por encima de mis posibilidades. Nunca. Yo siempre tuve un sueldo mínimo y como mucho gané 900 euros, nunca más de eso. ¿Quién puede decir que eso es un gran sueldo? Y trabajando horas y horas. ¿Es eso vivir bien? ¿Cómo voy a creer en los políticos? Da pena escucharlos. La política vale para quien vive de ella, pero ellos no doblan los riñones. Los que sí los doblamos tenemos que pagar los platos rotos de la banca, de los políticos y de los banqueros que se jubilan y se marchan con pensiones vitalicias e indemnizaciones millonarias y escandalosas. Yo no sé cómo se puede permitir esto.
¿Y eso lo que más le indigna?
Aquí no se puede hacer nada mientras gente que lleva desde los quince años trabajando se retira con una jubilación de 400 euros. ES indignante y para dar ejemplo había que empezar a tomar medidas con los de arriba, con directivos como de los que hablaba antes. No se puede robar tanto. Hay que redistribuir la riqueza y no permitir que directivos de los bancos, por ejemplo, cobren cantidades astronómicas para nada acordes con sus funciones.
“Hay que dar ejemplo y empezar a tomar medidas con los de arriba; por ejemplo, con los directivos de la banca que marchan para la casa con indemnizaciones astronómicas”
¿Qué le diría al ministro de Economía se lo tuviera delante?
No valgo para eso. No soporto las mentiras y las injusticias y por eso estoy como estoy. Me supera todo esto y por eso no sabría que decirle la una persona que no me hace bien ninguno, sino que me está haciendo daño. ¿Cómo podría reaccionar yo? Pues le podría decir cualquier cosa. No me gustaría encontrarme con él, sinceramente, porque no quiero que me intenten lavar el cerebro como suelen hacer para luego reírse de nosotros. Ellos tienen el futuro asegurado, pero yo y muchos otros, no.