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Greenpeace alerta de la llegada a Galicia de madera relacionada con el asesinato de campesinos en Brasil

El 30% de la madera comercializada procede de talas ilegales y Galicia es una de sus principales puertas de entrada a la UE

Marcos Pérez Pena

El 20 de abril del año pasado nueve campesinos sin tierra fueron asesinados en Colniza, un asentamiento en la Amazonia brasileña, en el estado de Mato Grosso. De la masacre se responsabilizó a grupos paramilitares al servicio de terratenientes, que dispararon de forma indiscriminada contra la población, en la que fue unas de las mayores matanzas desde la masacre de Eldorado de Carajás, en 1996. El principal sospechoso de ordenar este ataque, que buscaba extender las zonas de tala de madera, es el empresario Valdelir João de Souza, actualmente huido de la justicia. Valdelir João de Souza es el copropietario de Maderas Cedroarana, multada en varias ocasiones por la máxima autoridad ambiental de Brasil -el IBAMA- por comerciar con madera ilegal.

Una investigación de Greenpeace descubrió que a finales de 2017 al menos un barco cargó en Paranagua (Brasil) con destino al puerto de Vigo madera procedente de las talas ilegales llevadas a cabo por Cedroarana en la zona de la matanza. La entidad ecologista puso hace un mes esta información en conocimiento de la Xunta y le exige al Gobierno gallego que investigue la entrada de “madera de sangre” y que establezca controles, recordando que el 30% de la madera que se comercializa en el mundo procede de talas ilegales y que “Galicia está siendo una de las vías de entrada en la Unión Europea”. Greenpeace denuncia que la Xunta no está haciendo “nada” por “investigar el caso y detener este comercio ilícito”. “La Xunta tiene la responsabilidad legal de controlar que las empresas importadoras que operan en su territorio cumplan los requerimientos para evitar este comercio perseguido por la ley. Pero lo cierto es que eso no está pasando”, reitera.

Según fuentes de Greenpeace, el agente internacional que realizó la operación comercial con destino al puerto de Vigo es la empresa Global Gold Forest Lda (GWP), representada en España por Atlantic Timber Agency -miembro de la Asociación Española de Industria y Comercio de la Madera (AEIM)-, ambas con sede en la misma dirección postal de Marín (Pontevedra).

En una nota de prensa la Autoridad Portuaria de Vigo ha negado que el puerto haya recibido madera a lo largo del pasado año y afirma que “hace mucho tiempo que los muelles olívicos no importan esta mercancía”. La entidad le exige a Greenpeace “que se retracte de manera inmediata en sus declaraciones que, por otro lado, son totalmente condenables por carecer de base y ser falsas”. La organización ecologista, en un posterior comunicado, reiteró su denuncia, difundiendo una copia del permiso de embarque de un contenedor de madera desde el puerto de Paranagua con destino al puerto de Vigo.

Un reciente informe de Greenpeace denunciaba la inacción y desidia de las administraciones españolas a la hora de aplicar la regulación europea de comercio de madera, lo que ha contribuido a que reine la impunidad en el sector de importadores de productos forestales. En los últimos años la presión de maderistas y terratenientes ha causado cientos de víctimas entre los campesinos sin tierra en Brasil.

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