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La comarca ourensana de A Limia reclama controles para los residuos de las macrogranjas que contaminan sus aguas

La plataforma 'Auga limpa xa' denuncia la contaminación provocada por las macrogranjas

Marcos Pérez Pena

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En los últimos tres años la concentración de nitratos en las aguas subterráneas de la comarca de A Limia, en el sur de Ourense, ha aumentado un 39%. El nivel máximo permitido por la Unión Europea se sitúa en los 50 miligramos de nitratos por litro, un límite que se supera con frecuencia en muchos puntos de esta llanura, convirtiendo el agua en no potable y provocando también que el baño no sea aconsejable en lugares como el Embalse de las Conchas, con elevados niveles de nitrógeno, fósforo y cianobacterias.

El problema está en los residuos ganaderos -purines y abono- generados por el gran número de granjas de producción intensiva de animales existentes en la comarca. En A Limia hay alrededor de 400 macrogranjas, con una producción de 75.000 UGM (unidad ganadera mayor) que supone una carga de residuos equivalente a la que provocarían 1.400.000 habitantes. Los purines, además, se esparcen en muchos casos sin control por montes y fincas, provocando una contaminación creciente que afecta también a las comarcas de Monterrei, Celanova y la Baixa Limia.

Hace unos meses nació la plataforma vecinal Auga limpa xa!, formada por ciudadanos de diversos sectores, entre ellos agricultores y ganaderos en extensivo. La plataforma viene reclamando una moratoria en la instalación de nuevas explotaciones ganaderas intensivas y la correcta gestión de los residuos ganaderos que producen las explotaciones que ya están en funcionamiento, con el objetivo de garantizar una correcta calidad del agua en estas comarcas. La entidad defiende “una ganadería vinculada a la tierra productiva y a los cuidados del territorio, basada en criterios de sostenibilidad para generar alto valor añadido y tener precios justos para las productoras y productores de estas comarcas”.

“Queremos permanecer en un territorio saludable y trabajamos por un rural vivo, rico y con futuro. La gran industria cárnica no se puede enriquecer a costa de los que olemos y bebemos su mierda”, añaden, subrayando que “en muchos ayuntamientos de esta comarca, especialmente en el de Xinzo, casi nadie se atreve a beber agua del grifo, ni para cocinar, y menos de los pozos, pues la inmensa mayoría superan los 50 miligramos de nitratos, que es el límite permitido por la Unión Europea”.

La pasada semana la plataforma instaló una mesa de información en la feria de Xinzo de Limia para informar sobre la contaminación de las aguas por los residuos de la industria cárnica y recoger firmas pidiendo una correcta gestión y la prohibición de la apertura de nuevas macrogranjas. Sin embargo, en un momento dado un grupo de cien personas se acercaron a ellos “con insultos, amenazas y coacciones, acorralándonos contra la pared a codazos y obligándonos a recoger todo y a marcharnos”, señala la entidad.

“Solamente somos vecinas y vecinos de las comarcas de la Limia, Baixa Limia y Celanova preocupadas por nuestra salud y por la de nuestras hijas y hijos que tenemos derecho a expresarnos e informar”, señala la plataforma, que acusa a la Asociación de Empresarios, Ganaderos y Agricultores de A Limia (Adegal) de “alentar” la protesta.

Desde la Plataforma recuerdan que no están en contra de la actividad ganadera y tampoco de las granjas, sino que simplemente reclaman una gestión adecuada de sus residuos que asegure la disponibilidad de agua potable. En este sentido, demandan “unos precios justos para la producción cárnica y que los costes de la obligada gestión de los purines sean cubiertos como coste de producción”. “No es compatible un modelo de producción industrial contaminante que sólo enriquece a la industria, con una comarca con futuro para todas y todos”, concluyen.

Una comarca contaminada

Desde hace una década entidades como la Sociedad Gallega de Historia Natural (SGHN) vienen denunciando la contaminación en las aguas de la comarca de la Limia, provocada por la actividad de las macrogranjas, que dependen en gran parte de COREN. En los últimos diez años la SGHN ha enviado un total de 33 escritos a la Consellería de Medio Ambiente, a algunos ayuntamientos y a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil alertando de esta situación y exigiendo la adopción de medidas.

Los datos oficiales reflejan esta contaminación creciente y certifican que en muchos puntos es habitual que se superen los límites máximos fijados por la OMS y la Unión Europea. De hecho, el Estado Español tiene abierto un expediente europeo por falta de control sobre los restos de fertilizantes y residuos animales que se filtran hasta las masas de agua subterránea. En consecuencia, el mes pasado un informe del Ministerio para la Transición Ecológica incluyó el Embalse de las Conchas y cuatro puntos subterráneos de Xinzo de Limia, Trasmiras y Sandiás en el listado de “aguas continentales afectadas por la contaminación, o en riesgo de estarlo, por la aportación de nitratos de origen agrario”. El listado del ministerio debe servir para que las comunidades autónomas apliquen un plan a las zonas señaladas y reduzcan el uso de nitratos, mejorando la gestión de los residuos.

La SGHN denuncia que en ningún momento se han tenido en cuenta “los efectos sinérgicos y acumulativos de la concentración de industrias ganaderas en la llanunra limiana, muy sensible desde los puntos de vista hidrológico, botánico y faunístico” y que no ha habiso una “evaluación ambiental de conjunto”.

Hace unos meses, en una carta abierta dirigida a Alberto Núñez Feijóo, la SGHN afirmó que “el modelo agroganadero de COREN no es el único posible” y subrayó que “tenemos derecho a una Limia limpia y al acceso al agua potable”. “Para eso es imprescindible que las granjas cumplan la normativa legal de la que usted, como Presidente de la Xunta de Galicia, debería ser el máximo garante en nuestra tierra” añadía la carta.

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