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La pobreza se combate desde abajo

Cartel del taller que se celebra en Vigo este sábado

Marcos Pérez Pena

ODS-Coia (Oficina Dereitos Sociais - Coia), G.A.S. (Grupo Axitación Social) y Baladre (Coordinación de luchas contra el empobrecimiento, la exclusión y la precariedad) organizan este sábado en Vigo un taller de herramientas para la transformación social bajo el título de De la RISGA a la Renta Básica de las Iguales. El objetivo es doble: por una parte dar a conocer y analizar una realidad de pobreza y exclusión que sufren cada vez más gallegos y gallegas. Según el último informe de la Red Europea contra la Pobreza (EAPN), el 23,7% de la población gallega, un total de 662.515 personas, se encontraban en situación de pobreza o exclusión social en 2011, 65.386 de ellas en condiciones de “privación material severa”.

Y por otro lado se quieren mostrar y poner en común los procesos, propuestas y trabajo alternativo para luchar contra esta situación. El mensaje que se quiere transmitir es que hay alternativas y herramientas en la mano de todos para luchar contra la pobreza. Como indican sus organizadores “con esta jornada abordaremos la necesidad de poner en marcha espacios y dinámicas transformadoras, que partan de la exigencia de nuestros derechos a través de la denuncia y de la lucha. Y no desde la miseria de parchear situaciones de exclusión que sólo logran tapar la realidad de desigualdad e injusticia que provoca el sistema capitalista”.

La primera parte del taller será dinamizada por María Martínez, trabajadora social, y por Ana Belén Méndez, profesora del Grado de Trabajo Social en el Campus de Ourense de la Universidad de Vigo, que realizarán un análisis de la desprotección social a partir de la Renta de Integración Social de Galicia (RISGA). Esta prestación social de carácter periódico está destinada a garantizar recursos económicos de subsistencia a quien carezca de ellos, mediante un proyecto personalizado de inserción constituido por un conjunto de acciones tendentes a la mejora de la integración personal, familiar, social y, si es el caso, laboral de la persona beneficiaria. El problema es que la prestación es claramente insuficiente, tanto en la ayuda que proporciona como sobre todo en cuanto al porcentaje de población que cubre. La Xunta dedicó 32 millones de euros en el 2012 para esta prestación, terminando el año con 6.700 personas perceptoras, muy lejos de la cifra de 30.000 hogares gallegos no tienen ingresos. Los organizadores del taller denuncian que los plazos de espera y criterios para acceder a una prestación como la RISGA no hacen más que aumentar.

Herramientas de transformación

Una segunda parte del taller, que será impartido por Manolo S. Bayona, de Baladre, incide en las herramientas y estrategias para la transformación social, desde la propuesta de la renta básica, los puntos de información, el apoyo mutuo, la desobediencia o la comunicación crítica. La Renta Básica de las Iguales en Galicia (RBisG) consiste en el derecho que tiene cada persona a percibir periódicamente unos ingresos que le permitan cubrir sus necesidades. Se trata de un derecho que ha de percibirse de manera individual, universal e incondicional y cuya cuantía económica sea, como mínimo, igual al umbral de la pobreza. Las vías para conseguir los ingresos necesarios para implantación de este derecho consisten en la re-asignación del gasto público y en la reforma del sistema fiscal.

Los Puntos de Información sobre Derechos Sociales son una herramienta para la consecución del apoyo mutuo real entre el vecindario de los barrios. Y todo girando alrededor del intercambio de información sobre ayudas sociales, de visibilizar y denunciar el empobrecimiento y de buscar respuestas colectivas frente a exclusión y la pérdida de derechos. Siempre provocando relaciones con la población no movilizada y los colectivos sociales, “sin los que no es posible llevar a cabo ningún proceso de cambio”, dicen.

Mari Fidalgo, de Baladre, destaca que cada vez son más “las experiencias de economía social y solidaria que están naciendo en Galicia”. Y señala que también se están poniendo en marcha proyectos integrales en distintas localidades e incluso un espacio de coordinación llamado Miga, Mancomunidade Integral Galega, “que también busca hacer dialogar esas experiencias -de vivienda de alimentación...- que existen al margen del mercado y desde una óptica distinta a la capitalista”.

Además de la atención a través de la oficina de derechos sociales, y de la acción social a través de la solidaridad y del cambio, desde este espacio de movilización optan por otras opciones para cambiar la situación actual: “las alternativas pasan por exigir nuestros derechos, cambiar el paso de todo está mal y no podemos hacer nada, al hecho de tener nuestros vecinos y vecinas que nos pueden echar una mano y juntos podemos señalar a los responsables. Es importante que nos veamos con algo más de dignidad. Los que están presentes en los distintos poderes son los responsables, y manifestar esto es sanador y liberador, liberarnos de la culpabilidad de la situación en la que vivimos y movilizarnos”.

En este sentido Mari Fidalgo destaca que lo que se busca no es sólo conseguir una “vida digna” sino que hay que aspirar “a una vida plena, una vida que paga la pena ser vivida”. Fidalgo destaca que “hoy por hoy todos estamos entendiendo como funciona el capitalismo porque está ofreciendo su cara más cruel” y llama a “recuperar prácticas que eran habituales en Galicia hasta hace décadas, centradas en la cooperación y en la reutilización”. Y concluye afirmando que “otros colectivos se centran en la lucha contra la pobreza” pero que en Baladre “asumimos la lucha contra la riqueza. Estamos viendo todos esos casos de corrupción, pero también debemos hablar de la acción de los Gobiernos y de sus recortes”.

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