El presidente de la Xunta advierte de los riesgos para las empresas gallegas por la bronca tras las declaraciones de Milei

Alfonso Rueda ha evitado polemizar con la crisis diplomática abierta tras el ataque de Javier Milei a Pedro Sánchez. “A mí esta política en la que un ministro de España le llama drogadicto al presidente de un país elegido democráticamente y en la que el presidente de ese país contesta hablando de la mujer del presidente de España no me gusta”, ha respondido. Y la bronca generada, dice, puede tener un impacto negativo “sobre lo que le interesa a Galicia especialmente”, que es el porvenir de las empresas que trabajan en el país sudamericano.

El presidente de la Xunta ha respondido a una pregunta sobre el conflicto abierto tras llamar Milei “corrupta” a la esposa de Sánchez. Le preocupa, ha manifestado, que tenga efectos sobre los negocios gallegos y las decisiones que tiene que tomar el Gobierno argentino y que les van a afectar, sobre todo en cuestiones de pesca. Para favorecer los acuerdos, insistió, hay que buscar “un clima de buenas relaciones” y lo que está ocurriendo actualmente “probablemente los perjudique”. “Espero que no y que se distinga perfectamente lo que es la confrontación política de lo que son intereses económicos que benefician a ambas partes”, agregó.

Rueda estuvo a principios de este mes de visita en Argentina, durante la que se reunió con miembros del Gobierno de Milei, aunque no con el presidente del país. La bronca desatada estos días es, para el jefe del Gobierno gallego, “una estrategia de confrontación probablemente buscada por ambas partes” y que busca “polarizar para tratar de sacar réditos políticos”. “Y no la comparto”, aseguró.

Se ha mostrado de acuerdo con la reacción de su partido, que sostiene que consistió en “no entrar ahí”. El PP dijo primero que “el silencio de Sánchez genera dudas en España y en el extranjero” y que su labor es la de hacer oposición a Sánchez, no al presidente de Argentina. Este lunes, el director de campaña para las europeas, Esteban González Pons, sí criticó las palabras de Milei como una “intromisión de política nacional” y Alberto Núñez Feijóo buscó después la equidistancia entre el presidente argentino y Sánchez en lo que considera un “conflicto iniciado por el Gobierno de España”. “También estoy de acuerdo con la valoración que se hizo: el Estado no es el presidente del Gobierno, por más que a veces el presidente del Gobierno piense que el Estado comienza y acaba en él”, añadió Rueda.